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Domingo, 23 de Marzo de 2025
Geopolitica

La presión de Marruecos sobre España: 6 claves de la situación que analizan este hecho

La relación entre los dos países es asimétrica, marcada por los ritmos dictados por Marruecos dejando a España en una situación vulnerable a futuro

La presión que Marruecos ejerce sobre España es un asunto complejo y multifacético que se ha manifestado a lo largo de los años en diversas formas, principalmente a través de cuestiones migratorias, territoriales, económicas y geopolíticas. Podemos analizar las primeras seis cuestiones que muestran aspectos en los que el vecino país 'maniata' a España, a los que habría que añadir la necesaria colaboración para España en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo internacional.

 

La influencia política marroquí en España, la creciente demografia de sus nacionales en nuestro país con residentes y nacionalizados, 'Pegasus', o la cada vez mayor presencia de oriundos marroquies en Ceuta, forman parte de una estrategia que iremos desgranando en posteriores análisis.

 

Pero, para empezar, analicemos las primeras seis claves para comprender determinados factores en las relaciones hispano-marroquíes.

 

 

1. Presión migratoria

Marruecos ha utilizado estratégicamente los flujos migratorios como herramienta de presión política sobre España y la Unión Europea. Un ejemplo emblemático ocurrió en mayo de 2021, cuando más de 10,000 personas cruzaron la frontera hacia Ceuta en 48 horas tras una relajación deliberada de los controles marroquíes. Este incidente se interpretó como una represalia por la hospitalización en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, y como un mensaje para forzar a España a alinearse con las tesis marroquíes sobre el Sáhara Occidental. Más recientemente, en marzo de 2022, se registró un salto masivo a la valla de Melilla, con 491 personas entrando, uno de los más violentos y numerosos de la historia, lo que reforzó las sospechas de las agencias de inteligencia españolas sobre una estrategia de Rabat para doblegar a España en el conflicto del Sáhara. La presión también se ha intensificado en Canarias, con un aumento del 135% en llegadas irregulares en los primeros meses de 2022, muchas desde costas controladas por Marruecos.

 

 

2. El conflicto del Sáhara Occidental

El Sáhara Occidental es un punto central de tensión. Marruecos reclama soberanía sobre este territorio, mientras España mantuvo una postura de neutralidad hasta marzo de 2022, cuando Pedro Sánchez respaldó el plan de autonomía marroquí como "la base más seria, realista y creíble" para resolver el conflicto. Este giro, tras 15 meses de crisis diplomática iniciada en diciembre de 2020, fue visto como una concesión ante la presión marroquí, que incluyó la suspensión de cumbres bilaterales y el uso de la migración como arma. Aunque calmó temporalmente las aguas, expertos señalan que Marruecos no ha perdido su capacidad de presión, manteniendo una postura dominante en la relación bilateral.

 

 

3. Ceuta y Melilla

Las ciudades autónomas españolas de Ceuta y Melilla son otro foco de presión. Marruecos las considera históricamente parte de su territorio y ha intensificado su discurso soberanista. En 2023, Rabat presentó quejas formales por declaraciones europeas que reafirmaban la españolidad de estas ciudades, y ha obstaculizado la apertura plena de aduanas comerciales pactadas en 2022, alegando "problemas técnicos", lo que España interpreta como una maniobra para mantener la ambigüedad sobre su reconocimiento. Además, en los últimos meses de 2024 y principios de 2025, se han reportado incursiones frecuentes de pesqueros marroquíes en aguas de Ceuta, vistas como una estrategia para normalizar su presencia y reivindicar derechos futuros.

 

 

4. Aspectos económicos y militares

Marruecos ha fortalecido su posición estratégica con un arsenal militar en expansión, incluyendo drones avanzados y fragatas modernas, lo que preocupa a España por su proximidad geográfica y las tensiones latentes. En paralelo, España ha multiplicado por 13 sus ventas de armas a Marruecos en los últimos años (según datos de marzo de 2025 del Ministerio de Economía y Comercio), lo que refleja una relación ambivalente: cooperación económica pero con un vecino que no duda en ejercer presión. Además, el comercio bilateral es significativo—España es el tercer mayor inversor en Marruecos—, pero Rabat controla los tiempos y condiciones, como en la limitada operativa de las aduanas de Ceuta y Melilla.

 

 

5. Contexto geopolítico

El respaldo de EE. UU. en 2020 a la soberanía marroquí sobre el Sáhara, seguido por el giro español en 2022, ha envalentonado a Marruecos, que ahora presiona a otros países europeos (como Francia y Alemania) para alinearse con su postura. La UE, obsesionada con el control migratorio, ha convertido a Marruecos en un "socio clave", destinándole fondos millonarios, pero Rabat ha demostrado que puede abrir o cerrar las fronteras según sus intereses políticos, como en los acuerdos pesqueros o las negociaciones sobre el Sáhara.

 

 

6. Eventos recientes

En 2025, Marruecos ha elevado la presión en varios frentes. Por ejemplo, se han denunciado demoliciones de viviendas de ciudadanos españoles en Marruecos sin aviso ni indemnización, vinculadas a preparativos para el Mundial 2030, lo que sugiere una actitud de desafío. Asimismo, la colaboración migratoria sigue siendo efectiva en algunos aspectos—como la reducción de llegadas al Estrecho en 2024, destacada en la reunión de octubre de 2024 en Marrakech—, pero expertos advierten que Marruecos mantiene el control y puede reactivar la presión en cualquier momento.

 

 

Análisis

La presión que ejerce Marruecos sobre España es, de hecho, una mezcla de tácticas migratorias, reivindicaciones territoriales, y maniobras diplomáticas y económicas, apoyadas en su creciente influencia geopolítica. España, por su parte, ha optado por una postura de conciliación, cediendo en puntos clave como el Sáhara, pero sin lograr neutralizar del todo la capacidad de Rabat para imponer su agenda. La relación, aunque oficialmente en una "etapa extraordinaria" desde 2022, sigue marcada por una asimetría donde Marruecos dicta los ritmos, dejando a España en una posición vulnerable ante futuras escaladas.

 

 

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