La Policía Nacional despide hoy a uno de sus agentes tras 45 años de servicio, 44 de ellos en su ciudad de origen, Ceuta. 

Florián García Molina ingresó con 20 años en la Policía Armada en 1981, tras realizar el servicio militar. Hasta mediados de 1982 estuvo desempeñando labores de prevención en los llamados “años del plomo”, donde muchos compañeros fallecieron. En ese mismo año, el agente ceutí se trasladó a su tierra natal, donde fue padre de cuatro hijos y abuelo de sus cinco nietos. 

En la Ciudad Autónoma formó parte del grupo de motos de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana debido a su destreza, donde realizó innumerables intervenciones siendo felicitado públicamente por ellas. Permaneció en este grupo hasta mediados de los años 90, donde pasó a formar parte de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), siendo jefe de equipo hasta 2014. En dicha Unidad realizó servicios tanto preventivos como humanitarios, teniendo que desplazarse en numerosas ocasiones por toda la geografía nacional para realizar funciones policiales. 

En 2015 pasó a formar parte de la Unidad de Vestuario, Armamento y Tiro debido a su pericia con las armas, destino donde alcanzó la edad de jubilación.

Florián García Molina es un compañero muy valorado y querido dentro de la Jefatura Superior de Policía de Ceuta, tanto por sus compañeros como por la superioridad. Ha sido condecorado en 2001 con la Medalla a la Dedicación al Servicio Policial, en 2010 con la Encomienda a la Dedicación al Servicio Policial, 2011 con la Medalla al Mérito Policial de la Policía Local de Ceuta, 2016 con la Placa a la Dedicación al Servicio Policial y el pasado año 2024 con la Cruz al Mérito Policial con distintivo blanco.

Además de todas esas condecoraciones, fue felicitado públicamente por la Policía Nacional en 55 ocasiones. 

Florián García será propuesto como Policía Honorario de la Policía Nacional el mismo día de su jubilación.