VOX se dispara mientras el PP se estanca: la alarma que nadie quiere escuchar en Génova

Los últimos sondeos muestran una tendencia preocupante: VOX ha pasado de estar por debajo del 10% a rozar ya el 18% de intención de voto, acercándose peligrosamente al 20%. Mientras tanto, el Partido Popular se mantiene estancado, incapaz de recuperar credibilidad y de conectar con su electorado en los temas que más preocupan a los españoles.
El crecimiento de VOX no es coyuntural; es estructural. Si esta tendencia continúa, las próximas elecciones podrían mostrar un escenario en el que el PP no supere el 25%, dejando a VOX como la fuerza dominante del centro-derecha. Este impulso se ha visto favorecido por la preocupación ciudadana frente a la inmigración descontrolada, la inseguridad y la percepción de que el gobierno de Sánchez sigue en una deriva autoritaria.
El estancamiento del PP tiene causas claras: falta de liderazgo visible, mensajes poco claros y una incapacidad de proyectar soluciones convincentes. La brecha entre el electorado conservador y el partido se ha ensanchado, dejando un espacio que VOX llena rápidamente.
Dentro del PP, ciertos perfiles han demostrado ser frenos al crecimiento de VOX: Isabel Díaz Ayuso, Cayetana Álvarez de Toledo y Noelia Núñez. Estas líderes proyectan firmeza frente a los problemas que más inquietan a la ciudadanía. Permitir la dimisión de Noelia Núñez ha sido un error monumental: su ausencia debilita al partido y deja vacíos críticos que refuerzan la sensación de incapacidad del resto de la dirección.
Noelia Núñez no es vital únicamente por su liderazgo institucional. Su importancia real radica en que el segmento demográfico que más respalda a VOX son los varones menores de 30 años, que representan más del 30% de su electorado. Precisamente, estos jóvenes eran la horquilla de máximos seguidores de Núñez: millones de visualizaciones en redes sociales con seguidores muy mayoritarios de este grupo. Su regreso o protagonismo es, por tanto, estratégico para frenar la expansión de VOX.
El resto del PP transmite, con frecuencia, sensación de debilidad e indecisión. La población percibe que el partido no está dispuesto a tomar medidas duras en inmigración, seguridad y defensa de España —temas que VOX utiliza como bandera y que le han permitido crecer rápidamente—. Esta percepción erosiona la confianza y amplifica la idea de que el PP no puede frenar a su competidor interno.
Frente a este riesgo, la acción es urgente y necesaria. Recuperar líderes con credibilidad, otorgarles protagonismo mediático y reforzar un discurso firme en inmigración, seguridad y defensa de España es crucial. Solo un PP con liderazgo decidido, voces fuertes y un mensaje coherente en los temas que importan a la ciudadanía podrá reconectar con su base y evitar que VOX se consolide como la fuerza principal del centro-derecha español.
El tiempo no está de parte del PP. La oportunidad de revertir la situación existe, pero requiere medidas inmediatas y estratégicas. Mientras figuras como Ayuso, Álvarez de Toledo y Núñez mantengan visibilidad y protagonismo, VOX encontrará frenos significativos. El problema es que la mayoría del partido transmite fragilidad y falta de capacidad de reacción, dejando al espacio conservador vulnerable.
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