En el comienzo de estas líneas quisiera aseverar como cierto que las ideologías políticas autodenominadas redentoras sólo han mejorado la vida de sus promotores, y para verificar este pensamiento personal basta simplemente con repasar la historia.

Para estas redentoras ideologías políticas la patria es el último refugio del canalla, y esa búsqueda impostora del falso bien común da cobijo a los aprovechados. Estos farsantes redentores aceptan al Estado, en su máxima expresión, como un mal menor, y eso implica que la capacidad del ciudadano sea limitada, y ello afecta a la vida cotidiana de los individuos.

Estos nuevos redentores progres no comulgan con eso de que la justicia no proviene del poder : con el poder no se negocia ni se establecen condiciones, ya que el poder dicta normas y leyes para cumplirse y que requieren de una fuerza determinada. ¡Piensen!... Sólo un poder contenido puede asegurar una paz social continuada en el tiempo.

En los tiempos que corren la paz social es muy difícil que se instale en las sociedades, ya que determinadas organizaciones de raíz izquierdista se llenan la boca con eso de paz social y luego practican todo lo contrario. Podemos poner un ejemplo tomando en cuenta la trascendencia que tienen las medidas de los Consejos de Ministros, y como afectan al pueblo español : es importante decir que no es fácil acceder a la mente tan retorcida de estos ministros. 

Las medidas adoptadas en Moncloa afectan la vida de los españoles, y estos ministros, con el jefe Sánchez a la cabeza, juegan con el pan de los españoles. El ciudadano tiene derecho a criticar y a enfadarse con las decisiones tomadas en Moncloa, porque la mayoría degradan la sociedad.

No deja de llamar la atención la ausencia de una respuesta más noble y contundente a las verdaderas necesidades de España por parte de estos actores individuales (ministros) que no piensan en la colectividad de nuestra sociedad democrática ni en sus principios... No desean entender que el eje fundamental de las reuniones monclovitas debería ser el respeto al español.