En la sede madrileña del PSOE, ahora reconvertida en tanatorio, ha tenido lugar otro discurso de Sánchez, alias “el Maquillado”. Y esta vez, sacando pecho.

Por deferencia a mis lectores, y dado que al puto amo no hay quien lo entienda, traduciré al castellano corriente lo que ha querido decir. Pero antes, un inciso: en la intervención perpetrada ayer, Sánchez se ha definido a sí mismo como “El Capitán”. Y podría haber sido peor: podría haberse autonombrado “El Gran Capitán de los Tercios”, “Napoleón Bonaparte”, “el Santo Padre”, “Su Majestad Imperial” o “Su Excelsa Divinidad”. Cagoenmismuelas.

“El Capitán”, nuestro sencillo y humilde capitán, a quien traduzco del politiqués, ha venido a decir lo siguiente:

"Españoles de la plurinacionalidad: sé que nos habéis pillado con las manos en la masa, y también sé que somos unos farsantes, unos fulleros, unos felones, unos liantes, unos puteros y unos corruptos, pero unos corruptos progresistas. Y ser progresista en España, como todo el mundo sabe, exime de toda culpa y da puntos en Mercadona. Me consta que queréis votar, y también me consta que, si yo os dejara, usaríais vuestra libertad para caer en las garras del Maligno, de ese diablo encarnado en Feijoo y en Abascal. Por eso, como sois unos chiquillos sin uso de razón, os tengo que salvar de vosotros mismos: no puedo consentir que os equivoquéis echándome. Sí, sí, sí. Ya sé que mi lacayo Tezanos dice que el Partido Socialista saca siete puntos de ventaja al Partido Popular en la intención de voto. Pero, como a nadie se le escapa, las encuestas del CIS son más inútiles que el retrovisor de un avión. No, no, no. Ni mis socios ni yo dejaremos que, en un momento de locura, traigáis el fascismo a España. La elección entre fascismo y yo, tras seis años de sanchismo, debería estar bien clara; pero, por si acaso no lo está, es mejor no votar todavía. Y, si de mí dependiera, por el bien de los españoles, de las españolas y de los españolos, jamás volveríais a votar en este país. He dicho".

En fin, queridos lectores. Esto es lo que hay. Y con estos bueyes tenemos que arar.

Por cierto. En 2018, en los comienzos de Sánchez como Presidente del Gobierno, Su Sanchidad se preguntó públicamente “cómo lo recordaría la Historia”. A fecha de hoy, 2025, yo me atrevería a asegurar que el nombre de Pedro Sánchez no merecerá ni una línea en los tratados de Historia. Eso sí: se le dedicarán volúmenes y volúmenes en la Facultades de Medicina de todo el mundo, concretamente en el área de psicopatología psiquiátrica, y su caso se estudiará profundamente por licenciados y doctores.

Pero los que sí aparecerán en los tratados de Historia, y no precisamente en letras de oro, serán los militantes socialistas que el sociópata embaucó y los socios "progresistas" que lo sostuvieron sabiendo de su patología.

Cagoentóloquesemenea y mitad del cuarto más.