El diario digital El Español que dirige Pedro J. Ramírez, publicó el domingo en exclusiva una noticia que nos dejó perplejos: La entrevista entre Pedro Sánchez, Santos Cerdán y Otegi en 2018 en un caserío con dos fechas en otras tantas reuniones, el 24 y el 31 de mayo, poco después de la sentencia  del "caso Gürtel" del PP, y se atribuye la organización de este encuentro secreto al socio de Santos, Antxon Alonso.

Tras la publicación, los "lógicos" desmentidos de esos individuos cuya credibilidad está más deteriorada que una manta vieja: El propio Pedro Sánchez (el mismo que dijo que no pactaría ni con Pablo Iglesias ni con Bildu, porque le produciría insomnio), Óscar López, su lugarteniente y, como no, Bolaños. La réplica llegó por el conductor del vehículo que les condujo, Koldo García confirmaba la existencia de esa reunión que nos pone los vellos como escarpias, no ya por lo que supone reunirse con un antiguo miembro de ETA, ni por hacerlo en un caserío donde se ordenaban antaño los asesinatos de ETA -como ha dicho el alcalde de Madrid, sino por qué tipo de negociación se mantuvo y en qué términos, abordando en la negociación con quienes quieren destruir España, las herramientas de posibles acuerdos, donde no faltaría el acercamiento de presos a Euskadi. Tan alarmante situación ha llevado  a Vox a plantear ante el Supremo una acción judicial para que se desvele qué tipos de acuerdos se manejaron y cómo Sánchez dijo que era "anecdótico" el conocimiento que tenía de Koldo y que desconocía a Atxon Alonso, del que la información publicada decía que fue el artífice del encuentro.

La máquina de mentiras del PSOE está tan enfangada que no aciertan en su desmesura a reflexionar sobre el enemigo al que se enfrentan. Tan delirante, es decir, como lo han hecho, que la noticia publicada era un "bulo", como desconocer, no ya la categoría profesional de Pedro J. Ramírez, sino su forma de proceder. Le conozco desde hace 40 años, he compartido con él numerosas conversaciones en almuerzos personales, nos saludamos con afecto cuando ha venido a Ceuta y su actual pareja quedó estupefacta cuando recordamos nuestras relaciones siendo él director de Diario 16 ("mira que ha llovido desde esa época", nos dijo su esposa), y en la línea de actuación de Pedro J. Ramírez, ningún desalmado socialista del Gobierno conoce que, cuando publica algo lo tiene más que amarrado y, paulatinamente va soltando información que atesora bien documentada; no vayan a creer que se tira a la piscina como un neófito periodista sin paracaídas o que es un twittero de esos que los socialistas utilizan para enturbiar las redes sociales a su conveniencia o dinamitar cuestiones que no les son favorables.

Decir desde el Gobierno de España que la información publicada por el periódico que dirige Pedro J. Ramírez es un bulo, es tan disparatado como negar que estamos vivos o que la Tierra existe. Solo se le puede ocurrir a un descerebrado o a un grupo de estúpidos "apesebrados" poner en cuestión una información contrastada de la que El Español ha dicho también que las conversaciones que se mantuvieron en el mencionado caserío están en el dispositivo que la UCO requisó a Koldo. Todo esto, como Gobierno, es para echarse a temblar.

Es obvio que va a resultar emocionante ver cómo discurren los acontecimientos con los mentirosos compulsivos del Gobierno atrapados en sus propias trampas y envueltos en esa madeja de despropósitos que les conducen, inexorablemente a desatinos de esta naturaleza en la que tratan de camuflar como bulo una información veraz y sorprendente.

Alguien dijo que lo peor de esta trama es la inquietud por lo que aún está por llegar. De ahí la zozobra de experimentar el cilicio de informaciones que son una verdadera tortura.