¿En qué consiste el socialismo azul? En enrojecerse sin sonrojarse. Haber perdido la vergüenza, buscar otros criterios con los que medir los propios actos porque la primera quedó atrás, para otros.

Cambiar esos criterios supone cambiar de modus operandi, establecer otra óptica desde la que adoptar decisiones y, definitivamente, renunciar a España para entregarse a ese proyecto ajeno que les conducirá al foso de la sumisión a indicaciones de otros, en nada ajenos al proyecto original, estos sí, socialistas natos y, como tales, insumisos actuales a España.

Este despertar a la progresía, a la cancelación, a lo woke, ahora que la marea comienza a retirarse, es tan impropio de semejante entidad, el PP, que más que anunciar un nuevo escalón en su desarrollo, parece indicar la expiración de una idea que se desmiembra entre baronías. 

Y ese desprendimiento de los ropajes que el conservadurismo te proporciona, deviene en el enfriamiento propio de esta época, cuando ya aprendimos, vía COVID, a mantener las distancias con ese virus tan woke, el de la izquierda, capaz de enmascararse tras de tanta extraña forma para hacerse insalvable a nuestra voluntad. Y, a veces, no hay paracetamol para tanto virus.

Vean cómo en Andalucía se reclama el PSOE de antaño; como en Galicia el voto cambió de bando porque las ideas contagiaron el PP gallego; como en Madrid van alternando unas ideas con otras (aborto y rebajas de impuesto, v.g.); como en Ceuta se entregan al moro antes que unirse a Vox; como en Baleares renuncia a nuestra lengua por unos votos y unas poltronas; como en Extremadura renuncian a lo que sea por mantener el poder. Y todo lo justifican con el argumentario de Ferraz. Vean todo eso y más, eludiendo ser exhaustivos, y plantéense en serio ¿qué queda de derechas en las filas de la calle Génova?

Entrar en detalles es ir concretando el dibujo de una figura caótica en su proceder, irrecognoscible en su actuación, porque el proceder y la procedencia dejaron de coincidir definitivamente. Craso error cuando se pretende prosperar sin raíces. El socialismo azul, pues, viene a coincidir con la filosofía de la renuncia. La renuncia al sentido que tenga el propio sentido común en la política.

Siguiendo a Séneca, no alargaremos más el camino con teorías, hagámoslo breve y eficaz con el ejemplo sin salir de Andalucía:  financiación de sindicatos; fomento del habla andaluza; promoción a destajo de la Agenda 2030 y el Pacto Verde Europeo; puesta en marcha de los furgones eutanásicos; apoyo sin ambages a las políticas abortivas, invocación de la vuelta a Andalucía del socialismo de siempre y el corazón asín de ancho ya saben para quienes… 

Extrapolen todo esto a nivel nacional y se entenderá que si, en su momento, VOX exige garantías de cumplimiento en futuros eventuales pactos, no carecerá de argumentos para tal requerimiento, más aún si se consideran los antecedentes que arrastran estos socialistas azules de nuevo cuño. Será en esos días cuando se vea quién delira, quién necesita a quién, y quién es capaz de ser partido de Estado o de Nación, y no de proyecto.

Aguarden. No den nada por hecho.