La acogida de inmigrantes ilegales adultos y MENAS en Ceuta cuesta casi 120.000 euros diarios. El CETI funciona como un hotel, con un coste de la manutención fijado en 90 euros por inmigrante al día, dispara la factura a 82.620 euros diarios, 2,5 millones al mes y más de 30 millones al año, según cálculos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, dirigido por Elma Saiz.

A mí no me salen las cuentas de la manutención diaria, cuando en el Casino Militar el menú está a 11 euros, con dos platos, bebida, pan y postres, a base, por ejemplo de un primer plato a elegir entre ensalada, canelones o cocido y un segundo de carne o pescado, completado con bebida y postre con fruta del tiempo o tarta de la abuela, yogur, pudin, incluso arroz con leche o tocino de cielo. Una vez a la semana hay un plato único de cuscús.

Otros establecimientos hosteleros de Ceuta, con el menú diario, no sobrepasan los 12 o los 15 euros, por lo que esos 90 euros para los inmigrantes ilegales del Centro Temporal no parece ajustarse a una gastronomía medianamente austera o básica, lo que me hace pensar que el doce estrellas Michelin, Martín Berasategui, a quien acudió un amigo la pasada semana para que en Donostia pudiera celebrar el 80 cumpleaños de su madre, mostrara en el CETI sus excelencias culinarias de gran chef galardonado, si no por los 4.600 euros para cuatro personas, con un precio más modesto como hace el otro chef José Andrés, ahora caído en desgracia con Trump y que ha dado multitudinarias comidas para gentes en situación de extrema necesidad en Ucrania y Gaza.

Chanzas al margen, lo singular, anecdótico y sorprendente es cómo se maneja el dinero público con generosidad, prueba evidente de que no les duele a los políticos, porque para eso nos fríen a impuestos y sale de nuestro bolsillos; se hacen públicas unas cantidades de manutención de 90 euros diarios, cuando en realidad con bastante menos dinero pueden sufragarse el desayuno, comida y cena, de éstos que venían -según anunciaban los partidos progres y el gobierno actual corrupto-, a solucionar nuestras pensiones y no a "chupar" del dinero público sin productividad alguna.

Esa ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, ¿cómo se explica que con una pensión de 400 euros pueda subsistir un pensionista, cuando para sus inmigrantes ilegales gastan una cantidad superior, porque en los datos apuntados más arriba no se incluyen el vestuario ni los teléfonos móviles.

Es obvio que trabajamos, por mor del actual Gobierno "sanchista" para mantener a improductivos parásitos de la sociedad, llegados en muchísimos casos, a perturbar la seguridad de nuestra sociedad a resistirse a la integración entre nosotros y a provocar conflictos con algún que otro delincuente infiltrado.

Mientras la tolerancia con todos ellos sea exculpatoria de sus fechorías, así nos irá: dinero y más dinero para ese gran negocio de la inmigración, que tantas colocaciones genera y no menos enchufismo provoca.

Los 1.725 inmigrantes ilegales llegados a Ceuta en lo que va de año, y los 22.040 a nivel nacional, según el Ministerio del Interior, son inasumibles en nuestro territorio porque toda África incluida Marruecos, no son posibles acogerlos en España. Y para colmo, cuando un político como Santiago Abascal, pone el foco en el rescate de 300 personas a kilómetros de España en pateras, aunque incapaces de salvar a los pueblos de España del fuego hay quien levanta el grito al cielo. Además ha pedido "confiscar" y hundir el barco de "negreros" Open Arms por considerar que están traficando con inmigrantes al considerar que hace de captación fraudulenta de inmigrantes y mantiene un negocio millonario con dinero público en subvenciones.

Nada nuevo bajo el sol porque también en Ceuta hay quien se molesta porque el Ayuntamiento ha decidido contratar a un detective privado para seguimiento de las decenas de bajas laborales en esa empresa pública de limpieza Servilimpce, que para el PSOE antes funcionaba muy bien cuando estaba de mandamás Juan Gutiérrez y ahora muestras carencias, pese a que en uno y otro caso, las bajas laborales cuantiosas han sido una tónica general tolerada y sin seguimiento alguno, además de las colocaciones familiares en la etapa de TRACE. Una forma de fraude laboral y estafa del dinero público en la actualidad, obligando a contrataciones complementarias y a mayor gasto de dinero público para cumplir un servicio básico del que Juan Vivas ya se olvidó hace tiempo de lograr como mérito de buena limpieza la Escoba de Oro, Plata o Bronce, porque nada más que merece la de hojalata.

Cuando no es de recibo que casi la mitad de una plantilla esté de baja sin que haya situación de pandemia alguna, la gestión política es un desastre y quienes protestan por la contratación de un detective privado, unos desalmados acostumbrados a tolerar y estimular la corrupción política.

Las situaciones "made in Ceuta", son continuas y alarmantes a poco que se rasque y alguien ponga un mínimo de atención a los manejos de diferentes frentes abiertos.