¿Por qué no convoca elecciones Pedro Sánchez? Porque, evidentemente, las perdería, aunque después se desafore en prebendas hacia sus socios. Pero no es sólo por eso. Permítanme que les relacione algunos motivos más, y denles ustedes el orden de prioridad que deseen.

Un primer motivo de todos conocido: la Justicia, eso que aún no controla y que llama a su propia puerta preguntando por su esposa, a la puerta de la familia queriendo saber de su hermano, y al timbre de Ferraz (si es que hay timbre) citaciones judiciales en mano. Mientras tenga algo que ofrecer a quienes pueden rechazar (o no) un eventual suplicatorio del Supremo, el burladero de La Moncloa le seguirá sirviendo.

Un segundo motivo: el Estado autonómico se le rebelará. Moreno, Mañueco, Ayuso y el conjunto de los barones peperos con poder regional, aprovecharán la ocasión para hacer coincidir comicios generales con autonómicos, procurando que la debacle socialista sea absoluta. Y si la coincidencia en el tiempo no fuera exacta, estos aproximarán la fecha todo lo posible, para ver la caída electoral socialista por fascículos distribuidos por todo el territorio nacional.

Un tercer motivo sería el bajonazo que para nuestro muy egocéntrico presidente supondría su propia imagen ante Europa. Nada menos que el secretario general de la Internacional Socialista relegado a la oposición en su propio país (tan irrelevante fuera como en casa) y, quién sabe, si cómo representante del tercer partido de España de seguir como van las encuestas, esas que carga el Diablo con permiso de Tezanos. 

Un cuarto motivo: el desarrollo del proyecto socialista por encima de cualquier interés nacional. El socialismo español sabe de la cobardía pepera a la hora de derogar leyes, por más que Feijóo ande ahora dándoselas de valiente. Por suerte para él y, sobre todo, para España, todo hace indicar que está vez va a tener quien le impida recular llegado el momento. Y, del mismo modo que ahora copia las políticas de Vox, llegado el momento va a tener que cumplirlas. Ya conoce el gallego por los antes susodichos que, Abascal mediante, tonterías ni una. Si es que no es a Santiago a quién le toca poner las cosas en su sitio.

Y como no hay quinto malo (desde el deseo expreso que Morante vuelva lo más pronto posible), Sánchez no va a convocar elecciones porque no vino para cumplir la Ley sino a imponer su propia ley. Y mientras no sepa que podrá decir que ha ganado (aunque no lo haga porque jamás lo hizo), no va a haber elecciones en España. Habrá que tener cuidado con cada papeleta, con cada sobre que llegue a las Juntas electorales. Sabe por ZP cómo otros que se dicen socialistas han ganado elecciones en otros lugares del planeta. Y a Pedro Sánchez se le da maravillosamente bien eso de copiar lo que no debe.

2027, pues, no se plantea como el de las próximas elecciones. No si antes de la fecha que elijan de ese año, el gobierno no ha copado ya todos los poderes en España. Le queda por colonizar el Poder Judicial. Si eso sucede, den por perdida la democracia en nuestra Nación. Porque, por más que después vengan a ofrecernos la posibilidad de elegir, de votar, sencillamente, será todo mentira. Esa mentira completa en la que sólo haya verdad a los ojos de sus mentores, sus adláteres y sus pelotas. Esa mentira que nos lleve al abismo del capricho y el abuso innatos en los dictadores.