Los neologismos (nuevas palabras que aparecen en una determinada lengua) siguen estando a la orden del día. Estas nuevas palabras han sido y son una de las principales fuentes de abastecimiento de cada idioma, ya que las lenguas son como seres vivos en evolución y formación continua, por lo que no pueden ni deben preocuparnos las adopciones de nuevas palabras, adaptadas a nuestra fonética y ortografía.

Si nos preguntamos por el porqué de estos "préstamos", encontramos con rapidez la respuesta : se trata, especialmente, del potencial de su origen. Cuando un país o países sobresalen en el mundo de la economía, de la cultura, de la fuerza militar, es fácil localizar esos neologismos en el ámbito de su influencia, y en la época que nos ha tocado vivir se llevan la palma los anglicismos.

Por ejemplo, la palabra «fan» está aceptada en el diccionario español desde hace bastante tiempo : se trata de una abreviatura de «fanatic», fanático, usado como sustantivo, con el sentido de "admirador o seguidor entusiasta de alguien", o "aficionado apasionado de algo". Los «fans» dan la cara y no se ocultan ni intimidan, sin embargo, su antónimo, «haters», da escalofríos, y es que es un neologismo que se extiende como la pólvora, aparte de que suena bastante mal, y mucho más su traducción al español, odiador : se trata, realmente, de aquellos que usan las redes sociales para injuriar e insultar a una persona, a una institución, a una asociación, a un producto...

Podríamos decir que son efectos de la malaleche, de la maldad. Los «haters» son negativos, hostiles y cobardes, pues nunca dan la cara, y sus armas son la burla, la ironía, el cinismo... Les favorece la ingenuidad de los que les siguen a través de la suavidad aparente de las redes sociales, y suelen manifestarse, principalmente, en torno a temas de actualidad, sobre todo si son referentes a gentes más o menos célebres, o a polémicas y disputas de actualidad, o a cualquier otro asunto que pueda ser de interés general... ¡Da lo mismo! El caso es plantear dudas, burlas, y confusión. Creo que ante la amenaza, habría que no hacer caso y evitar la divulgación, o sea, bloqueo, más bloqueo, y reporte.