
Ceuta ante el Estado: lealtad sin reciprocidad
"Ceuta no necesita más explicaciones, sino más presencia. Y la presencia no se declama: se demuestra con medios, recursos y voluntad política". Jesús M. González Barceló
I. La Cámara de Comercio: el motor silencioso
En los últimos años, la Cámara de Comercio de Ceuta se ha consolidado como uno de los pocos engranajes institucionales que no solo funcionan, sino que impulsan el desarrollo económico y social de la Ciudad Autónoma. Su papel ha sido múltiple y estructurado, enfrentando retos con eficacia, adaptabilidad y visión.
1. Formación y empleo:
La Cámara ha reforzado su apuesta por la formación práctica, ofertando programas de capacitación profesional ligados a las necesidades reales del tejido productivo ceutí. En lugar de burocracia,oportunidades.
2. Apoyo a las pymes y emprendedores:
Desde el acompañamiento a nuevas iniciativas hasta la asistencia técnica para acceder a ayudas, licencias ydigitalización, la Cámara ha sido una brújula para muchos autónomos y empresarios locales, especialmente durante los momentos de crisis e incertidumbre.
3. Diversificación económica:
En un entorno geoestratégico complejo y con la amenaza estructural del vecino sur, la Cámara ha planteado apuestas ambiciosas en materia de e-commerce, logística, economía azul y zonas francas, impulsando un futuro menos dependiente del sector público.
4. Interlocución institucional:
Su capacidad para articular discursos solventes ante administraciones nacionales y europeas ha posicionado a Ceuta como un territorio con potencial, no solo como un "problema fronterizo".
En resumen, la Cámara de Comercio representa ese tipo de institución que el Estado debería replicar, en lugar de ignorar.
II. El Estado: ausente en las trincheras del sur
Mientras tanto, el Estado español sigue sin comprender --o sin querer comprender-- la singularidad de Ceuta y su rol estratégico no solo en clave nacional, sino civilizacional. La Ciudad Autónoma es una avanzadilla europea en el continente africano, y cada paso atrás del Estado es un metro ganado por el chantaje marroquí.
1. Defensa y presencia militar real:
La reciente escalada presupuestaria en materia de defensa debe repercutir directamente en Ceuta y Melilla. No estamos hablando de teorías ni de futuribles. Ceuta necesita:
- La vuelta inmediata de la V Bandera de la Legión, no como gesto nostálgico, sino como despliegue disuasorio.
- La ampliación del Tabor de Regulares en personal y medios.
- El refuerzo de la IV Bandera de la Legión, que lleva años operando con recursos limitados.
- La presencia permanente de un patrullero de la Armada, no como relevo, sino como elemento estructural de vigilancia y soberanía.
- Un aumento de efectivos del Cuerpo Nacional de Policía y Guardia Civil, ajustado a la realidad migratoria, fronteriza y terrorista de la zona.
2. Funcionariado y Estado circular:
No se puede pedir tejido económico fuerte si el Estado no ejerce como ancla económica directa. Más funcionarios del Estado implican más renta disponible, más consumo, más viviendas, más hijos, más aula, más farmacia, más bar. Es economía circular real. Es presencia.
3. Fiscalidad y discriminación negativa:
La retirada de la bonificación del 60% en las cuotas a la Seguridad Social fue un crimen económico sin paliativos. Urge no solo restituirla, sino aumentarla al 100% para Ceuta y Melilla como estímulo fiscal permanente.
4. Comunicación marítima estratégica:
El trayecto Ceuta-Algeciras debe ser declarado Línea de Interés Estratégico Nacional, y establecerse una tarifa simbólica de 5 euros por trayecto para cualquier ciudadano del planeta Tierra o alienígena que demuestre saber leer el Marca. Lo que hoy se vive es directamente la autopista marítima más cara del mundo para quienes no estén empadronados.
III. Una oportunidad política hispanoafricana
Ceuta, Melilla y Canarias comparten una verdad silenciosa: la desafección del Estado es proporcional a su lejanía geográfica. Pero hay una aritmética posible. Entre las tres suman 17 diputados en el Congreso de los Diputados. Si una formación política hispanoafricana lograra hegemonía en estos territorios, tendría al Estado cogido por los mismos resortes que hoy premian la deslealtad de Cataluña o la desobediencia de Vascongadas.
La ecuación es simple: si no hay justicia, debe haber influencia. Y la influencia se mide en escaños. Ceuta no pide privilegios. Pide coherencia. Y lo hace con la frente alta, mirando hacia Madrid y también hacia Bruselas, pero sin dejar de ver el mapa del sur con la claridad de quien ya ha vivido el asedio
La opinión de Ceuta Ahora se refleja únicamente en sus editoriales. La libertad de expresión, la libertad en general, es una máxima de filosofía de este medio que puede compartir o no las opiniones de sus articulistas
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.189