Sábado, 15 de Noviembre de 2025

Actualizada Sábado, 15 de Noviembre de 2025 a las 14:32:15 horas

Redacción
Sábado, 15 de Noviembre de 2025
Informe

Más de 40 cadáveres de jóvenes marroquíes ahogados en un drama que no abochorna al Gobierno de Marruecos

Los analistas califican estos hechos como parte del arma en la 'guerra híbrida' que emplea el vecino para desestabilizar a España y fustigar a Ceuta

En el límite de España con Marruecos, Ceuta, el drama humano se transforma en arma geopolítica. Es una constante, cuando las circunstancias del mar se complican en un espacio temporal que parece conspirar con el régimen de Rabat, decenas de jóvenes marroquíes –muchos de ellos menores de edad, con ojos llenos de un hambre que trasciende lo físico– se lanzan al mar cada semana, desafiando corrientes mortales y vallas infranqueables para pisar suelo español. No es casualidad: es una estrategia calculada. 

 

 

En lo que va de año, 638 menores no acompañados han irrumpido ilegalmente en Ceuta, un 20% más que en 2024, saturando un sistema de acogida que colapsa con una sobreocupación del 584%. ¿El resultado? Recursos al límite y un territorio español al borde del caos, justo cuando Marruecos acelera su plan maestro para desestabilizar la ciudad autónoma y erosionar la soberanía de España. 

 

 

Imágenes impactantes lo confirman: el 14 de octubre, 32 menores marroquíes, incluyendo tres niñas, lograron entrar a nado por el espigón del Tarajal, aprovechando la "ausencia de vigilancia" en el lado marroquí –un patrón recurrente que huele a complicidad oficial. Dos días antes, seis más se sumaron a la cuenta, elevando el total de acogidos a 564 almas perdidas en un limbo burocrático, con solo 132 plazas disponibles. 

 

 

Y no paran aquí: en julio, un temporal "oportuno" permitió que 54 menores cruzaran las playas de Tarajal y Benzú, mientras en agosto, la niebla –esa aliada traicionera– facilitó intentos masivos que dejaron a la Guardia Civil exhausta. Testigos y analistas denuncian: "La presión no cesa, 41 muertes este año en la ruta a Ceuta", clama la Unión de Guardias Civiles, mientras otros hablan de "avalanchas inminentes" y "subsaharianos en parapente" como el colmo de la audacia. Pero, ¿quién huye realmente? Estos jóvenes no son solo víctimas de la pobreza marroquí –un régimen que invierte miles de millones en armas y propaganda mientras sus costas sangran desesperación–. Son peones en un tablero donde Mohamed VI mueve ficha para socavar Ceuta, esa "joya española" que Rabat codicia desde hace décadas. 

 

 

Fuentes de inteligencia española, citadas en informes recientes, revelan un plan híbrido de desestabilización: usar la inmigración como "invasión civil pacífica" para alterar el equilibrio demográfico, generar tensiones sociales y presionar económicamente a España. No es paranoia: el Comité para la Liberación de Ceuta y Melilla, refundado en julio de 2025 con 98 asociaciones civiles, aboga por una "marcha verde 2.0" post-Mundial 2030, financiada con 50 millones de euros en campañas de desinformación, educación "reunificadora" y ONGs que pintan a Ceuta como "territorio ocupado". 

 

 

 

Este no es un éxodo espontáneo: Marruecos, con su historial de "guerra sin balas" –desde la crisis de 2021 con 12.000 entradas en 48 horas hasta el cierre de aduanas para asfixiar el comercio ceutí–, instrumentaliza a su juventud para chantajear a Madrid. El ministro Marlaska, en un movimiento que huele a rendición, reduce los antidisturbios de 50 a 15 en Ceuta y Melilla, dejando a los suyos "abandonados" ante avalanchas inminentes. ¿Coincidencia?

 

 

Justo cuando Sánchez suspende su viaje a Ceuta –un "giro pro-marroquí" que Rabat celebra como victoria–, y mientras el Comité alauí amenaza con "tensiones en el terreno". En las redes, la rabia hierve: "Marruecos usa a su población para desestabilizar", postea un analista en redes, mientras otro advierte de una "quinta columna" demográfica que busca votos y caos. Ceuta no es solo una ciudad: es el bastión de la España africana, y su caída sería el trofeo de un vecino que sueña con anexar no solo las ciudades autónomas, sino hasta Canarias. Pero el ministro del Interior acaba de condecorar al Jefe de la Seguridad y del Espionaje marroquí, Abdelatif Hammouchi, con la Gran Cruz de la Guardia Civil, que ha sonrojado al propio Duque de Ahumada.

 

 

¿Respuesta de Madrid? Traslados puntuales a la Península y ruegos diplomáticos que suenan a súplica. Mientras, los ceutíes –esos guardianes olvidados– pagan el precio de una política exterior que flaquea. La pregunta que retumba entre los ceutíes: ¿cuánto más aguantará Ceuta antes de que la marea marroquí la engulla, sin que actúe el gobierno de España? 

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