Domingo, 07 de Septiembre de 2025

Actualizada Domingo, 07 de Septiembre de 2025 a las 10:34:31 horas

Foto genérica de taxis en Ceuta Foto genérica de taxis en Ceuta
Ramón Rodríguez Casaubón
Viernes, 11 de Julio de 2025

¡No llevo mascotas! ¡Haberlos, haylos!

Soy asiduo usuario del taxi en general y en Ceuta en particular, hace más de veinte años ¡qué se dice pronto! que cojo este medio de transporte un par de veces al día. El taxi ceutí me ha regalado lo mejor que uno puede conseguir en esta vida, la amistad sincera de una persona con corazón puro, mi hermano Abdelaziz. Fue la primera persona con la que hablé al llegar a Ceuta aquel lejano 17 de noviembre de 2003 en el último barco. ¡Ahí estaba mi hermano, trabajando como lleva haciendo toda la vida! 

 

         Creo que en el sector del taxi ceutí es difícil encontrar a alguien que no me conozca o yo a él. Por ese motivo me duele más aún la denuncia que me veo obligado a hacer. 

 

         Hace unas semanas un señor, que realiza un servicio de interés público negó la subida al coche a mis perrillos: “¡No llevo perros! ¡No llevo mascotas!” Son dos bestias descomunales, cruce de chihuahua y ratonero de Praga, de 2 y 4 kilos respectivamente. Por supuesto tenían sus correspondientes mochilas de traslado pero no se nos dio pie a poder mantener una conversación explicativa. Hace unos días, en tierras salmantinas, por dos ocasiones, dos taxistas diferentes se negaron a llevarme por ir acompañado de Kitty, uno de los dos monstruosos canes a los que antes hice alusión. En este caso la perrilla de dos kilos de peso, que iba en su correspondiente mochila. 

 

         En el caso ceutí no llamé para pedir explicaciones o denunciar porque, lo digo sinceramente, me daba vergüenza ¡shuma! tener que hacerlo por ser un sector al que tengo especial cariño y donde hay numerosos amigos. En terreno charro sí lo denuncié y solicite expresamente que se grabara la conversación mantenida. A ellos sí les dije que la Ley de Bienestar Animal refiere expresamente que “los transportes públicos y privados facilitarán la entrada de animales de compañía que no constituyan un riesgo para las personas, otros animales y las cosas, sin perjuicio de lo dispuesto en la normativa sobre salud pública, en las ordenanzas municipales o normativa específica”.

 

         ¡Se pueden imaginar los oyentes el caso que me hicieron! ¡Hemos avanzado muy poco en esta sociedad en conceptos como la soledad y el respeto a los seres vivos! ¡Cualquier persona que tenga una mascota es perfectamente conocedora del bien que nos aporta y de cuánto cariño provoca! Cualquiera que tenga el infortunio de padecer una enfermedad sabe ¡cuánto nos apoyamos en quienes nos quieren y nos muestran afecto y más en esos momentos! ¡Sean humanos o animales! 

 

         Cualquiera que tenga la desgracia de ser arrinconado por una soledad no elegida es consciente de ¡cuánto le aporta ese “bichillo” que tiene junto a él! Aunque si me atengo a las estadísticas sobre esperanza de vida debiera decir “junto a ella”! Y si me refiero al lenguaje inclusivo, igualmente debiera utilizar el género femenino.

 

         En definitiva, el hecho de que te nieguen acceder a un servicio de interés público, como indiqué con anterioridad, con tu mascota, es una falta de sensibilidad supina, siempre y cuando se cumpla con las básicas normas de civismo por parte de los pasajeros. Ya no basta con que aquellos que sí respetan la normativa vigente y tienen suficiente empatía pongan una pegatina o la información pertinente en sus negocios, en el sector del taxi debieran estar perfectamente identificados aquellos que no admiten mascotas. ¡Para que los consumidores podamos decidir qué taxi escoger y cuál no! Yo tengo clarísimo un señor que ya nunca más me llevará al puerto, a mi puesto de trabajo, al cine ¡o por supuesto al veterinario con mis animalitos! 

 

         Por el momento ya me he registrado como usuario de plataformas privadas de movilidad ¡qué sí tienen esa política de información! Triste para un defensor acérrimo del servicio público que se ha visto maltratado por quienes defiende. Insisto en el hecho de que el servicio de taxis es de interés público. Añadir por último que la realidad es que la mayoría de taxistas en Ceuta no tienen el comportamiento insolidario descrito en mi artículo. ¡Pero haberlos, haylos!

 

         Como dijera Soul Etspes: “¡Cuándo tu intransigencia maltrata a quienes quiero ¡me defiendo!”.

La opinión de Ceuta Ahora se refleja únicamente en sus editoriales. La libertad de expresión, la libertad en general, es una máxima de filosofía de este medio que puede compartir o no las opiniones de sus articulistas

Comentarios
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.190

Todavía no hay comentarios

Más contenidos

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.