En la mañana de este viernes, la ciudadanía local, esa que vota en cada convocatoria electoral, la misma a la que se le reclama concurrencia a las urnas para elegir a los próceres de nuestras instituciones, aquélla que nos reparten "misales" de códigos de conducta, pudo conocer a través de los medios de comunicación que el número 4 de la candidatura de la "excelsa" Fátima Hamed, había sido detenido en una operación de narcotráfico.

Que en la operación contra el narcotrafico haya caído como presunto implicado, el diputado de la Asamblea por el MDyC, Mohamed Ali Duas, funcionario de prisiones,  al parecer con vínculos familiares con uno de los guardias civiles también detenido, sitúa a su propio partido el MDyC de Fátima Hamed donde ocupaba escaño en la Asamblea desde 2023 cuando relevó a Abdelkader Abdeselam, en una posición comprometida con la transparencia y la honorabilidad exigibles a un cargo público. Los niveles de decencia no son negociables con la función pùblica de un cargo político.

Cuando allá por el 23 de julio de 2021, la propuesta del MDyC prosperó con la abstención del PP, para declarar persona "non grata" al líder patriota de Vox, Santiago Abascal, poco podía imaginar Fátima Hamed la hurdidora de la iniciativa y, mucho menos, el "legalista" y defensor de la transparencia, Juan Vivas, que el partido que ocupa escaño de representación en la Mesa de la Asamblea, con su "lideresa", iba a caer tan bajo manchado por el marasmo que ha provocado en lo moral, ético y político esta situación que resultaba imprevisible y desde luego, éticamente vergonzosa.

El estupor por tal comportamiento presuntamente delictivo, es socialmente imperdonable y políticamente desastroso e inaceptable. Con independencia de la presunción de inocencia que hay que aplicar en estos casos, al igual que se le hizo al expolítico Javier Guerrero, "el pecado" político parece ya cometido. A partir de ahora ni el MDyC, ni Fátima Hamed ni el PP de Juan Vivas, podrán repartir carnés de honorabilidad ni dar lecciones a Vox de cordones sanitarios de ningún tipo y, mucho menos, impartir lecciones de democracia o de cualquier tipo de comportamiento honorable.

Es obvio, comprensible y humanamente aceptable, que aquéllos como Vox que se vieron "marcados" por la designación de "non grato" en Ceuta a su líder nacional que ejerce patriotismo, y sufrieron el señalamiento inmisericorde, ahora ejerzan su "factura" a un partido que les marcó con descalificaciones, los mismos que ahora se ven envueltos en una operación de narcotráfico con uno de sus miembros implicados en la redada. De ahí el relato de Juan Sergio Redondo en redes sociales, repartiendo estopa a diestro y siniestro, por esta impudicia sin capacidad de respuesta por parte de sus destinatarios que han de soportar el cilicio de la afrenta pública y la crítica subsiguiente: "Estos son los socios que sostienen al gobierno de Vivas, exigiéndole como peaje el cordón antidemocrático de Vox. Hasta ayer pretendían darnos lecciones de democracia y transparencia. El gobierno de Vivas está rodeado de una verdadera banda de cuatreros. Esos son los que andan mangoneando Ceuta con el beneplácito de miles de inolentes que con su voto al PP le entregaron una Vicepresidencia a esta gentuza de MDyC".

Curiosamente es la Policia Nacional de control en el puerto y no la Guardia Civil quien ha detectado en días diferentes, varios vehículos cargados de droga en las últimas semanas. La trama de este operativo tiene muchas ramificaciones con vínculos de "próceres" de Ceuta con multinegocios.

La política hace extraños compañeros de cama (en este caso PP y MDyC), también se dice que en política hay que tener el techo de cristal por aquéllo de la transparencia y no menos revelador es que "la mujer del César no solo ha de ser honrada sino parecerlo". Ninguno de estos axiomas los cumplen aquéllos desvergonzados dispuestos a la corrupción y al enriquecimiento ilícito.

El MDyC como Sumar de la "amiguita" de Fátima Hamed la poliedrica Yolanda Díaz, con el caso del feminista Errejón y últimamemnte de su número 2, Xavier Ron en prisión por agresión sexual a una menor y que escribia libros de feminismo, se ha visto envuelta en un dislate que nada tiene que ver con lo que pregona. Mayor hipocresía política no cabe en individuos desaprensivos como tampoco más desfachatez para demostrar que no es lo mismo predicar que dar trigo. Reparten doctrinas que ellos infligen con denuedo. El mensaje de "haced lo que yo diga pero no lo que yo haga", adquiere plena vigencia en el cumplimiento de la desfachatez e ignominia de estos personajes que son carne de prisión. Si por sus obras les conoceréis, aquí quedan retratados muchos, señor Vivas, incluido usted que tiene la piel muy fina para ofenderse por cuestiones nimias en comparación con el "gordo" que le ha caído en este episodio donde los magnates de Ceuta colocan a sus peones en lugares estratégicos. Sobra mucha hipocresía y se necesitan cantidades indistriales de decencia, honor y principios éticos. El problema es que estos valores ni se reparten en las urnas ni en la política.