Campo de Gibraltar
El Estrecho en llamas: La batalla interminable contra el narco en el Campo de Gibraltar
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado libran a diario una desigual lucha en la Frontera Sur

En las brumosas costas del Campo de Gibraltar, donde el Mediterráneo besa la frontera con Marruecos y el peñón británico vigila como un centinela indiferente, la guerra contra el narcotráfico se libra a diario en una desigual batalla que frustra a los agentes de las FyCSE que desearían disponer de los medios adecuados y permanentes frente a narcolanchas a toda máquina y un enemigo que parece multiplicarse como las olas del Estrecho. A siete años del lanzamiento del Plan Especial de Seguridad para esta comarca gaditana –ampliado ya a seis provincias andaluzas–, el Gobierno presume de récords en incautaciones y detenciones, pero las voces desde el terreno claman por un cambio estructural. ¿Es este un éxito rotundo como pregona el Gobierno o una victoria pírrica frente al volumen de droga que se alija casi a diario, por ejemplo, en las playas de La Línea de la Concepcion? En esta crónica, desgranamos la actualidad de la lucha y las grietas que amenazan con hundir el esfuerzo policial.
Un año de números que impresionan... pero no convencen
El 2024 dejó cifras que Madrid exhibe como trofeos en las comparecencias del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Bajo el paraguas del IV Plan Especial de Seguridad –vigente hasta diciembre de 2025–, Policía Nacional y Guardia Civil desplegaron 12.068 operaciones contra el narco y el contrabando, un 43% más que en 2023. El botín: 5.911 detenidos, 264.572 kilos de droga incautados (150.802 de hachís, 44.206 de cocaína y el resto marihuana y otras sustancias), 1.394 vehículos requisados –incluidas 299 narcolanchas, un 55% más que el ejercicio anterior– y 651 armas de fuego. Desde 2018, el contador acumula 34.275 intervenciones, 19.907 arrestos y 1.700 toneladas de estupefacientes intervenidas, con una inversión de 900 millones de euros en refuerzos y tecnología. Pero el famoso OCON Sur, protagonista de la mayoría de estos éxitos, está desactivado para gracia de los narcotraficantes y frustración de los profesionales de la seguridad.
Estas operaciones no son meros números en un informe: representan redadas en garajes de La Línea de la Concepción, persecuciones en las playas de Barbate o allanamientos en almacenes de Algeciras. En los primeros meses de 2025, el ritmo se mantiene: 1.712 intervenciones solo en enero y febrero, con 989 detenidos y 27.347 kilos de droga, pese a la rémora de Interior tras la potencia exhibida y ya practicamente desactivada conun número residual de efectivos en relación a lo que llegó a haber.
El Gobierno lo vende como "la historia de un éxito", argumentando que la presión ha desviado rutas narco hacia Valencia, Baleares o Cataluña, reduciendo el hachís en el Estrecho pero disparando la cocaína en el Atlántico. Y no es baladí: en febrero, Interior presumió ante homólogos europeos –de Alemania a Suecia– de este modelo, que incluye 25.356 agentes en las provincias afectadas, un 12% más que en 2018. Pero el optimismo oficial choca con la dura realidad diaria.
En septiembre, el PP elevó la voz en el Congreso exigiendo más medios para Costa del Sol y Campo de Gibraltar, denunciando "desmantelamientos" como el de la unidad OCON-Sur de la Guardia Civil –una élite antidroga disuelta por Marlaska– y una "degradación" que permite desembarcos "a plena luz del día".
Desde JUCIL, la asociación mayoritaria de la Guardia Civil, alertan de una "pérdida de control" en Cádiz: narcos exhibiendo lanchas y armas de guerra, y un desmán que se expande por Andalucía.
La Fiscalía Antidroga andaluza, en su memoria anual, confirma el deterioro: más violencia y expansión del narco, pese a los esfuerzos.
Las heridas abiertas: De Barbate a Bruselas
El detonante de esta crispación fue el 9 de febrero de 2024, cuando una narcolancha arrolló y mató a dos guardias civiles en el puerto de Barbate. Aquel suceso no solo enlutó a las FyCSE, sino que reavivó el debate sobre la "sensación de inseguridad" en el Campo de Gibraltar, donde la violencia narco –embestidas, tiroteos, amenazas– ha escalado hasta interferir en las funciones policiales.
En mayo de 2025, una delegación del Parlamento Europeo –encabezada por el polaco Bogdan Rzońca– pisó Algeciras y Barbate para escuchar a agentes y familiares. "Estamos aquí para oír las peticiones dramáticas", dijo, evaluando declarar como "profesión de riesgo" de las de Policía y Guardiua Civil para mejorar condiciones laborales y de protección.
Los eurodiputados, de Austria a Portugal, se llevaron un retrato crudo: agentes con escoltas por amenazas de muerte, y una comarca donde el narco corroe el empleo y la esperanza. La actualidad de este último tramo de 2025 trae más sombras. Interior dice preparar el llamado V Plan para 2026-2029, apostando por perseguir "estructuras logísticas" como petaqueros –los que abastecen combustible a las lanchas– y reforzando la cooperación con Marruecos y Portugal. Sin embargo los medios humanos y materiales de las FyCSE con instalaciones vetustas en los puntos neurálgicos como La Línea de la Concepción no apuntan al optimismo.
Por otro lado el reparto de fondos de bienes decomisados –20,1 millones de euros– ha indignado: el Campo de Gibraltar recibe solo el 0,11%, pese a ser el epicentro. Alcaldes como José Ignacio Landaluce (PP, Algeciras) lo llaman "discriminación", y exigen en el Senado un fondo equitativo. Mientras, operaciones como la de agosto –12.000 litros de combustible incautados y 8 detenidos en Cádiz– muestran que el pulso sigue, pero con narcos "cada vez más profesionales".
Los problemas estructurales: Más allá de las narcolanchas
La lucha no es solo táctica; es sistémica. Las FyCSE, con 25.356 efectivos en Andalucía, enfrentan carencias crónicas que van de lo material a lo humano.
Primero, los medios: narcolanchas más rápidas y autónomas superan a las patrulleras de la Guardia Civil y de Aduanas, obligando a propuestas radicales como que la Armada lidere la coordinación marítima con un canal unificado de inteligencia. Interior ha invertido en drones, localizadores telefónicos y sistemas DMR de comunicaciones –113.703 euros en febrero–, pero los agentes denuncian que "no es suficiente" frente a mafias con presupuestos millonarios.
Segundo, la corrupción interna: la fiscal antidroga Rosa Ana Morán alerta de "garbanzos negros" en Policía y Guardia Civil que filtran información a los clanes. Casos como el de Ceuta –dos guardias implicados en 2025– ilustran el riesgo para el Estado de derecho. Propone que la Audiencia Nacional investigue estos casos para evitar interferencias.
Tercero, la judicial: juzgados en Algeciras, La Línea y San Roque están "desbordados" por macrojuicios –50 en la Audiencia de Cádiz entre 2022 y 2025, incluido el mayor de España con 146 acusados–. Jueces como María de las Nieves Marina lamentan ser "olvidados" en visitas europeas, pese a su labor clave. Y, por otro lado, subyace un problema social: el paro endémico –La Línea roza el 30%– empuja a jóvenes a roles como "valleros" o "petaqueros", con jornales de 300-1.000 euros diarios y una población que vive en la economía sumergida con la 'omertá' como práctica común de no colaborar con las FyCSE.
El narco no solo trafica droga; blanquea vía sociedades fantasma en Gibraltar y frena el desarrollo. La Fiscalía pide tipificar como delito el suministro de combustible a lanchas; las deficientes políticas de empleo y educación entre los jóvenes son parte del problema y, sin embargo, básica para las estructuras logísticas del narco. Sin otros medios para subsistir económicamente entre la poblacion que 'vive' de ello, el ciclo persiste.
Hacia un nuevo plan: ¿Luz al final del Estrecho?
Con el V Plan en el horizonte, el Campo de Gibraltar clama por ser declarado "Zona de Especial Singularidad": más agentes, salarios adaptados al riesgo y fondos directos.
Marlaska (PSOE) promete intensificar la persecución logística y la cooperación internacional, pero críticos como Vox y PP ven "complicidad" en los recortes de medios como el OCON Sur y los sindicatos policiales no creen al ministro. "OCON Sur fue la única política que hizo temblar al narco. No era maquillaje: era inteligencia, estructura y capos detenidos. Pero molestaba. No daba titulares fáciles, daba resultados reales. Y lo desarmaron.", reconocieron portavoces de Vox.
En redes sociales, el pulso es constante: desde hilos sobre la "expansión narco" hasta llamadas a equiparar a las FyCSE como "profesión de riesgo".
El Estrecho no es solo geografía; es el pulmón del narco europeo, con hachís de Marruecos y coca de Sudamérica confluyendo en sus playas.
Mientras las narcolanchas surcan la noche, una pregunta: ¿cuánto más puede aguantar un Campo de Gibraltar que padece de grietas estructurales? La respuesta, como el próximo alijo, podría llegar en cualquier momento. Pero por ahora, frustrados, los agentes siguen en primera línea en una batalla desequilibrada, y con el peñón como mudo testigo.
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