En la víspera de la inauguración programada de la "pagomordidas" Acciona en el puerto de Ceuta por 16,5 millones -con la empresa en el ojo del huracán por la trama de Santos Cerdán-, fuentes socialistas me informan que la delegada del Gobierno, Cristina Pérez Valero había vetado la presencia en el acto que protagonizaba el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, a la consejera de Sanidad y Asuntos Sociales, Nabila Benzina. También que, como "daño colateral", la titular del área de Educación, Pilar Orozco Valverde, tampoco fue invitada. Es curioso que este partido que se dice progresista y que tanto aman lo público, "borra" a las representantes de dos pilares de la sociedad (Sanidad y Educación, tan sensibles en el ámbito de la equidad social), cuando son apartadas con la torpeza que caracteriza a los socialistas.

El PSOE que se muestra tan sensible por el abandono en bloque ante la ministra Mónica García de los consejeros de la Comunidades y Ciudades Autónomas del Partido Popular por disconformidad en la polémica de los cribados de cáncer de mama en el Consejo Interterritorial de Sanidad, demuestra su "preocupación" e incoherencia política al entregar la Sanidad, precisamente a Sumar, para que la representante de Más Madrid, Mónica García, se encargue de una área de tanta importancia.

Los desatinos del PSOE no tienen parangón porque en cuestión de demagogia y deslealtad institucional muestran su venganza, ellos que dicen ser tan integradores y de "mano tendida" (supongo que, visto lo visto de la corrupción que les acorrala, para robar a manos llenas), utilizan la represalia más burda vetando a Nabila Benzina que, siguiendo la disciplina de partido, abandonó la mesa de negociación con sus compañeros del PP, a la senadora, Cristina Díaz Moreno, por su polémica última en la Cámara Alta con el ministro del Interior, a quien le criticó su despreocupación con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y la inmigración ilegal que llega por nuestras fronteras, con datos numéricos, para lo que Marlaska sólo pudo replicar que Juan Vivas fue el único presidente autonómico del PP que apoyó a los socialistas la política de reparto de inmigrantes. De ahí que Vox lo señale diciendo que es el "hombre de Sánchez en Ceuta", por contravenir una y otra vez, la línea política de Génova a su antojo. Los vetos socialistas de la delegada del Gobierno se hicieron extensibles al senador por Ceuta, Abdelhakim Abdeselan, posiblemente también por su intervención crítica en la Cámara Alta, en cuestiones sanitaria de nuestra ciudad que han acusado en las filas socialistas como un ultraje público a su desatención e insidia política y extensible el veto al diputado por Ceuta, Javier Celaya, a quien la delegada del Gobierno ha mostrado su incomodidad por ser crítico con la gestión de su Gobierno. Ya ven que el PSOE no perdona, salvo a los independentistas porque los necesita, a los proetarras de Bildu o al prófugo Puigdemont para quien ha demostrado Sánchez que traga por carros y carretas, hasta humillarse, incluso a cambio de mantenerse en el poder.

La lealtad institucional que con tanto parangón muestra Vivas, no puede dejar desairados a sus compañeros de partido, como Nabila Benzina, Pilar Orozco, los parlamentarios Javier Celaya, Abdelhakim Abdeselan o Cristina Díaz, porque en el juego político o de estrategias de partido, se adoptan comportamientos que hay que asumir acordes con el ideario que marca la disciplina a la que se deben. Por ello, Juan Vivas, no puede dejar a los pies de los caballos, a "Uno de los nuestros" parafraseando el título de la novela de Fiona Barton, por decencia, compañerismo y una lealtad personal más allá de la caprichosa exigencia del PSOE por ser contrarios a su ideología. No se entiende que Juan Vivas, como presidente del PP en Ceuta transija con estas "purgas" ante una delegada del Gobierno que ha mostrado su deslealtad a esta ciudad con la tomadura de pelo de la Aduana Comercial, que no ha sido capaz de llevar al presidente del Gobierno al CETI para que conozca de primera mano su precaria situación, ni tampoco a la frontera "inteligente" que Marruecos tiene estrangulada ni al hospital universitario para que sea conocedor de cerca de las múltiples carencias existentes en un centro estructuralmente moderno pero necesitado de muchos más profesionales y especialistas. Para no molestar, Cristina Pérez Valero, ha ejercido de "demócrata "plañidera y genuflexa, cercenando la legítima capacidad representativa que ostentan tres personajes públicos del Partido Popular, a los que esta mediocre con incapacidad manifiesta de un ejercicio medio digno en la acción política (por ser generoso en el término), ha marginado en un acto institucional. Sin embargo, para mí, lo más gravoso es la indolencia de Juan Vivas ante esta situación, doblegado a un PSOE dictatorial y antidemocrático, extremadamente irrespetuoso con quienes le contradicen si no tienen nada que obtener a cambio.

Pedro Sánchez es obvio que ha venido a hacerse la foto, porque la remodelada Estación Marítima la inaugurará de facto, el presidente de Puertos del Estado más adelante. Ahora, ha pretendido huir del aire de corrupción irrespirable que le acorrala, sin caer en la cuenta que "inauguraba" una obra encuadrada en el ámbito de la trama de Santos Cerdán su exsecretario de organización y que ahora, ante el Tribunal Supremo, Acciona habrá de demostrar si respondía a servicios reales o a comisiones encubiertas ("mordidas", en el argot de corrupción. No se olvide que Acciona llegó también a ser colaboradora de la cátedra de la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez.

Una obra ésta de la Estación Marítima que se ha inaugurado con una empresa bajo sospecha judicial que ha prescindido de varios ejecutivos, tras el escándalo y que, en Ceuta, Sánchez le ha dado todos los honores con su presencia. Es obvio que esta jornada está plagada de varias connotaciones como que sea el 20 de noviembre, aniversario de la muerte de Franco, al que tantos "honores" y conmemoraciones tributa Sánchez, como recuerdo al mantra que a él tanto le interesa políticamente para desplegar su estrategia de confrontación nacional. Una vez más, en Ceuta, el PSOE ha dado muestras de su talante conciliador, democrático y de mano tendida. Mintiendo en términos utilizados como aquéllos del bulo o fango como forma de desvirtuar su corrupción de partido atrapado como una supuesta organización criminal.