Entrevista
Juan Sergio Redondo: "Marruecos utiliza la inmigración ilegal como arma política para chantajear al Estado español"

Juan Sergio Redondo Pacheco, nacido en Ceuta en 1976. Es historiador y líder de Vox en la Asamblea de Ceuta desde 2019. Es graduado en Geografía e Historia por la UNED, con doctorado en la Universidad de Granada, y también posee títulos en Derecho y Docencia. Como dirigente de Vox en Ceuta, lideró campañas electorales, logrando obtener representación en la Asamblea y aumentando su apoyo en subsiguientes elecciones, aunque en 2023 quedó en tercera posición.
- Como ceutí que usted es: ¿Cuáles han sido los grandes éxitos y fracasos de la Ciudad desde que se obtuvo el estatus de Ciudad Autónoma en 1995?
Lo cierto es que, casi 30 años después, es difícil hablar de grandes éxitos. El estatus de Ciudad Autónoma llegó con la promesa de integrarnos de forma plena en la estructura del Estado, de garantizar nuestro desarrollo económico, social y político, y de cerrar definitivamente cualquier intento de desestabilización externa, especialmente por parte de Marruecos. Pero nada de eso se ha cumplido. Al contrario: los problemas se han multiplicado y la desafección del ceutí es cada vez mayor.
El Estatuto de Autonomía fue una oportunidad histórica, cierto, pero aterrizó en una ciudad políticamente rota, marcada por el transfuguismo y el cortoplacismo. La irrupción del partido de Jesús Gil en Ceuta solo vino a complicar aún más las cosas con más oportunismo, más tránsfugas, más caos, más ruido y más heridas institucionales. Y cuando todo eso se vino abajo, apareció Juan Vivas. Un político desconocido que, amparado por el miedo y la inestabilidad, accedió al poder sin que nadie lo hubiese votado, aupado a la Presidencia gracias al apoyo tránsfuga. Desde entonces, y una vez aposentado en el poder, con una política de compra de voluntades, control de nóminas y del presupuesto público, ha ido cosechando una serie de victorias electorales, más o menos abultadas, que le ha permitido retener el sillón contra viento y marea durante dos décadas.
Con Vivas ya entronizado, el Estatuto dejó de ser una herramienta colectiva para convertirse en un instrumento personal. Lo moldeó a su gusto. No para garantizar el bienestar de los ceutíes o fortalecer nuestro encaje en España, sino para construir un régimen a medida: clientelar, opaco, autocomplaciente. Durante más de 20 años ha gobernado sin contrapesos reales, repartiendo cargos y favores, usando las instituciones como si fueran suyas, sin asumir nunca responsabilidades por el abandono de los barrios, la falta de empleo, el colapso de los servicios públicos o la desigualdad creciente.
Hoy Ceuta sigue atrapada en una crisis estructural permanente, mientras su presidente se aferra al poder como si fuera vitalicio. Y lo peor es que, en lugar de avanzar hacia una ciudad moderna, desarrollada y cohesionada, hemos retrocedido. Las promesas de autonomía se han quedado en papel mojado. Las tensiones con Marruecos no han disminuido, sino todo lo contrario, encontrando en la inmigración ilegal una eficiente forma de presión, extorsión y de llevarnos al colapso. La inversión estatal cuando no es insuficiente es simplemente caótica y, mientras tanto, los ceutíes, especialmente los más jóvenes, viven entre la desilusión, la resignación o la diáspora.
Por eso, más que hablar de éxitos, deberíamos hablar de oportunidades perdidas. Y de la urgencia de despertar. Porque Ceuta no puede seguir siendo rehén de un liderazgo agotado que ha confundido la ciudad con su patrimonio personal.
"Hoy Ceuta sigue atrapada en una crisis estructural permanente, mientras su presidente se aferra al poder como si fuera vitalicio".
- Hace unos días se publicaron unos datos que decía que el número de autónomos en Ceuta había descendido pero que habían aumentado la población trabajadora por cuenta ajena ¿Cómo valora ese cambio?, ¿Qué planes económicos tienen VOX para la ciudad?
Desde VOX Ceuta lo decimos sin rodeos: estamos ante un juego de trileros con las cifras. Mientras se presume de un ligero aumento en la afiliación a la Seguridad Social, se oculta una realidad preocupante: el desplome del número de autónomos. Esto no es una casualidad, es una señal inequívoca de que Ceuta no cuenta con un modelo económico estable, sólido, ni orientado al futuro. La actividad empresarial local está asfixiada, los pequeños negocios cierran, y muchos ceutíes se ven obligados a marcharse a la península ante la falta de oportunidades reales. Y esta sangría solo la está señalando VOX.
Mientras tanto, el Gobierno se refugia en el espejismo de los empleos generados por el sector del juego online y el empleo público. Pero eso no es un tejido económico diversificado ni sostenible. Una ciudad no puede depender solo de estos dos pilares. Ceuta necesita una verdadera revolución económica.
En estos últimos años, VOX ha llevado a la Asamblea infinidad de propuestas concretas y realistas para reactivar el empleo y generar nuevas oportunidades. Hablamos, por ejemplo, de crear un Centro de Formación Marítima, una escuela de tecnificación deportiva, o una terminal de carga en el puerto para dinamizar nuestra infraestructura logística. También propusimos una cuota cero para nuevos autónomos, una medida aprobada pero que el Gobierno no ha sido capaz ni de poner en marcha.
Además, hemos reclamado medidas para atraer inversión privada poniendo en valor nuestras ventajas fiscales, aún muy desconocidas fuera de Ceuta. Por eso pedimos la creación del prometido Observatorio Fiscal, que serviría para difundir nuestro régimen económico especial y captar empresas interesadas en implantarse aquí. Pero una vez más, los partidos del consenso, encabezados por el PP, prefirieron dejarlo en un cajón.
En VOX tenemos claro que el futuro de Ceuta no está en seguir dependiendo de Marruecos, ni en alimentar estructuras subvencionadas, sino en mirar decididamente hacia el norte, hacia la península, hacia Europa. Apostamos por incentivar a los autónomos, atraer inversión productiva, impulsar la formación profesional de calidad y defender un modelo económico que garantice prosperidad, empleo y libertad para todos los ceutíes.
"No estamos aquí para ocupar un sillón, sino para cambiar un modelo agotado y profundamente corrompido".
- Usted es el líder de VOX Ceuta, VOX es un partido nuevo y joven, ¿Cómo ha sido la aparición de VOX en la sociedad ceutí y entre las élites ceutíes, encuadradas en el PSOE y el PP y qué planes a nivel social hay para esta bella Ciudad Autónoma?
La aparición de VOX en Ceuta ha supuesto un auténtico punto de inflexión en la política local. Nuestra irrupción ha roto el ‘status quo’ construido durante más de dos décadas por Juan Vivas y su entorno, que ha mantenido un férreo control sobre todo lo que se movía en la ciudad, tanto dentro de su partido como en las instituciones, los medios y las redes clientelares que se han formado en torno a ese poder.
VOX ha sido incómodo desde el primer momento no solo para el Partido Popular, sino también para el PSOE y los grupos vinculados a intereses marroquíes. ¿Por qué? Porque hemos hecho lo que nadie se había atrevido a hacer: señalar directamente las conexiones de poder, las cesiones culturales, los silencios estratégicos y las prebendas institucionales que han ido favoreciendo un proceso progresivo de marroquinización, impulsado desde dentro de las propias instituciones locales, en nombre de una supuesta "convivencia" que, en realidad, ha servido de coartada para diluir la identidad española de Ceuta.
Hoy tenemos una ciudad que, con un presupuesto superior a los 400 millones de euros, sigue arrastrando problemas estructurales graves, mientras el dinero acaba gestionado y canalizado por los mismos poderes fácticos de siempre. Y quienes se benefician no son precisamente los ceutíes que madrugan, trabajan y pagan sus impuestos.
En cuanto a nuestros planes a nivel social, VOX propone un modelo radicalmente distinto al que promueven el PP, el PSOE y sus socios. Mientras ellos avanzan hacia una Ceuta culturalmente sometida al discurso de Marruecos —fomentando símbolos, festividades y hasta lenguas ajenas a nuestra historia como el dariya— nosotros defendemos una Ceuta española, europea, segura y orgullosa de su identidad.
Por eso, desde VOX reclamamos una mayor implantación de la Administración en todos los barrios, empezando por los más abandonados. Reclamamos presencia real del Estado: más Policía Nacional y Guardia Civil, más inversión en infraestructuras públicas, y medidas concretas como la creación de un Centro de Formación de Tropa, la instalación permanente de una unidad de la UME, y una política social orientada a recuperar el control de la ciudad por parte de quienes creen en España y la defienden.
No estamos aquí para ocupar un sillón, sino para cambiar un modelo agotado y profundamente corrompido. Ceuta necesita orden, identidad, seguridad y prosperidad. Y eso solo es posible desde una política patriótica, valiente y libre de complejos. Justamente lo que representa VOX.
- Cuando se habla de los problemas geopolíticos que azotan el primer tema que asoma es Marruecos, hace poco se hablaron de túneles de contrabando, el tema de la droga es también un peligro, ¿Cómo afronta está ciudad su frontera con Marruecos en este tema?
Desde VOX hemos sido especialmente críticos con la gestión fronteriza del Gobierno central, porque consideramos que Ceuta no dispone ni de los medios materiales ni del personal necesario para garantizar una frontera segura, digna de lo que representa: no solo la frontera de España, sino la de toda Europa en el continente africano.
La reciente aparición de un túnel de contrabando no nos sorprende. Lamentablemente, lo que hoy ha salido a la luz es solo la punta del iceberg. Ya lo hemos denunciado públicamente en más de una ocasión: en la zona de los polígonos del Tarajal debe de existir una red subterránea más extensa que la del propio metro de Madrid. Y mientras tanto, el Estado sigue sin tomar medidas reales para blindar el perímetro.
El contrabando, el narcotráfico y la inmigración ilegal comparten algo en común: se aprovechan de la debilidad estructural de nuestras fronteras, de los espigones vulnerables y de la falta de voluntad política para actuar con contundencia. En VOX hemos exigido en numerosas ocasiones la rehabilitación y ampliación de los espigones del Tarajal y de Benzú, porque ambos puntos son zonas de paso clave para la inmigración irregular y el tráfico ilícito. Presentamos una propuesta concreta en la Asamblea para instar al Gobierno de la Nación a actuar en ese sentido, pero fue bloqueada por todos los demás grupos políticos. Esa negativa no perjudica a VOX, perjudica directamente a Ceuta y a los ceutíes.
Mientras tanto, la ciudad sigue viéndose desbordada por la inmigración ilegal, con un sistema asistencial colapsado, recursos públicos sobrecargados, y una creciente sensación de inseguridad. Y todo esto ocurre con el silencio cómplice del resto de formaciones, que siguen priorizando el discurso buenista antes que la seguridad nacional.
En VOX tenemos una visión clara: Ceuta necesita una frontera infranqueable, segura, vigilada y dotada con todos los medios tecnológicos y humanos que requiere su condición estratégica. Solo así podremos garantizar el orden, combatir el crimen organizado, y defender de verdad la soberanía española.
"Lo que está ocurriendo en Ceuta no es un fenómeno espontáneo ni una crisis humanitaria mal gestionada: es una estrategia de presión calculada, orquestada por Marruecos"
- En inmigración vemos que Ceuta lleva dos décadas siendo azotada con especial virulencia por la inmigración ilegal, desde llegadas en balsas hasta los famosos saltos a la verja, agresiones a guardias civiles y la inseguridad que acecha por este motivo? ¿Qué ocurre con eso y qué motivos hay detrás de este acoso a Ceuta y la dejadez de las autoridades centrales españolas?
Lo que está ocurriendo en Ceuta no es un fenómeno espontáneo ni una crisis humanitaria mal gestionada: es una estrategia de presión calculada, orquestada por Marruecos, que utiliza la inmigración ilegal como arma política para chantajear al Estado español. La evidencia más clara de esta maniobra fue la invasión migratoria de mayo de 2021, cuando más de 10.000 personas entraron en Ceuta en menos de 48 horas, sin ningún intento serio por parte de las autoridades marroquíes —ni tampoco españolas— de frenar lo que fue, en toda regla, una “marcha verde del siglo XXI”.
Esa operación no fue un accidente, fue un ejercicio de fuerza geopolítica. Y la respuesta del Gobierno de Pedro Sánchez fue de absoluta sumisión. No solo no se defendieron nuestras fronteras con la firmeza necesaria, sino que se optó por una política de apaciguamiento que, lejos de resolver el problema, ha incentivado a Marruecos a seguir utilizando esta táctica. Rabat abre y cierra el “grifo migratorio” según sus intereses diplomáticos o económicos, sabiendo que España, al menos con los gobiernos actuales, no responderá con la contundencia debida.
Además, no podemos ignorar el trasfondo territorial del conflicto. Marruecos mantiene una reclamación abierta sobre Ceuta y Melilla, y la presión migratoria forma parte de esa estrategia de desgaste. La inmigración ilegal no solo impacta en la seguridad y convivencia de los ceutíes, sino que también busca socavar la soberanía española sobre esta tierra. Mientras tanto, desde el Gobierno central —y también desde el de la Ciudad Autónoma— se mantiene una actitud débil, complaciente, y en ocasiones incluso colaboracionista con la narrativa marroquí.
Desde VOX lo decimos sin rodeos: Ceuta es España. Y España tiene la obligación de defender su frontera sur con firmeza, con medios materiales, con respaldo legal y con una voluntad política clara. Basta ya de cesiones. Basta ya de que Pedro Sánchez acuda a Rabat a rendir pleitesía al monarca alauita firmando acuerdos opacos en los que ni siquiera se menciona la españolidad de Ceuta y Melilla para no "ofender". Es hora de levantar la voz, de proteger nuestras fronteras, de garantizar la seguridad de nuestros compatriotas, y de actuar como lo que somos: una nación soberana.
- Vemos también un esfuerzo marroquí por modernizar la zona con Tánger – Med como punta de lanza pero ¿Qué otras medidas de presión económica impone Marruecos sobre Ceuta para perjudicar económicamente a los ceutíes?
La presión económica que Marruecos ejerce sobre Ceuta no es casual ni limitada: forma parte de una estrategia política deliberada que busca asfixiar a la ciudad desde el punto de vista económico, comercial y logístico, con el objetivo último de debilitar su viabilidad como parte integral del territorio español.
El ejemplo más evidente y reciente es la llamada "aduana comercial" entre Marruecos y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Desde el Gobierno central y el autonómico del PP se ha intentado vender este proyecto como una solución milagrosa para la economía local, pero desde VOX hemos sido claros desde el primer momento: esta aduana no es más que un experimento controlado por Rabat con el único fin de inundar nuestras ciudades con productos marroquíes, sin que exista un flujo real y beneficioso de exportación desde Ceuta hacia Marruecos.
A pesar de los múltiples anuncios y fechas incumplidas desde hace años, la supuesta aduana finalmente se ha inaugurado en 2025, y se ha cumplido exactamente lo que desde VOX habíamos advertido: el paso de mercancías desde Ceuta hacia Marruecos ha sido prácticamente nulo. Los empresarios locales ya han alertado de que este mecanismo no solo no genera ningún beneficio, sino que puede suponer un perjuicio directo al comercio ceutí, que se ve obligado a competir con productos marroquíes en condiciones de desigualdad.
Además, es importante recordar un aspecto clave: reconocer una verdadera aduana comercial implicaría, en términos diplomáticos, aceptar la soberanía española sobre Ceuta y Melilla, algo que Marruecos nunca ha estado dispuesto a hacer de forma clara y oficial. Por tanto, cualquier supuesto acuerdo aduanero siempre estará limitado, tutelado y condicionado por los intereses estratégicos de Rabat, no por el bienestar de los ceutíes.
Desde VOX lo tenemos muy claro: Marruecos no actúa como un socio leal, sino como un régimen que emplea herramientas económicas, migratorias y diplomáticas para ejercer presión sobre España. Y mientras el Gobierno de Sánchez y el PP siguen cediendo y vendiendo humo, nosotros seguiremos defendiendo la soberanía, la legalidad y los intereses de Ceuta sin concesiones ni complejos.
"Desde VOX lo decimos con claridad: Ceuta es España, y su integridad territorial, cultural y política no es negociable"
En Ceuta se han vivido momentos de tensión, redadas antiterroristas y un proceso creciente de inmigración. ¿Está Ceuta en un proceso de islamización o marroquinización? Y si es así, ¿es algo social o también ha penetrado en las élites políticas y económicas? ¿Hay lobbys marroquíes en la ciudad?
Ceuta lleva años inmersa en un evidente proceso de marroquinización e islamización, y lo más preocupante es que este fenómeno no está impulsado únicamente por movimientos sociales o religiosos radicalizados, sino que se promueve desde las propias instituciones, con el Gobierno del Partido Popular como principal facilitador. Se trata de una deriva sostenida en el tiempo, silenciosa pero profundamente estructural, que ya ha penetrado en todos los estratos de la vida pública ceutí: desde el ámbito político y administrativo, hasta sectores económicos estratégicos y entornos educativos.
No hablamos de una mera convivencia cultural, como intenta vendernos el relato oficial. Hablamos de cesiones constantes, de renuncias simbólicas y prácticas, de una creciente influencia de lobbys vinculados directa o indirectamente con intereses marroquíes, que operan con impunidad en la ciudad y que han logrado imponer una agenda identitaria completamente ajena a los valores constitucionales españoles.
Santiago Abascal ya lo advirtió con claridad durante su visita a Ceuta en el contexto de la invasión migratoria de mayo de 2021: en esta ciudad operan quintacolumnistas, es decir, personas con nacionalidad española pero con lealtades ideológicas o identitarias alineadas con Marruecos. Mientras VOX ha sido el único partido en señalar y denunciar este grave problema, el resto de formaciones, especialmente el PP, han preferido mirar hacia otro lado, abrazando un discurso multicultural que, en la práctica, les lleva incluso a plantear el reconocimiento del dariya —dialecto árabe marroquí— como lengua cooficial o materna de Ceuta.
Desde VOX lo decimos con claridad: Ceuta es España, y su integridad territorial, cultural y política no es negociable. Reclamamos una política firme, decidida y sin complejos frente a cualquier intento de desnaturalizar nuestra soberanía o de socavar nuestras instituciones desde dentro.
- ¿Cómo se vive desde Ceuta las constantes amenazas y reivindicaciones marroquíes, cada vez más abiertas y directas, sobre Ceuta, hablando de ocuparlas y tomarlas para sí? ¿Temen medidas más contundentes de Marruecos a nivel diplomático como ya hacen con el tema del Sáhara Occidental en la ONU o en la Unión Europea?
Desde Ceuta se vive con una mezcla de indignación, preocupación y hartazgo. Las amenazas de Marruecos sobre Ceuta y Melilla no son nuevas, pero en los últimos años han adquirido un tono mucho más directo, agresivo y descarado. Cada declaración oficial que habla de "ocupación", cada mapa que nos borra, cada maniobra diplomática en Europa o en Naciones Unidas, no es solo un gesto hostil: es un desafío directo a nuestra soberanía y a nuestra identidad como parte indivisible de España.
El problema es que Marruecos se siente fuerte. Y no es que lo sea por méritos propios, sino porque España se muestra débil. La debilidad del Estado, la falta de una política exterior clara y firme, la tibieza en la defensa de nuestros intereses, es lo que da alas a las ambiciones expansionistas de Rabat. Marruecos juega con ventaja porque sabe que tiene un socio enfrente que prefiere mirar hacia otro lado, apaciguar, ceder, esperar... mientras ellos actúan, presionan y avanzan casilla tras casilla.
La cuestión del Sáhara Occidental es el mejor ejemplo. Marruecos no tiene ningún derecho histórico sobre ese territorio, pero ha conseguido que muchos actores internacionales le reconozcan esa falsa legitimidad. ¿Qué mensaje lanza eso? Que puedes ocupar y apropiarte de lo que no es tuyo si tienes suficiente perseverancia y agresividad diplomática. Y si eso funciona con el Sáhara, ¿por qué no iba a funcionar con Ceuta o Melilla? Es un peligroso precedente que abre la puerta a escenarios cada vez más hostiles.
Aceptar cualquier legitimidad de Marruecos sobre el Sáhara es un acto suicida. Porque le das carta blanca para soñar con una futura anexión de Ceuta. No tienen base histórica, jurídica, ni política, pero eso no les importa. Ellos no se rigen por normas democráticas ni por derecho internacional, sino por una lógica de poder cruda y tribal: el fuerte impone y el débil se somete.
Por eso, con Marruecos solo funciona un lenguaje: el de la firmeza. Lo que los británicos llaman "política de cañonera". No en el sentido bélico literal, sino como una política de presión constante, de marcar límites claros, de no ceder ni un milímetro. España debe demostrar que Ceuta y Melilla no son monedas de cambio, ni enclaves prescindibles. Son territorio nacional. Y su defensa no puede depender de la buena voluntad de un monarca alauí, ni del capricho geopolítico de una embajada extranjera.
Ceuta no puede seguir siendo el punto ciego de la política exterior española. Necesitamos una estrategia de Estado que diga alto y claro: aquí estamos, aquí seguiremos. Y que, por una vez, no tengamos que pedir a Madrid que nos defienda, sino ver cómo se adelanta a los hechos con contundencia, con diplomacia firme, con presencia militar disuasoria y con una visión clara de que lo que está en juego no es solo Ceuta o Melilla, sino la soberanía, la dignidad y el respeto de todo un país.
"No esperamos nada del modelo bipartidista actual, que lleva décadas sometido a todo tipo de lobbies, abandonando sistemáticamente los intereses de los españoles en la frontera sur".
- Cómo miembro de VOX y cabeza del partido en Ceuta, ¿Cómo afrontan esos retos que la bella Ciudad de Ceuta tiene que encarar?
Afrontamos los desafíos de Ceuta con preocupación, pero también con la firme determinación de quienes saben que representan la última barrera frente a la corrupción política, la cobardía institucional y la desesperanza social que se cierne sobre nuestra ciudad como una sombra cada vez más densa. Ceuta vive instalada en una mentira crónica, fomentada por una clase política acomodada que ha normalizado el abandono, la improvisación y la sumisión.
La gestión del señor Vivas ha sido la del avestruz: esconder la cabeza, entregar la ciudad a cambio de estabilidad aparente, mantener a la población anestesiada con subvenciones, circo mediático y ahora también con fútbol, mientras los problemas estructurales siguen agravándose. Todo ello con la complicidad de medios de comunicación subvencionados que imponen un relato prefabricado, silenciando a quien se atreve a señalar la verdad o a cuestionar ese modelo.
La situación es insostenible. Ceuta necesita con urgencia un giro radical. Un cambio profundo, no solo a nivel local, sino también nacional. Una política verdaderamente patriótica, libre de servidumbres ideológicas y de presiones extranjeras, que defienda la soberanía, la legalidad y el interés nacional. Un Estado fuerte en lo interno, respetado en lo externo, con aliados leales y con la determinación de responder con firmeza ante cualquier amenaza, especialmente si proviene de Marruecos, cuya actitud hacia Ceuta y Melilla ha sido históricamente hostil y oportunista.
No esperamos nada del modelo bipartidista actual, que lleva décadas sometido a todo tipo de lobbies, abandonando sistemáticamente los intereses de los españoles en la frontera sur. Para nosotros, la única alternativa viable y coherente pasa por un gobierno nacional liderado por VOX y presidido por Santiago Abascal. Solo así será posible garantizar un futuro digno, seguro y próspero para Ceuta y para toda España.
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