Es difícil que el PP, que convoca a los españoles a una manifestación mañana en contra de Sánchez, muestre una deterninada coherencia política porque como ha quedado públicamente demostrado sus gobiernos autonómicos -o más bien- sus cabezas visibles, tambien llamados 'barones', se empeñan en mostrarse desunidos ante la precaria y lamentable situacion política, institucional y democrática que vive España a manos del presidente del Gobierno de la Nación, Pedro Sánchez, quien tambien tiene sumido al PSOE en una deriva amarga y complicada que causa vergüenza a históricos como Lambán, Madina, Susana Díaz, Page... Así se han expresado en los medios.

Y es difícil que los ciudadanos vean las distintas velocidades que muestra el PP y que además se entienda.

Los barones territoriales del PP, todos menos dos (Ceuta y Murcia), pidieron el adelanto electoral, como también pidió Page, el barón socialista de Castilla La Mancha. Resulta contradictorio oir los discursos, tambien antagónicos, de líderes regionales del Partido Popular. Y si no, lean lo expresado por Isabel Díaz Ayso y en paralelo hagan el ejercicio de leer lo dicho por Juan Vivas, tras la Conferencia de Presidente. O vean y oigan las contorsiones de Juanma Moreno, el líder andaluz, para explicarse ante el posicionamiento mostrado por la líder de Madrid.

Aún más. Vivas se puso el pinganillo para que se le tradujera desde el catalan o el vasco, Ayuso no (se fue). Vivas habla de lealtad instucional con el gobierno de la Nación porque las características de Ceuta no puede permitirse un enfrentamiento con quien tiene el poder de la Administración General del Estado, Ayuso ha dicho basta a ser leal institucionalmente con quienes se apoderan de las instituciones para manejarlas a su antojo.

Por un lado, la presidente de la Comunidad de Madrid volvió a erigirse en el azote de Sánchez, sus políticas y su "esperpento institucional". “España no es un país plurinacional, es una gran nación con una lengua común compartida por 600 millones de personas”, y  que el catalán es una lengua que “no se merece este uso político”, esté siendo “humillado” por los nacionalistas.

“Es un disparate hablar en español en el pasillo durante el café y luego ponerse un pinganillo para tratar aquí los temas de todos los españoles” ha dicho Díaz Ayuso. Entiende que el uso protocolario de las lenguas autonómicas debería limitarse a saludos o despedidas simbólicas, pero “no convertirse en una farsa para el separatismo”, defendió.

Por su parte, Juan Vivas considera que mostrar y evidenciar la "complicidad entre el Estado y la Ciudad es la mejor manera de servir el interés general y de proteger la seguridad, la integridad, la estabilidad y cohesión social de Ceuta", y siempre por encima de "intereses partidistas". Es decir, es aqui donde la marca PP hace aguas porque ante esta situacion extrema que vive España, cada presidente autonómico habla de 'su' libro y de 'su' territiorio, y justifican su acción para evitar (aunque no lo digan) el 'daño' que un tipo como Pedro Sánchez, o su 'fontaneria'  pueda hacer con su bien demostradas acciones de 'vendetta' empleando los recursos del Estado, o directamente retrasándolos, eliminándolos o perturbándolos de algún modo.

Es un PP de dos velocidades mientras que Nuñez Feijóo hace por mostrar su enfrentamiento, sus barones (no todos) bien silban para un lado, bien 'torean' como pueden con un pie aquí y otro allá. Y en Europa mantiene pinza política nen la Comisión para dominar -con los socialistas- el espacio común continental.

Una de dos, o se piensan que los votantes del PP (que echaron su papeleta en las urnas) son tontos, o que creen que esos ciudadanos son capaces de entender sin problema alguno la 'flexibilidad' de princios que muestran, o la genuflexión en determinados momentos.

Y todo ello, mientras este PSOE y este Gobierno de la Nación siguen con sus armas de aniquilación de España como unidad (con separatistas, filoetarras, republicanos y extrema izquierda).

Ante la imposibilidad de que se somenta adelantadamente a las urnas, sólo queda esperanzarse en la implosión interna del Partido Socialista que lo haga posible. O aguantar hasta que llegue el momento de que los españoles valoren definitivamente lo que interesa a España, si de nuevo PSOE y socios, si PP flexible, o si cambia el paradigma político por las propuestas de VOX.