
No, Noelia, no
Habían pasado pocos minutos de la dimisión de la ya ex diputada del PP Noelia Nuñez, cuando comenzaron a surgir voces aludiendo a su sentido de la responsabilidad. Alguno subrayaba que no se le hubiera pedido que aguantara, como hacen en el PSOE, y que dimitiera, como no hacen en el PSOE.
Y es de alabar la decisión de Noelia, quien no dudó en dimitir apenas la opinión pública tuvo conocimiento del pecado cometido: había mentido en su currículum expuesto en la web del Congreso de los Diputados, diciendo ser licenciada en un doble grado universitario.
Hasta ahí, bien. Has mentido, te han pillado (el socialista menos indicado, que al parecer también ha mentido en su formación, el tal Óscar Puente), y has presentado tu renuncia a todo aquello de lo que has sido responsable. El problema es que la mentira se mantuvo, no fue instantánea su reparación, sino que Noelia ha consentido el mantenimiento de ese ¿error? durante varios años, y eso la sitúa al mismo nivel de aquellos ante los que ha pretendido ser un ejemplo.
No, Noelia, la graduada únicamente en Bachillerato, no es ejemplo de nada, porque si alguien, ejemplar o no, no se llega a percatar, hubiéramos tenido todo el derecho (el que ella académicamente desconoce) a pensar que la mentira se mantuviese a saber hasta cuándo.
Otra cosa hubiera sido que en 2023 Noelia hubiera reconocido tan tamaño y como extraño error en sus datos curriculares, y hubiese mandado a corregirlo. La cuestión es que, según cuentan, la ya ex vicesecretaria pepera ya había incurrido en semejantes manchas académicas en ocasiones anteriores. Según parece ya dijo que había estudiado Derecho, Filología inglesa y ahora el doble grado de autos, en otros lugares por los que pasó. Ni entonces ni ahora, corrigió el error. Por eso me permito dudar de la ejemplaridad que se nos quiera vender de la bachiller Nuñez, por la constancia en el mantenimiento de un error, siempre el mismo, para avalar su actuar político.
No, Noelia, no. Tampoco sirve el consuelo de tontos porque el mismo mal lo cometiesen otros, incluso con mayor gravedad, porque en política el ser honesto lo garantiza la apariencia que te permite el aval de una titulación real.
Así pues, el titular mediático que buscaban en el PP para Noelia se cae solo. El titular debería ser que Noelia Nuñez dimite tras dos años (al menos) mintiendo en su currículum. Porque eso y no otra cosa, es lo que ha estado ocurriendo. En cualquier caso, reiteró, se agradece que el mentiroso dimita y no aguante como en las siglas de enfrente.
Ahora queda esperar que sus señorías, tan dados a reglamentar todo en Las Cortes Españolas, estimen oportuno facilitar a los servicios de la Cámara sus correspondientes títulos universitarios compulsados (la firma de Begoña no vale), para que los españoles sepamos realmente quiénes son nuestros elegidos.
Me temo que no van a formarse colas para ello.
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