Lunes, 06 de Octubre de 2025

Actualizada Lunes, 06 de Octubre de 2025 a las 13:21:03 horas

Juan Manuel Jiménez Muñoz
Lunes, 06 de Octubre de 2025

La paz en Gaza

El presidente Trump ha propuesto un Plan de Paz para Palestina que, de funcionar correctamente, permitiría un alto el fuego inmediato en Gaza, la liberación de todos los rehenes israelíes en poder de los terroristas de Hamás, la excarcelación de cientos de palestinos presos en las cárceles de Israel, la entrada de alimentos a la zona del conflicto, la retirada de Gaza de los soldados israelíes, la reconstrucción de Gaza por una Autoridad Internacional provisional, la futura gestión de Gaza por la Autoridad Nacional Palestina, la entrega de todas las armas en poder de los terroristas y la completa rendición de Hamás.

 

Tras dos años exactos de guerra (que inició Hamás al entrar en parapente en Israel para secuestrar judíos, violar mujeres y degollar bebés), Donald Trump ha hecho lo más sencillo: convencer de su Plan a Israel, a Egipto, a Qatar, a Turquía, a Indonesia, a Jordania, a Arabia Saudí, a Emiratos Árabes, a Kuwait, a Siria, a Irak, a Marruecos, a Túnez, a Argelia, a Inglaterra, a la Unión Europea, a la Autoridad Nacional Palestina, a Pedro Sánchez y a los mismísimos terroristas de Hamás. Ahora le queda a Trump lo más difícil: convencer también a Yolanda Díaz, a Irene Montero y a Ione Belarra.

Cagoentóloquesemenea.

 

Yolanda Díaz, Irene Montero e Ione Belarra quieren que siga la guerra. Esta guerra en concreto. La guerra de Gaza. Este nuevo trío de las Azores, estas tres insignificancias cuya estulticia raya en lo criminal, ve con muy malos ojos la rendición de Hamás: podría estropear el relato y, lo que es peor, podría desmovilizar a la tropa de paniaguados que, disfrazados de pacíficos gazatíes, tiene tomadas las calles de España quemando contenedores, volcando bicicletas de la Vuelta Ciclista, echando aceite en las carreteras y rompiendo escaparates en Barcelona y Madrid. O sea: haciendo un ensayo general de lo que nos espera en España (muy pronto) cuando Pedro Sánchez pierda las elecciones, Begoña deje la cátedra, el hermano músico ingrese en la cárcel, se acaben los billetes de 500 euros metidos en sobres del PSOE y los separatistas catalanes, los bilduetarras vascos, los podemitas del chalé y los sindicalistas comprados pasen a la Oposición.

 

Yolanda Díaz, Irene Montero e Ione Belarra quieren que siga la guerra. Esta guerra en concreto. La guerra de Gaza. Con la invasión de Ucrania fueron mucho menos belicistas: desde el minuto uno, pidieron a Ucrania que se rindiese a los rusos. ¿Para qué poner más muertos, dijeron, si de todas maneras Ucrania lo tenía todo perdido ante un Putin invencible? Mejor abandonarlos a su suerte, que Europa se desentendiese de los ucranianos, que los ucranianos, sin luchar, cediesen su territorio al poderoso sátrapa. Ahora no, dicen. Ahora, al parecer, en Gaza, los palestinos tienen toda la pinta de ir ganando la guerra a un Israel derrotado. ¿Para qué parar ahora, que va venciendo Hamás? Agrupémonos todos, en la lucha final, que el género humano es La Internacional. Cagoenmismuelas.

 

Yolanda Díaz, Irene Montero e Ione Belarra quieren que siga la guerra. Esta guerra en concreto. La guerra de Gaza. Con la guerra de Afganistán fueron mucho menos belicistas: importándoles un comino la situación de las mujeres afganas, no pararon de acusar a Estados Unidos y a la OTAN de “imperialistas opresores”. En 2021, harto de críticas perroflautistas, Estados Unidos abandonó Afganistán a su suerte y cedió el país a los talibanes. Esos días, Irene Montero dijo así: "De Afganistán hemos aprendido una lección: que jamás una intervención militar ha solucionado los derechos de las personas, y menos de las mujeres”. Y luego, para quitar hierro a la situación de esclavitud en la que quedaban las afganas, esto añadió en la radio: “No hablemos tanto de Afganistán, pues en todos los países del mundo, incluyendo España, se dan casos de machismo, que es una cuestión de grados”. Y después remató con esta gracia: “La mujer andaluza está peor que la afgana, pues vive bajo el yugo del PP”. Todo eso dijiste, querida Irene. Está grabado. ¿Y ahora sí? ¿Ahora te importan las mujeres y los niños gazatíes? ¿Ahora una intervención militar, española o internacional, SÍ solucionaría los derechos de alguien? No sé qué fumáis en Galapagar, pero deberíais cambiar de camello.

 

Yolanda Díaz, Irene Montero e Ione Belarra quieren que siga la guerra. Esta guerra en concreto. La guerra de Gaza. Es curioso. Con lo antimilitaristas que son, con lo farrucas que se ponen cuando echan pestes de nuestras Fuerzas Armadas, hoy exigen que nuestro buque “Furor”, a sangre y fuego, penetre a cañonazos en Gaza, y “que Gaza no se rinda” (sic), y que Hamás no acepte la “trampa de la Paz” (sic), y que los terroristas no suelten a los rehenes israelíes ¡¡¡“ya que es la única baza que les queda”!!! (sic). Porque no olvidemos que estas antimilitaristas reconvertidas ahora en guerreras son las mismas que abochornaron al Ejército español cuando en 2019 declararon “non grato” en los puertos vascongados a nuestro buque insignia de la flota. Son las mismas que en 2016, con la alcaldesa Ada Colau a la cabeza, increparon a los militares que custodiaban su expositor en el Salón de la Enseñanza de Barcelona, el stand dedicado a nuestras Fuerzas Armadas. Son las mismas que nunca dijeron “os queremos, sois de los nuestros”, a las mujeres y hombres del Ejército español que murieron vanamente en Afganistán. Son las mismas que jamás han pronunciado una palabra de apoyo, o simplemente amable, a los policías españoles de la frontera de Ceuta, de Canarias o de Melilla. Y son las mismas que te tachan de fascista si llevas una bandera española: por eso ondeaba la estelada (y no la rojigualda) en la progresista flotilla que, con dos etarras a bordo, cargada de porros y sin ayuda alimentaria, enviaron a Gaza para hacer el paripé. Son las mismas, lector. Son las mismas. Son las mismas, los mismos y les mismes. Hipócritas. Fariseos. Desnortados. Inquisidores. Comisarios políticos del Gulag. Sepulcros blanqueados.

 

Pero, aparte de no perder parroquianos, ¿qué mueve ahora a los perroflautas a tantísimo ardor guerrero? No te engañes, lector. El genocidio de Netanyahu contra los civiles gazatíes les importa exactamente igual que el genocidio de Hamás contra los civiles israelíes: absolutamente nada. Para ellos, toda esta desgracia de Palestina es un tema instrumental, un tema táctico de agitación y propaganda leninista, algo con lo que movilizar a sus masas, algo con lo que demostrar que son moralmente superiores. En realidad, sólo una cosa les importa, y no es táctica, sino estratégica: no quieren que exista el Estado de Israel, ese bastión de Occidente en plena selva teocrática, ese país democrático acosado por la tiranía de Irán y por sus tres milicias yihadistas: hutíes, Hezbolá y Hamás, que han jurado ante Alá destruir a Israel. Yolanda Díaz, Irene Montero, Ione Belarra, Sira Rego, Ada Colau, Antonio Maíllo, Pablo Iglesias, Mónica García, Enrique Santiago, Arnaldo Otegi, Oriol Junqueras, Gabriel Rufián y otros muchos etcéteras, también han dicho por activa y por pasiva que el futuro Estado Palestino debe abarcar “desde el río hasta el mar”. Desde el río hasta el mar, lector. Desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo. Todo el mapa palestino. Sólo un Estado quieren. No dos, como pregonan mentirosamente con la boca pequeñita. Sólo un Estado. Un Estado palestino-musulmán. Un Estado coránico-progresista. Sin judíos. Como quería Hitler en los años treinta del pasado siglo. Un Estado donde rija la sharia. Sólo un Estado títere de los ayatolás iraníes, de esos simpáticos señores con luenga barba, turbante blanco y sotana negra que ahorcan a los homosexuales, lapidan a las adúlteras y asesinan a las mujeres que no llevan bien tapadas las cabezas.

 

No te engañes, lector. Como ya demostraron con Ucrania y con Afganistán, a esta gentecilla que sufrimos en España le encanta cualquier cosa que pueda dañar a Occidente.

 

Cagoentóloquesemenea y mitad del cuarto más.

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