¿Quién conocía a Sánchez o al de la ceja (Zapatero) antes de tomar el poder en el PSOE? Nadie. Eran dos chorbos de la política que circulaban en el partido con poco oficio y en busca de alto beneficio. Pasado el tiempo, está claro que Zapatero es la piedra filosofal de Sánchez, al que pusieron puente de plata en el socialismo porque temían que hiciera lo que al final ha hecho : entregar el proyecto de la socialdemocracia a populistas extremistas de izquierdas, independentistas, nacionalistas variopintos y terroristas como Bildu. ¡Ahí es nada!

Sánchez desapareció un tiempo, pero su fantasma (como Casper) atravesaba paredes, y volvió a bordo del yate de la corrupción : yate en el que estaban imputados por los tribunales algunos pocavergüenzas de su PSOE, y comenzó a bailar, a mentir y a desmentirse, levantó un muro en el Parlamento y rehízo el diccionario del Congreso con vocablos como fachas, bulos, ultras...

Una de sus ministras fue más lejos en el cónclave de su partido : hay que aniquilar a la derecha. Esa ministra es de esas que dicen : "de acuerdo a su espíritu, pero sin espíritu de acuerdo". Eso sí, todo convalidado por el circunflejo Zapatero, que lo mismo da clases de democracia desde Caracas (Venezuela) –centro mundial de los Derechos Humanos–, que revisa la historia de España porque es "el único que tuvo un abuelo en la Guerra Civil".

La Guerra Civil, que terminó hace 85 años, está en el primer plano de la agenda del PSOE y del Gobierno, y es que desde la muerte del caudillo, la Transición y la democracia, cada año que transcurre en España, Franco es resucitado por la izquierda y los nacionalismos regionales... ¡Tan mal no les debe caer el Generalísimo!

Sánchez tenía tres años cuando murió Franco, y debió sufrir mucho durante el franquismo, como otros tantos que le bailan el agua y que ni siquiera habían nacido. Quienes lo vivieron ya alcanzaron un pacto constitucional de reconciliación, justamente donde ahora hay un muro, pero ZP y Sánchez son unos grandes resucitadores, gobiernan con la marcha atrás y reanimarán lo que sea con tal de no hablar de su presente y del oscuro futuro que se le avecina a España.

Si Sánchez ha revivido a Puigdemont, a Chaves, a Griñán y al que pase por allí que le convenga, ¿por qué no al dictador? Ponga un muñeco de Franco en su sala de estar, que por cada cinco collejas, el Gobierno de Sánchez regala un bono... Zapatero y Sánchez son esos que fueron los chorbos del PSOE, pero son de esas personas de las que es imposible fiarse.