Medio Ambiente / Jardín de las Hespérides
¿Transformar los patios escolares en refugios climáticos?
Además de conseguir que los patios sean lugares más frescos, también favorecen el desarrollo de los niños, mejoran su conducta y hasta crean dinámicas sociales más positivas

Los expertos urgen a aumentar el arbolado y las zonas de sombra en los colegios para rebajar hasta 10 grados la sensación térmica en estos espacios. Este hecho se puede experimentar en zonas como el Jardín de las Hespérides en el CEIP Ortega y Gasset, apunta su coordinaros, Juan Carlos Navarro, donde a través de la Red de Centros Sostenibles se pretende impulsar acciones como la que se presenta.
Cada día, entre las 10 y las 12 de la mañana, alrededor de ocho millones de niños en edad escolar salen al patio de su escuela a disfrutar de un descanso entre clases. Este momento, según advierten los expertos, se está volviendo cada vez más inhóspito debido a la llegada del calor. Sobre todo porque, a raíz del avance del cambio climático, en España las altas temperaturas empiezan cada vez antes, alcanzan cifras más altas y se extienden hasta épocas en las que hasta ahora no era habitual. Para hacer frente a esta situación, en los últimos años colegios de toda España han empezado a transformar sus patios de cemento en refugios climáticos para proteger a los niños de las temperaturas extremas. Barcelona, por ejemplo, se ha propuesto que todas sus escuelas de infantil, primaria, instituto y centros de educación especial lo logren para 2030.
“Se trata de transformaciones muy positivas desde muchos puntos de vista. Y no solo porque consiguen que los patios sean lugares más frescos, sino también porque favorecen el desarrollo de los niños, mejoran su conducta y hasta crean dinámicas sociales más positivas”, afirma Francesc Baró, profesor en el Cosmopolis Centre for Urban Research de la Vrije Universiteit
Brussel (Bélgica), investigador en ecología urbana y coordinador del proyecto europeo Coolschools. Esta iniciativa, que lleva ya unos años en marcha, se centra en la transformación de patios escolares de Barcelona, Bruselas (Bélgica), Rennes (Francia) y Rotterdam (Países Bajos) en entornos más resilientes ante los extremos climáticos. Por ejemplo, con más vegetación, más zonas de sombra y más fuentes que permitan a los profesores y niños resistir ante las altas temperaturas. Navarro, por su parte, suscribe y coincide con Francesc Baró y añade “la necesidad de este tipo de espacios para que los entornos escolares sean también más acogedores para los indivíduos que lo habitan”. “Naturalizar espacios es dar vida a los mismos”, afirma el coordinador del Jardín de las Hespérides.
En olas de calor, entornos de cemento como los patios escolares pueden registrar temperaturas de hasta 50 grados
Según apuntan varios estudios, durante el verano, especialmente si se dan episodios como olas de calor, en entornos inundados de cemento como en los patios escolares se pueden registrar temperaturas de hasta 50 grados. El simple hecho de añadir sombra en estos lugares ya logra bajar los termómetros hasta 10 grados de media, aunque en algunos casos se han registrado descensos de hasta 25 grados de temperatura.
“Estas transformaciones no solo consiguen que los patios sean lugares más frescos, sino también favorecen el desarrollo de los niños, mejoran su conducta y hasta crean dinámicas sociales más positivas”
Si a esto se le suma la creación de espacios verdes, el aumento de la cubierta vegetal y el uso de materiales más sostenibles, todas estas medidas pueden transformar patios de calor extremo en verdaderos refugios climáticos donde protegerse de las altas temperaturas. “En un contexto en que sabemos que el calor extremo irá a más, es crucial adaptar los patios de los colegios ante este escenario”, afirma Baró durante un ‘briefing’ organizado este miércoles por el Science Media Centre España (SMC).
“En un contexto en que sabemos que el calor extremo irá a más, es crucial adaptar los patios de los colegios ante este escenario”
Según apuntan varios trabajos, como los liderados por ISGlobal, la creación de patios más verdes y sostenibles no solo logra reducir el impacto de las altas temperaturas sino que, además, también consigue crear entornos de juego más inclusivo y diverso. “Estos espacios rompen con la clásica jerarquía de los patios de colegio, donde solíamos tener un campo de fútbol al centro, tradicionalmente ocupado por los niños, y espacios residuales de juego a los márgenes, donde habitualmente están las niñas. El simple hecho de añadir árboles, vegetación y espacios de sombra cambia las dinámicas sociales que se dan en los patios y crea interacciones más inclusivas”, añade Baró según lo observado en el proyecto ‘Cool Schools’, en el que se ha estudiado la implantación de estos entornos en varias ciudades de Europa.
Fuente: Valentina Raffio. El Periódico
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