Sábado, 06 de Septiembre de 2025

Actualizada Sábado, 06 de Septiembre de 2025 a las 14:11:39 horas

Antonio Palomar García
Lunes, 02 de Junio de 2025

¿Qué más nos queda por ver? ¿Qué tiene que pasar en España?

¿En cuántas ocasiones se lo habrá preguntado, querido lector? Usted, como yo, que vivimos en este bendito país que aún se llama España, hemos visto, o eso creemos, de todo lo que se podrían considerar negligencias gubernativas de quien ocupa (léalo con K, si lo desea) el Palacio de La Moncloa, cual si fuera un Nerón escapado del tiempo.

 

Mientras Europa asiste con la boca abierta a inconcebibles decisiones, que afectan desde nuestro territorio hasta nuestra propia forma de entendernos hablando, o la concesión de prestaciones a terceros, porque al de La Moncloa le tienen cogido por donde ustedes imaginan, muchos españoles permanecen impávidos, callados, medio adormecidos a base de raciones de paguitas, y a la esperanza de a saber qué futuro mejor, entregados a las manos de semejante engendro político.

 

Y así se suceden los hechos que han superado, uno tras otro, expectativas de un hundimiento sanchista, hasta ahora, sin fecha de cumplimiento.

 

¿Qué tiene que pasar para que este tipo nos deje tranquilos? Posiblemente que quienes le tienen más cerca consideren el hecho de terminar rindiendo cuentas, como cómplices, de todo el dislate al que han conducido a España. Porque comienza a no escaparse ninguno.

 

Es lo que tiene formar parte de esa juntiñas

 

El dedo acusador de España, si consigue recordar que vivimos en la década de los 20 del 2000, y no en la de los 40 a los 80 de 1900, puede caer sobre ellos, hasta que del capullo no quede más que el espacio que estimen dedicarles los libros de historia. Lo que constituye también un peligro si no curamos la nostalgia, verdadero germen de la regeneración del socialismo cada vez que desapareció sin perecer.

 

Llegado el momento, se tratará de juzgar los hechos, ir a por sus ejecutores , al fin y a la postre, los verdugos de España, unos llamados a gobernarla, sus traidores; otros, sus socios, los que por toda misión tienen la de arrancarle las turdigas de pellejo, hasta que no dé más de sí.

 

Ni para los otros ni para los unos debe quedar más esperanza que la que dicte una sentencia ajena al manoseo político. Habrase de predisponer la legislación - y a la justicia-, contra todos aquellos que un día las prostituyeron, atándolas a las necesidades del mantenimiento de su primer proxeneta.

 

Esta especie de llamamiento a la subversión lo es a la recuperación de la normalidad que nos atañe a todos, no a la que interesa a quien pretende controlarnos a todos con la normalidad que nos quiera conceder, o con el desarrollo de esa nueva normalidad que nos vendieron, u otra que tenga en preparación. Vistos los acontecimientos, cualquier cosa es esperable.

 

No serán los hechos los que derriben al personaje, ya se demostró que todo le importa una higa si no sirve a su causa. Habrán de ser pues las personas las que precipiten la caída del personaje. Será de todos esos vasallos, bien apoltronados y retribuidos en sus cargos, de quien dependa el futuro de lo que quieran dejar de España.

La opinión de Ceuta Ahora se refleja únicamente en sus editoriales. La libertad de expresión, la libertad en general, es una máxima de filosofía de este medio que puede compartir o no las opiniones de sus articulistas

Comentarios
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.190

Todavía no hay comentarios

Más contenidos

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.