Con la inteligencia artificial ganando terreno y tomando cuerpo ya estamos en una nueva realidad.  El mundo tradicional y creativo de lo analógico tiene los días contados. La nueva y transformadora era ya dio comienzo porque nuestra sociedad cambia a un ritmo que nos cuesta trabajo asimilar. Apenas sin darnos cuenta participamos de este momento donde, a menudo incluso, el valor más absoluto pasa a tener un valor relativo, se transforma. Por eso tenemos que saber adaptarnos lo antes posible y sacar lo mejor de esta oportunidad que se nos ofrece.

La inteligencia artificial, en general, ya no es una novedad en campos como la medicina, la literatura o la investigación. En ella tenemos que confiar nuestro futuro ¿Se imaginan a la IA aplicada al mundo judicial a la hora de dictar sentencias? Todos sabemos que la Justicia no pasa por su mejor momento ante el conocido descrédito que están padeciendo jueces y fiscales, fundamentalmente, por dejarse etiquetar. Ahora bien… ¿podría ser que la IA colaborara para dar una solución al grave problema existente con la Justicia de manera que los resultados devolvieran la confianza a los ciudadanos?

¿No creen que insertar esta tecnología puede ser parte de la solución? Cuanto menos podría acabar con decisiones de jueces que se dejan llevar por los colores de su propia ideología política y por la influencia de sus prejuicios e incompetencias, además de por otras conductas inaceptables que merman la credibilidad e imparcialidad y que cosechan un fatal resultado final.

Todo sea por la importancia y la necesidad de contar con un sistema judicial en nuestro país más justo que devuelva a la sociedad la fe, nivele la balanza de la igualdad y la justicia y le devuelva la venda de la objetividad, imparcial y sin favoritismo. Manchados y malos, como en otras profesiones, hay muchos claro está, el descrédito los está haciendo presa. Sentencias más que discutibles lejos de la lógica y del sentido común hacen sufrir e infligen a la sociedad un daño terrible y difícil de encajar. No son sólo sentencias aisladas fruto de malas leyes que vulneran claramente la Constitución, son también conductas inaceptables. La incompetencia personificada. En definitiva: gente a las que el honor de llevar una toga les viene muy grande.

Pues… ¿se imaginan que un sofisticado programa de IA implementara e incluso suplantara a parte de estos profesionales y nos juzgara? Quién sabe…, la garantía de la imparcialidad la tendríamos.

Dejar las cosas como están no es buena idea. Desde el momento en que un juez se permite colocarse en una tesitura ideológica, ética o moral al margen del derecho individual de una persona, ¡malo! ya te han quitado la libertad y sin libertad no somos nada.