
La frontera trampa de desatinos bajo dictadura de Marruecos
Los ingenuos empresarios ceutíes que han otorgado credibilidad a los políticos locales del Partido Popular y del PSOE, se las prometían muy felices con la frontera inteligente y, más aún, con esa "revolucionaria" frontera comercial que el desalmado ministro de Exteriores, Albares, una y otra vez propugnaba como la gran panacea para Ceuta y Melilla.
Hubo experimentos, cuando éstos se recomiendan hacerlos solo con gaseosa, y miren por donde, esas albricias propugnadas por los altavoces mediáticos subvencionados por el Gobierno de Vivas con muy buenos millones de euros, alentaban con furor de una ficticia situación, tan grotesca como esperpéntica, (de que de uvas a peras, transitaran mercancías después de horas de control en la frontera marroquí), alguna expedición que Delegación del Gobierno ya se ocupó de elegir a dedo entre sus empresarios y transitarios afines, como bien demostrado ha quedado, ya que ni Confederación de Empresarios ni Cámara de Comercio tuvieron arte ni parte en la elección de los privilegiados que participaban del experimento puntual también llamado pruebas.
Esta semana, la del "Habemus Papam" hemos conocido que el caos en la frontera reactiva a la plataforma ciudadana. Nada nuevo bajo el sol porque seguimos con los problemas de siempre, aguantados con estoicismo bajo la dictadura de Marruecos y sin capacidad de mejora pese a la "buena vecindad" que algunos promarroquíes promueven. Son los mismos que están ahora sufriendo los rigores de la dictadura vecinal, aquellos que necesitan visitar a familiares y amigos porque pese a su españolidad confesada, no ocultan su dependencia del vecino país de manera notoria y notable.
La conducta de Marruecos en la frontera no hace mas que dejar en evidencia la incapacidad política del Gobierno de la nación, tan sometido y complaciente con nuestros vecinos del sur a quienes entregan generosas cantidades de dinero como "ayudas" sin ningún resultado positivo para los intereses españoles.
Resulta que "pescadores" marroquíes son el soporte de aportación de inmigración ilegal a Ceuta. Quienes frecuentan el litoral por la zona del Hacho han visto con frecuencia los episodios que agentes de la Guardia Civil detectaron este viernes por Calamocarro: el pase de inmigrantes que introducían a los inmigrantes sin papeles desde una patera tradicionalmente dedicada a la pesca. No son nadadores en apuros rescatados sino el "negocio" de tráfico de seres humanos. El Sarchal es un buen banco de pruebas de las pateras que llegan de Marruecos con drogas, inmigrantes, MENAS y demás.
De ahí el "negocio" de los MENAS en Ceuta, donde cada vez hay más: un día tras otro sueltan inmigrantes esos supuestos "pescadores". El asunto radica en que se confisquen esas pateras y las artes de pesca, siendo Delegación del Gobierno quien ha de poner en marcha medidas en este sentido sin mirar para otro lado de manera intolerable; si se multara a estos individuos desaprensivos, no sucederían estos hechos. ¿Cómo se entiende que en un cayuco con capacidad para doce o quince personas vayan trescientos procedentes de Senegal o Mauritania? Es obvio que "alguien" los acerca a nuestras costas con la complicidad de ONG´s que se alarman de que naufraguen, cuando la Armada española debería vigilar con helicópteros este trasiego inhumano que desatiende el Gobierno cuando lo plantea Vox.
A alguien le interesa el negocio de la inmigración al no cortarla de raíz. Mucha solidaridad, derechos humanos y otras "progresistas" actitudes hipócritas, sin la menor intención de cortar radicalmente este tráfico ilegal de personas que pone en riesgo tantas vidas humanas.
Se mueve mucho dinero alrededor de la inmigración y hay muchos intereses "progres" en ello. Sánchez busca votos debajo de las piedras -como él mismo ha reconocido-, y regulariza a toda esta gente que llega a nuestro país para colapsar nuestro sistema sanitario y de ayudas sociales, aprovechando el interés político en un caladero de votos muy beneficioso para continuar las tropelías a las que nos tienen acostumbrados.
La frontera del Tarajal ha dado "jaque mate" a la importación de pescado desde Marruecos, con un fracaso estrepitoso: cinco horas de control fronterizo en la zona marroquí no es para que el pescado llegue fresco y, menos, para que pueda ser puesto a la venta. De manera que, o se pasa de estraperlo a Ceuta de madrugada o se sigue trayendo de la península para que sea un producto fiable para el consumo. En otro caso, con las "facilidades" que ha dado Marruecos para la importación de pescado habrá que dárselo éste a los gatos.
Este corolario es el relato de los engaños, ineficacia, hipocresía y estulticia políticas que nos suministran esos prebostes que piensan solo en mantener su sillón y permanecer en el puesto a cualquier precio.
Por todo ello, habrá que seguir el consejo de Marco Aurelio: "Cuánto tiempo ahorra el que no se da vuelta para ver lo que su vecino hace, dice o piensa". No perdamos el tiempo en artilugios de engaños a gran nivel. Se impone la política de hechos a la de dichos. Basta ya de tanta estulticia.
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