Ayer puso el punto y final la segunda edición de Got Talent, celebrada en la prisión Fuerte Mendizábal de Ceuta, una iniciativa que ha vuelto a llenar de ilusión, emoción y creatividad los espacios del centro, ya que el proyecto se ha consolidado como un encuentro de convivencia y expresión personal, donde el arte se convierte en una herramienta de crecimiento y transformación.

Este año, más de 100 internos e internas se han subido al escenario para compartir su talento en distintas disciplinas: música, poesía, danza, interpretación o humor. "Cada actuación fue una muestra de esfuerzo, valentía y superación personal y, para muchos, fue también una oportunidad de mostrar una parte de sí mismos que a menudo queda oculta tras los muros", destaca la Delegación del Gobierno.

El talent show ha sido posible gracias al trabajo conjunto del personal penitenciario (vigilancia y tratamiento) sobre el que ha pivotado toda la organización, impulsando la iniciativa con "una mirada profundamente humana, que entiende el tratamiento no solo como intervención, sino como acompañamiento y confianza en el potencial de cada persona".

"Durante el espectáculo se vivieron momentos de emoción compartida, aplausos y sonrisas que traspasaron cualquier barrera. El escenario se convirtió en un símbolo de lo que puede lograrse cuando se confía en las personas y se les ofrece la oportunidad de expresarse y creer en sí mismas".

Con esta segunda edición, el espectáculo del Centro Penitenciario de Ceuta, que calca el programa de televisión liderado por Risto Mejide, se consolida como "un proyecto que une, emociona y  transforma, demostrando que el talento puede ser también un camino hacia la libertad interior y la reinserción social".