En esta España de las primeras veces, hemos visto por primera vez: un fiscal general de Sánchez, eso dijo él, investigado y llamado a proceso judicial como presunto delincuente (que no dimite). Hemos visto a dos secretarios de organización, también de Sánchez encabezando, según informes ucales, o sea de la UCO, una red criminal de mordidas que se lo llevaba calentito como si no hubiera un mañana. Y hemos visto, por vez primera, a unos socios de gobierno que, con tal de seguir en el machito, sólo sabe morderse la lengua declarando un no es pa tanto.

Hemos visto como los cuatro del Peugeot que eran de confianza mutua, mutuamente se rendían difidencia, a base de medidas de autoprotección futura por si, por lo que fuera, un buen día surgía una primera vez de, vaya usted a saber, un desdén de cualquiera de ellos hacia cualquier otro de los que ocuparon de aquel tristemente famoso vehículo…

Hemos visto y seguimos viendo como en España nunca nada ha sido suficiente para que un presidente, que ve como todo lo que toca se corrompe, nunca encuentra motivo suficiente para presentar su dimisión. Mientras, lanza al gobierno contra la Justicia acusándola de hacer política. Y lo que todos los españoles captamos es un gobierno deseando hacer justicia. Esa vergüenza que también vemos de forma primigenia.

De mantener los acontecimientos este ritmo, quizá sea la primera vez que un presidente se ve obligado a firmar su renuncia al cargo (si antes no firma su inhabilitación algún juez, de los que también se manifestaban ayer por primera vez), mientras le espera que termine algún agente de la Guardia Civil, quizá de la UCO, esa Unidad motivo de orgullo para España y de las cefaleas que en estos últimos meses vemos padecer por La Moncloa.

Y será la primera vez que nos preguntemos qué PSOE quedará para una eventual convocatoria electoral que podría estar en ciernes. Quizá pretendan ganar tiempo para avanzar alguna recuperación, de ahí la tardanza.

La confianza, honestidad y conceptos de ese orbe, deben significar otra cosa en ese mundo paralelo en que se mueve el PSOE. Ese mundo que quisieron extrapolar al nuestro subtitulado como la Nueva Normalidad. La Ministra Montero decía tener toda la confianza en Cerdán. El ministro Bolaños loaba la honestidad de compañero de Peugeot de Sánchez. Hoy en ese mundo todos se apartan del dimitido secretario de organización socialista, toda la confianza se esfumó. De mención a la honestidad nada se volvió a saber.

Es la primera vez que vemos a un presidente del Gobierno al que se le corrompen dos secretarios de organización y dice que no dimite, porque esto no va de él, ni del PSOE. Que esto va del Proyecto, y ahí es donde tiemblan las letras en el monitor, porque hablaba desde su sede como secretario general, no desde La Moncloa como presidente, y si el Proyecto está ligado al número 1 ¿va el Proyecto más allá de la democracia y por eso lo de convocar elecciones no forma parte del mismo?

¿”Jesicarán” también el concepto democracia redirigiéndola en favor de unos intereses concretos? A saber…

Y, por más que todo suceda por primera vez, nos suena todo tan reconocible…