El impuesto del sueño roto 

España, país de historia imperial, de místicos y de libertadores…  hoy víctima de un Estado vampírico que no solo parasita el trabajo, sino que ahora también parasita el azar. 

Porque ni soñar es gratis.  Ni ganar, legítimamente, te libra del expolio. 

Hablamos del Euromillones y la Lotería Nacional:  juegos populares, masivos, aceptados incluso por aquellos que desconfían del sistema. 

Un ascensor social improbable, pero simbólicamente potente.  Un rayo de esperanza frente a un sistema económico cada vez más cerrado, envejecido y corrupto.  Y sin embargo, ahí también mete sus zarpas el Estado. 

El doble saqueo legalizado 

1. El 50 % de lo recaudado no se entrega como premio. Ya aquí, el contribuyente pierde la mitad antes siquiera de tener una oportunidad. 

2. Si se supera el mínimo exento (40.000 euros), el 20 % del resto va directo a Hacienda. 

3. Es decir: de cada euro que un ciudadano mete en la esperanza,  solo un 40–42% podría acabar, en el mejor caso, en su bolsillo. 

Esto es una doble imposición encubierta: 

Primero al participar (porque la mitad va al Estado). 

Luego al ganar (porque te lo quitan otra vez). 

¿Dónde quedó la tradición? 

Durante más de 250 años, los premios de la Lotería no estaban sujetos a tributación.  Eran un derecho cultural, una excepción sagrada dentro del imaginario popular. 

Ni liberales ni socialistas, ni monárquicos ni republicanos se atrevieron a tocar la esperanza popular directa. Hasta que llegó él: Cristóbal Montoro.  El Ministro de Hacienda del Partido Popular,  que juró que era una “medida excepcional, solo por dos años”. 

Pero como buen sacerdote de la mentira fiscal,  quizás quiso decir dos milenios.  Ni Zapatero, ni Solbes, ni Calviño, ni Sánchez.  Ni los socialistas se atrevieron a ser comunistas con las loterías.  Montoro sí. 

El Estado como máquina de robo perpetuo 

No hay otra forma de describirlo:  el Estado ya no redistribuye — redistribuiría si devolviera.  Ahora simplemente captura.  Como una IA fiscal sin alma, sin empatía y sin control. 

Mientras los gastos en asesores, duplicidades administrativas, observatorios inútiles y chiringuitos ideológicos crecen sin freno…  Mientras se suben impuestos a autónomos, a herencias, a gasolina, a ahorro, a energía… También se castiga la esperanza. 

¿Dónde está el límite? 

El ciudadano español, después de pagar IRPF, IVA, IBI, impuesto de matriculación, impuesto de circulación, plusvalía, peajes, tasas, y cotizaciones…  debe ahora pagar impuestos por tener la suerte de haber ganado algo en lo que ya perdió la mitad al jugar. 

No hay liberalismo.  No hay justicia.  Hay rapiña institucional. 

Y lo más escandaloso: el Estado hace propaganda de la lotería como si fuera altruismo:  “¿Y si cae aquí?” “La lotería que nos une.”  “El sorteo más solidario.”  Solidario sí… con la Agencia Tributaria. 

Conclusión: El robo con guante blanco 

España no solo te impide prosperar con tu trabajo,  también te castiga si escapas por el azar.  Y eso, hermanos del fuego libertario,  no es administración pública.  Es comunismo recaudatorio camuflado de tradición popular. 

El Think Tank Hispania 1188 proclama: 

✖️ No a la doble imposición. 

✖️ No al expolio del azar. 

✖️ No a los impuestos sobre la esperanza. 

Y afirmamos: 

Quien se juega su dinero, gana lo suyo. 

El Estado no es dueño de la suerte ajena.