Vergonzosa y absolutamente definitoria la última actuación desde la Consejería de Medio Ambiente. El mensaje es claro y se transmite con enorme celeridad y contundencia: “¡Me importa un bledo la naturaleza y menos aún la ciudadanía ceutí!”

Comenzamos con un abandono de restos vegetales de una poda en una zona protegida; continuamos con que los mismos son potenciales agentes combustibles provocadores de incendios, el comburentees sin dudas Tragsatec. La empresa encargada de realizar las labores de prevención. Que en este caso sería de potenciación. Luego, hasta ahora, llevamos: vertidos en zona protegida de alto valor ecológico, concretamente en el entorno LIC-ZEPA de Calamocarro-Benzú, y favorecer la posibilidad de quemar nuestro patrimonio natural.  

La Asociación DAUBMA, que nos merece el máximo respeto y apoyo, denuncia públicamente los hechos. La diligencia habitual en la gestión del todopoderoso Vivas hace que Medio Ambiente decida trasladar los cuestionados restos de la poda a otro lugar: ¡una finca privada también en zona protegida! Una genialidad al nivel de intentar hacer polos de arena.

Los hechos son puestos en conocimiento del Seprona, y no nos referimos al de los “polos de arena” sino al de la posible infracción medioambiental. Vivas ha decidido realizar una especie de expropiación forzosa de una parte de la propiedad de una persona para convertirla en vertedero ocasional potencialmente inflamable. ¡Polos de arena! 

Nos gustaría poder estar criticando el descontrol, la arbitrariedad, el abuso de poder, la incapacidad, la impunidad o la ilegalidad del ejecutivo Vivas y su Konsejería de Mediocre Hambiente, pero esto va mucho más allá.

En definitiva es un ejemplo más de la absoluta vulnerabilidad del pueblo ceutí y sus recursos naturales ante el afán depredador del Gobierno Vivas, junto sus apoyos, y ante la supina incapacidad en la gestión de lo público que entienden como propio, y en este caso incluso lo privativo también lo han hecho suyo.