El 12 de junio de 2025 hay que reseñarlo en rojo en el calendario político español. Jornada en la que se conoció el informe de la UCO que convulsionó al PSOE y por derivación al Gobierno de Sánchez, en el que varios ministros (María Jesús Montero, Óscar López, Patxi López y Bolaños), habían puesto "la mano en el fuego" defendiendo la honradez de su secretario de Organización, Santos Cerdán.

Y es que el PSOE de Sánchez, ha recurrido cada vez que surgía algún escándalo de corrupción vía judicial que le afectara, al fango, al bulo, a la casquería, términos de descalificación que no hacían más que tratar de camuflar con el disimulo, la confusión o el descrédito, no sólo a los medios de comunicación que los publicaban, sino a los propios jueces que los investigaban y, para colmo, hasta a la Unidad Central Operativa (UCO) contra cuyo jefe pretendían una actuación mafiosa utilizando a una "fontanera" que decían que pintaba poco, pero que la realidad demostró que ejercía el trabajo sucio por orden de la superioridad, planteando pactos en lo que ella argumentaba era periodismo de investigación, pese a recurrir a apoyos institucionales para alcanzar posibles informaciones comprometedoras que favorecieran la mafiosa actuación de sus jefes.

No se entiende de otra manera que la "fontanera" Leire Díez no fuera demandada en el juzgado por sus prácticas, una vez descubiertas, involucrando a cargos del Ejecutivo, y que quedara en la apertura de un expediente informativo que se diluyó tras su baja del partido, aconsejada, precisamente, por el "corrupto" Santos Cerdán.

Este PSOE que llegó para regenerar la política y como azote a la corrupción del Partido Popular, lleva desde 2014, como se viene demostrando con los informes de la UCO, con unas prácticas de corte mafioso infumables, utilizando fondos públicos para sus "mordidas" y prostitutas para sus fiestas sexuales, ellos que son defensores impostados del feminismo cuando en realidad son depravadores de sexo con la utilización de mujeres con quienes ejercen la más denigrante conducta de pervertidos. Nadie del 8-M ha alzado la voz ante tanta impúdica conducta, como prueba inequívoca que son grandes farsantes de ideologías vacías y sin sentido.

Entre "señoritas", "mordidas", fango y bulo, la etimología socialista de la corrupción, adquiere una dimensión de vértigo, en la que hasta sus propios afines, como García Ferreras, se muestran incómodos con la situación y desde la Sexta, santo y seña de la defensa de lo indefendible, ya comienzan a alzar la voz contra una situación que se ha llevado por delante a dos secretarios de Organización del PSOE, algo inaudito hasta ahora, con voces críticas dentro del propio partido y un melífluo presidente del Gobierno, que tras su patética comparecencia de la carta que envío a la ciudadanía en su período de reflexión, ahora con cara de funeral y maquillado para la ocasión, se muestra compungido, pidiendo perdón, él que había dicho a Mariano Rajoy que en política el perdón no existe y sí la dimisiòn, o sea, todo lo contrario de lo que él se aplica ahora, siguiendo el refrán de "consejos doy que para mí no quiero" o el de "hacer lo que yo diga pero no lo que yo haga".

El estado de putrefacción política en el PSOE de Sánchez es tal que, bien sabe que en política, no cabe la excusa de que no sabía nada, porque la negligencia también conlleva responsabilidad y no cabe lavarse las manos en plan Poncio Pilatos y que pase el siguiente. Hay que asumir responsabilidades y, en efecto, como él señalaban a Rajoy:  dimisión o convocatoria electoral.

Este finde semana Sánchez se ha refugiado en la finca la Quinta de Mora con su núcleo duro. No sé si para escribir una nueva carta lacrimógena a la ciudadanía o para sacarse de la chistera una nueva estrategia de supervivencia, mientras sus socios de investidura elevan el nivel de exigencias aprovechando su debilidad y que su continuidad les asegura seguir obteniendo prebendas ventajosas, aún a sabiendas que es una complicidad explícita mantenerlo en el cadalso con el coste político que al final puede pasarles factura electoral.

La agenda del Gobierno en estos momentos es defenderse de las imputaciones, afrontar como puedan su desconcertante situación, achicar agua en este barco que se hunde y minimizar daños, cuando la agónica situación comienza a adquirir síntomas de caótica dimensión a futuro inmediato.

Si los socios del Gobierno mantienen su apoyo a éste, demuestran al igual que Sánchez, que su discurso está vacío de ética, moral e ideología: si los valores democráticos, la decencia, el honor y las buenas prácticas, no se defienden, ¿qué queda? La ignominia, inmoralidad, descrédito y falsa política, sin principios ni valores, cuando se defiende solo el poder por el poder, con la indignidad como bandera y la excusas de mal pagador, como la justificación de que el presidente del Gobierno no sabía nada de estas prácticas mafiosas, con manual de resistencia (ni dimision, ni adelanto electoral, moción de confianza, ni renodelacion de Gobierno), a mostrarse en un calvario de dolor, pavor, a cualquier precio tras la respuesta del presidente raquítica y vergonzosa, más propia de una serie de Netfix.

Un  tesorero manchado en el PP fue motivo de repulsa por parte de Sánchez y él ahora con dos secretarios de Organización "pringados", con los socios de gobierno e investidura se lo comen todo, parece que estamos en un contexto de movilizaciones ciudadanas, crisis institucional, tensióln judicial y fractura política que amenaza con matar el rumbo de la actual legislatura. El gran temor de Sánchez es tener que rendir cuentas ante la Justicia tras sus tropelías políticas de todo signo. Esa puede ser su peor condena. Pasará a la historia como el gran urdidor de maniobras infames y engaños en su proceloso camino al abismo. Y como guinda de este pastel, Santos Cerdán se resiste a entregar el acta y el PP teme que quiera "destruir pruebas". El Fiscal general del Estado ha sido un buen ejemplo de esta conducta para luego decir que no existe nada. Este socialismno es corrupto y de tintes delictivos.

Podemos anuncia que han registrado una comisión de investigación para que se conoza el alcance de la corrupción del PSOE  y Sánchez dé explicaciones en el Congreso. Para los morados, no basta con pedir perdón, sino depurar responsabilidades y devolver el dinero robado. ¿Como en los ERES? Pero aquí nadie dejar caer a este Gobierno corrupto. Como dicen los catalanes: "La pela es la pela".

Para mí puede ser una estrategia dilatoria, pactada con el Gobierno, para evitar exigencias de mociones de confianza, de censura o exigir su dimisión. Bajo mi punto de vista esta comisión de investigación es darle aire a un moribundo que requiere más pronto que tarde su entierro político. La respiración asistida para que se mantenga vivo no es la fórmula política del momento porque acrecienta su agonía y ésta requiere, en este caso, de una eutanasia efectiva socialmente.