Introducción: La mentira mil veces repetida

En la pedagogía política del siglo XXI hay una falsedad que sirve como escudo protector de la izquierda: la idea de que el nazismo y el fascismo son formas de "extrema derecha".

Esa narrativa no resiste una sola línea de análisis serio. Ni en sus fundamentos filosóficos, ni en sus políticas económicas, ni en su concepción del Estado, ni en su odio al liberalismo, hay en el nazismo o el fascismo un solo axioma de la derecha liberal.

Lo que sí hay es esto:

Socialismo sin propiedad privada.

Nacionalismo colectivista.

Planificación centralizada.

Control absoluto del individuo.

Deificación del Estado.

Persecución del mercado libre.

Reducción del ciudadano a engranaje productivo para el bien colectivo.

El nacionalsocialismo no es otra cosa que una variante del socialismo revolucionario, enfrentada al marxismo ortodoxo por una cuestión de hegemonía, no de principios. El nombre no engaña: “nacionalsocialismo”

El Partido de Hitler no se llamaba “Partido Nacional Alemán”, ni “Partido Patriota de Derecha”. Se llamaba: Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei). ¿Qué parte de “socialista obrero” no se entendió?

Su programa, en 1920, exigía:

Nacionalización de industrias.

Expropiación de los beneficios del capital.

Prohibición del interés financiero.

Participación obrera en empresas.

Reforma agraria.

Educación estatal.

Prohibición del capitalismo especulativo.

Todo eso no es fascismo de derecha. Eso es manual de socialismo nacionalista.

Fascismo italiano: Mussolini, socialista convertido en caudillo estatal

Benito Mussolini fue líder del Partido Socialista Italiano. Fue marxista, admirador de Lenin, y solo rompió con los comunistas porque él creía que la revolución debía ser nacional, no internacional.

El fascismo es, en esencia:

Un Estado fuerte que subordina todo a su poder.

Una economía intervenida.

Supresión de la propiedad privada como derecho soberano (aunque se conserve nominalmente).

Militarización del trabajo.

Supresión de los cuerpos intermedios de la sociedad civil.

Mussolini nunca fue capitalista. Fue socialista patriótico. Y su régimen, una fábrica de corporativismo totalitario.

¿Por qué combatían al comunismo? Porque eran hermanos enemigos

La pelea entre fascistas y comunistas fue una guerra civil dentro de la izquierda revolucionaria.

Como dos sectas fanáticas que creen ser el socialismo verdadero:

El comunismo marxista-leninista buscaba una utopía internacional bajo dictadura de partido. El nacionalsocialismo quería una utopía etnonacional bajo dictadura de partido. Ambos eran totalitarios, colectivistas y antiliberales.

Ambos odiaban al mercado, al individuo, a la religión libre y al derecho natural. Ambos exterminaron libertades en nombre del bien común. La diferencia entre Stalin y Hitler no es moral, sino geográfica y estética.

¿Qué NO eran?

Los nazis y fascistas no eran:

Conservadores.

Liberales.

Capitalistas.

Derechistas clásicos.

Defensores de la familia como célula prepolítica.

Sostenedores de la tradición jurídica.

Amigos del orden natural.

Eran ingenieros sociales, fanáticos del Estado absoluto, enemigos de toda forma de autonomía.

Eran socialistas, solo que militarizados y con bandera nacional.

Citas que desarman el mito

"El nazismo fue una rebelión contra el capitalismo. Hitler fue tan anticapitalista como Lenin."

— Friedrich Hayek

"El fascismo fue el hijo bastardo del socialismo colectivista."

— Thomas Sowell

"Cuando el socialismo fracasa, sus hijos mutan: el comunismo se radicaliza, y el fascismo se disfraza."

— Jesús Huerta de Soto

¿Por qué se insiste en que son de derechas?

Porque la izquierda necesita:

1. Lavar sus propios crímenes del siglo XX.

2. Proyectar su monstruo sobre la derecha, para ocupar el centro moral del discurso.

3. Tener un enemigo eterno y caricaturesco que le permita presentarse como “antifascista” mientras reproduce los mismos mecanismos totalitarios: cancelación, censura, adoctrinamiento, propaganda, represión fiscal, colectivismo emocional.

Conclusión: el socialismo tiene muchas máscaras. Y el nazismo es una de ellas.

No basta con desmontar el mito.

Hay que gritarlo, repetirlo, enseñarlo, escribirlo en piedra:

El nazismo es izquierda.

El fascismo es izquierda.

Ambos son socialismo con bandera nacional.

Ambos son enemigos del individuo libre.

Ambos son crímenes del pensamiento colectivista.

Desde el Think Tank Hispania 1188 no vamos a conceder un milímetro en esta batalla por la verdad histórica.

Porque si se sigue repitiendo la mentira de que la derecha es totalitaria, y que el socialismo es humanista, la civilización occidental volverá a caer en los mismos errores sangrientos del siglo XX.

Jesús María González Barceló

Presidente del Think Tank Hispania 1188

Junio de 2025, Ceuta