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Paula M. García
Domingo, 13 de Abril de 2025

El pensamiento único y la filiación política

Como si los testimonios favorables a Javier Guerrero necesitaran, inexorablemente, de la validación con marchamo ideológico concreto y situados en la unidireccional acusatoria que parece imprimir a todos sus procesos judiciales, el pasado 3 de abril tuvimos oportunidad de comprobar cómo el Ministerio Fiscal interrogó a uno de los testigos de la defensa del médico sobre su afiliación política. Algo inaudito por pertenecer a la esfera privada y, en ningún caso, testimonio decisivo para el esclarecimiento de la verdad que se decía perseguir. Tan sólo tendría justificación si el objetivo fuera "desmontar" el testimonio del protagonista por revestir su declaración de interés político concreto, algo únicamente entendible por el obvio carácter político que rodea la casuística judicial del expresidente de Ceuta Avanza.

 

Las reiteradas filtraciones judiciales en la instrucción de los procesos que se han "montado" alrededor del exconsejero de Sanidad (antaño tan reconocido y ahora tan denostado, convertido de ángel en demonio), la campaña de descrédito divulgada desde un medio de comunicación con casi 1 millón euros de dinero público subvencionado a mayor gloria del Gobierno de Juan Vivas, el posterior supuesto "pago" al pistolero que decidió disparar su revólver en un presunto "periodismo de investigación" (por otro lado olvidado en Ceuta, donde la libertad de expresión está secuestrada desde hace tiempo con los 2 millones y medio del reparto de la tarta de subvenciones del dinero de todos a los medios), obtuvo al poco tiempo, la nada despreciable prebenda de ser designado por Juan Vivas, como director de la televisión pública por la nada despreciable cantidad de 80.000 euros anuales, que jamás hubiera podido soñar que iba a recibir, a no ser que su "pluma" (es un decir), hubiera estado al servicio del poder como artífice de bombardear la reputación de alguien a quien se le vulneró el Estado de Derecho en varias de sus vertientes, la presunción de inocencia, la tutela judicial efectiva, y un sinfín de normas legales que, en el caso que nos ocupa, parecen meras anécdotas, cuando se trata de provocar la muerte civil y la inmisericorde lapidación mediática de una persona a la que se les despojan valores y principios, familia y amigos. El descrédito brutal ejercido es digno de estudio por la saña utilizada y la vileza empleada.

 

Por si este cúmulo de ficticias situaciones promovidas (que parecen concatenadas para convertir en realidad lo que ha sido un burdo montaje), aún tenemos una denuncia por presuntas injurias de un individuo que dijo ostentar un cargo que no era tal (como demostró un testigo) y, encima solicita indemnización por sentirse ultrajado en su honorabilidad, sin que nadie le recuerde que una Fundación de su familia recibe anualmente 280.000 euros de subvención pública del mismo Gobierno de Juan Vivas que se persona en la causa de Javier Guerrero como acusación particular. Un Gobierno que, en su día, le obligó a dimitir por una vacunación contra la COVID que fue similar a la de Jesús Lopera, gerente del INGESA, al que el socialismo rampante que aún lo ampara, le condecoró como si ambos casos no hubieran sido similares, aunque con distinto desenlace.

 

De Javier Guerrero se ha cuestionado todo a nivel mediático, por su ángel exterminador: Que se había jubilado, (un derecho que ejerció con total libertad), que podría evadirse, ( de esta ciudad que alguien denominó Alcatraz por su aislamiento), se plantearon dudas acerca de la procedencia del dinero para abonar la fianza, también se dijo que se había separado de su mujer, así como cuestionando su derecho legítimo al ejercicio de la Medicina y, en definitiva, sembrando una trama que contó con el beneplácito del poder establecido, satisfecho por impedir cuatro meses antes de celebrarse las elecciones autonómicas en Ceuta, que un político con indudable "tirón social pudiera descabalgar a Juan Vivas y al PSOE de su antinatural pacto de Gobierno para repartirse favores y prebendas.

 

En Ceuta, el poder político jamás ha contado con crítica mediática alguna, a no ser que se ejerciera desde el chantaje de algún afectado directo para obtener subvenciones públicas y atemorizar al político con intimidaciones valiéndose de que éste, por no tener la conciencia tranquila se ha prestado a ceder ante estas presiones intimidatorias.

 

Harina de otro costal es el capítulo de colocaciones en el Ayuntamiento con vínculos familiares en los estamentos en los que Javier Guerrero está librando una batalla incruenta pero moralmente devastadora y personalmente infame. En la RPT de la institución de Plaza África hay nombres y apellidos que sí tienen vínculos con personalidades en las que se ve actualmente envuelto muy a su pesar, Javier Guerrero y donde salta flagrantemente el conflicto de intereses.

 

Nada se ha dicho, a nivel judicial de los tres pendrives entregados por una abogada en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2, con un intermediario que se decía representar al PSOE de Juan Gutiérrez, en aquel momento, ofreciendo sosiego y tranquilidad a Javier Guererro a cambio de suscribir un acuerdo preelectoral para fustigar al Partido Popular, bajo amenaza que, en caso de no aceptar, se atuviera a las consecuencias, como casualmente ha sucedido con el paso del tiempo.

 

En este tablero de "jaque mate" político-mediático, Javier Guerrero ha sido y es la víctima propiciatoria de los afanes de unos, la ambición de otros y la corrupción de quien, bajo pago de dinero público, se presta a convertirse en brazo ejecutor del político cobarde, que permanece agazapado con su presa a la vista y regocijado en su perversa conciencia bajo anonimato de cobardía.

 

Un manager de cierto cantante dijo que una cosa es la Justicia y otra la legalidad, máxime cuando se contraponen una a la otra, pese a que alguien pueda considerar que sean coincidentes. Puede darse el caso, porque los designios de Dios son inescrutables, que la ley determina algo que no es justo porque la Justicia divina sí es implacable y el Karma con el paso del tiempo, devuelve todo el mal que se hizo a quien lo promovió con efecto "boomerang". Y que todos nosotros lo veamos como remanso de paz en nuestras conciencias y para compensación de todo el mal ejercido. El tiempo sí es el verdadero juez inapelable que da y quita razones.

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