Sábado, 25 de Octubre de 2025

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Fuerte de Charlemont en Givet, Francia, antigua Flandes, construido por Carlos V Fuerte de Charlemont en Givet, Francia, antigua Flandes, construido por Carlos V
Comandancia General de Ceuta
Viernes, 24 de Octubre de 2025

Carlos V nació en una letrina... En Flandes Las huellas del Imperio Español en Bélgica

24 DE OCTUBRE 2025, DÍA INTERNACIONAL DE LAS BIBLIOTECAS  

" Las Bibliotecas están llenas de ideas, tal vez sea la más peligrosa y poderosa de las armas” (Sarah J. Maas, escritora)


Antonio Muñoz-Manero Fernández, coronel de Infantería

Director de la Biblioteca Histórico Militar de Ceuta

 

Desde 1997, cada 24 de octubre celebramos el Día Internacional de las Bibliotecas. El origen de este día está marcado por la guerra de Bosnia i Herzegovina pues en este mismo día del año 1992, la Biblioteca Nacional de Sarajevo quedó completamente destruida por los bombardeos, durante el conflicto de los Balcanes. 

 

El oficial que suscribe conoció de cerca la destrucción de BiH, en el año 1998, estando encuadrado en la misión SFOR (Fuerza de Estabilización), de la OTAN, encargada del cumplimiento de los Acuerdos de Dayton, que pusieron fin a la guerra de Bosnia.

 

El Ejército de Tierra ha elegido para este año 2025, como Efeméride Principal «De Pavía a Breda (1525-1625), 100 años de presencia y hegemonía en la Europa de los Tercios españoles». Este homenaje histórico tiene como finalidad destacar una época en la que los Tercios consolidaron su supremacía táctica y moral en los campos de batalla europeos.

 

Los españoles estuvimos presentes en Flandes de manera significativa durante casi 200 años, desde el reinado de Carlos I hasta la renuncia de Felipe V, lo que abarca aproximadamente desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII. Este periodo, marcado por conflictos como la Guerra de los Ochenta Años, vio el dominio español sobre la región y la presencia constante de los tercios españoles en la zona.  Lógicamente, esta presencia nuestra ha dejado importantes huellas en el país.

 

Para situarnos hay que recordar que Flandes comprendía 17 provincias históricas que abarcan, aproximadamente, los actuales territorios de Holanda, Bélgica y Luxemburgo y una pequeña porción del noreste de Francia. Esas provincias procedían del antiguo condado de Flandes, que data del siglo IX.

 

Allí, en Flandes, aunque pueda parecer increíble, el Emperador Carlos V nació en una letrina. Su madre, Juana la Loca, confundió una indisposición intestinal con el que sería el parto de su hijo y lo tuvo sola, sin ayuda, en la oscuridad de un baño palaciego. Sucedió en la noche del 24 de febrero del año 1500 durante una fiesta en el Palacio Prinsenhof de la ciudad flamenca de Gante. Fue en este territorio donde el monarca pasó buena parte de su vida. 

 

Poco después, el 7 de marzo de 1500 tuvo lugar el bautizo de Carlos en la actual Catedral de San Bavón (entonces iglesia de San Juan Bautista). Allí mismo se construyó una ciudadela que fue el cuartel de las tropas españolas en Flandes, por lo que fue demolida la mayor parte del viejo monasterio. Del Spanjaardkasteel (castillo de los españoles) levantado bajo el mandato de Carlos V apenas queda rastro, pero sí de la vieja San Bavón que se sitúa en la Spaanjard Straat, calle de los españoles. 

 

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Todos los veranos, cada 5 de julio, la Grand Place de Bruselas retrocede hasta el siglo XVI para recibir a la corte de Carlos V. Durante tres días, trajes de época, torneos a caballo y concursos de tiro con ballesta se adueñan del centro de Bruselas para celebrar la Fiesta del Ommegang. Este tradicional festejo conmemora la entrada triunfal de Carlos I de España a la capital belga para presentar al infante Felipe II, futuro soberano de las tierras flamencas, en 1549. Tanto el pueblo como las élites políticas y económicas quisieron rendir homenaje al emperador, con grandes espectáculos ecuestres en la Grand Place. La fiesta del Ommegang, recuperada en 1930, forma parte del Festival Carolus V que da comienzo en mayo y dura hasta septiembre. En esta misma plaza se encuentra la Maison du Roi, dedicada al rey de España. 

 

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Muy cerca de la Grande Place se encuentra el Hotel Amigo. El Hotel debe su nombre a que durante el siglo XVI era una prisión, desde la que los presos flamencos llamaban la atención de los soldados españoles que estaban de guardia, pronunciando la única palabra que conocían en español, para conseguir un mejor trato.

 

Saliendo del centro, en el Monte de las Artes de Bruselas, se encuentra el Palacio de la Dinastía, que tiene ungigantesco reloj insertado sobre uno de los arcos. El carrillón del reloj tiene una pequeña estatua en cada una de las doce puntas de las horas. Estas representan figuras históricas de la ciudad de Bruselas y una de ellas es el emperador Carlos V. 

 

En muchos ayuntamientos aparecen los escudos de Carlos V y Felipe II, que contienen a su vez los escudos de los diferentes reinos españoles. Este es el caso de Amberes. En esta ciudad flamenca, capital mundial de los diamantes, los habitantes tienen fama de altivos y se hacen llamar "sinjoren" que viene del castellano "señores". 

 

La fachada del ayuntamiento de esta ciudad se encuentra presidida por el escudo de armas de Felipe II. El edificio original fue erigido en el siglo XVI, pero fue incendiado por soldados españoles amotinados durante la llamada “Furia Española” de 1576. 

 

También en Amberes se imprimió en 1543 la traducción castellana del Nuevo Testamento, del griego, realizada por Francisco Encinas, nacido en Burgos en 1520, educado en Amberes y estudiante en Alcalá, París, Lovaina y Wittemberg. Dedicó la traducción al Emperador Carlos V, con el que tuvo una entrevista, pero fue condenado a un año de cárcel y a la destrucción, prácticamente, de todos sus ejemplares, debido a la intervención del dominico Pedro de Soto, confesor del Emperador. 

 

Entre Bruselas y Amberes se encuentra la ciudad flamenca de Malinas (en flamenco Mechelen). En su Plaza Mayor o Grote Markt, encontramos una estatua en piedra de un Carlos V entronado, en la fachada principal de la vieja Lonja de Paños (ahora Ayuntamiento). De hecho, la recreación escultórica del personaje es tan fidedigna que a pie de calle se aprecia perfectamente el mentón prominente que tanto le acomplejó durante toda su vida (padecía prognatismo).

 

Una tradición que pervive de aquellos tiempos es que San Nicolás, que trae los juguetes a los niños en diciembre, no viene del ártico, como en la mayor parte de occidente, sino de España. La razón histórica es que el verdadero san Nicolás está enterrado en Barí, entonces parte del Virreinato de Nápoles y, por tanto, de España. 

 

Otra huella que dejaron los tercios españoles en Bélgica fue en la ciudad de Nivelles, muy cerca de Bruselas. En ella hay un barrio pequeñito con mucho encanto, el barrio de Santiago, que originalmente fue construido por los soldados españoles que protegían la ciudad. Aún hay casas de antes del siglo XVII. 

 

En pleno corazón de Brujas, junto al canal y a pocos pasos de la Plaza Mayor, se alza la Casa de España, también conocida como la Casa Pérez de Maluenda. Los calvinistas no habían mostrado reparos a la hora de cometer pillajes y atentados sacrílegos en los templos católicos de varias ciudades flamencas, destruyendo imágenes de santos y otros objetos piadosos, así que urgía preparar un plan para preservar la reliquia con la sangre de Cristo, que según la tradición, había recogido el mismísimo José de Arimatea, y que había llegado a Brujas de la mano del conde Teodorico de Alsacia, en época de Cruzadas.

 

Los cofrades de la ciudad se reunieron y decidieron encomendar la protección de la Santa Sangre a uno de sus hermanos más ilustres: Juan Pérez de Maluenda. Nacido en Brujas en 1511, este notable flamenco era hijo de Diego Pérez de Maluenda, un adinerado comerciante español que había llegado a la ciudad en 1498, después de dejar atrás su Burgos natal en busca de nuevos negocios en la entonces boyante localidad flamenca.

 

Los calvinistas invadieron finalmente la ciudad el 19 de marzo 1578, pero por suerte la reliquia ya estaba a salvo. Pérez de Maluenda la había llevado a su domicilio, enterrándola en el jardín, y allí permaneció escondida durante algún tiempo, hasta que el español construyó una nueva mansión en la céntrica Wollestraat, llevándosela allí consigo. Cuando pocos años después las tropas de Alejandro Farnesio restablecieron la normalidad en la ciudad, las reliquias fueron devueltas a su lugar original, saliendo en solemne procesión desde la casa de Pérez de Maluenda, quien fue siempre recordado por su protección de la sagrada reliquia.

 

Un vestigio importante del Flandes español es el Fuerte de Charlemont (Montaña de Carlos), una fortaleza francesa situada cerca de la frontera belga en el Mosa, formada por una red de defensas sucesivas. Su construcción fue decidida por Carlos V en 1555, que hizo comprar esta región (el condado de Agimont-Givet) a su hermana María de Hungría para controlar el corredor del valle del Mosa. El fuerte necesitó para su construcción 3.000 obreros asistidos por 20.000 soldados de infantería y 3.000 de caballería.

 

¡No hay un puñado de tierra sin una tumba española! (“Oda al dos de mayo” de Bernardo López García, Jaén, 1838-1870)

 

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