No hay verano sin incendios en España, y tampoco sin ocurrencias políticas. Esta vez, el PSOE de Ceuta ha decidido subirse al carro proponiendo enviar a los bomberos de la ciudad a la Península para colaborar en la extinción de los fuegos. Una idea tan llamativa como absurda, que sirve para llenar titulares pero no para resolver problemas.

Porque el problema de los incendios no es la falta de efectivos de un cuerpo profesional ya de por sí escaso en Ceuta. El verdadero déficit está en los medios aéreos, en la ausencia de infraestructuras para la carga de agua y en la falta de planificación preventiva por parte de un Gobierno – precisamente del PSOE – que cada año llega tarde a la emergencia. Proponer desvestir a un santo para vestir a otro solo demuestra una cosa: desconocimiento o, peor aún, oportunismo político de manual.

Lo más grave es que quienes lanzan estas “ideas exprés” parecen olvidar dónde viven. Ceuta no es precisamente un lugar libre de riesgo: vandalismo, monte bajo, calor extremo y un verano que multiplica las posibilidades de incendio. Sugerir que en pleno mes de agosto se puede prescindir de nuestros bomberos es una frivolidad que raya en la irresponsabilidad o directamente en lo absurdo.

Pero claro, se trata de estar en los medios, no de estar a la altura. El PSOE de Ceuta parece haber convertido cada asunto en una oportunidad para improvisar declaraciones, aunque carezcan de sentido común. Pura pirotecnia política: mucho ruido, destellos fugaces y, al final, nada más que humo.

La gravedad de la situación que vive nuestro país merece algo más que titulares fáciles, para rellenar el expediente. Merece menos ocurrencias y más políticos que entiendan que los incendios no se apagan con notas de prensa, sino con medios, planificación y gestión seria, algo que, sin duda, el gobierno de Pedro Sánchez ni por descuido hace. Lo demás, y el PSOE de Ceuta lo demuestra una vez más, no pasa de ser propaganda barata.