Tienen perfiles diferentes y cabreos idénticos, son profesionales de alta cualificación que no han necesitado más de un año para sentirse desengañados del Gobierno. Tienen historias diferentes, trabajos distintos, pero todos se volcaron en las urnas en  apoyo a PSOE, SUMAR y al independentismo (un cocktail con un sabor horrible), y ahora, ya coinciden en las conversaciones de sobremesas, en las charlas con los amigos, con los compañeros de trabajo, en el desengaño profundo de este Gobierno.

Por eso, este invierno será el invierno de los desengañados, porque todos ellos, médicos, jueces, catedráticos, fiscales, profesores, ingenieros o funcionarios de carrera, todos expresan el mismo malestar, la misma decepción: la frustraciónde un Gobierno del que esperaban mucho más que la política simple de subir impuestos, bajar sueldos, recortar derechos y mantener intacto el despilfarro de una administración obesa, sobrecargada.

Será éste, sí, el invierno de los desengañados, y cualquiera que pegue el oído en sus conversaciones observará al instante que si existe en el horizonte alguna movilización que deba preocupar al Gobierno no es la que puedan planificar los partidos de la oposición, sino la que nace de este cabreo sordo, este malestar sin altavoces, que se ha extendido a los sectores profesionales de alta cualificación que ahora, dicen, se sienten maltratados por un Gobierno al que le confiaron sus esperanzas.

Los sindicatos no promoverán protestas previsibles, manifestaciones y huelgas, movilizaciones que no están en su calendario por trabas políticas : los sindicatos son los mismos partidos del Gobierno, es decir, CC.OO. es SUMAR y UGT es el PSOE... Por eso, hay que saber a quién se vota. La movilización del cabreo sordo no sale en prensa, no se anuncia en comparecencias ante los medios, pero es, sin embargo, la que pueda dañar más a este Gobierno de golfos, y la razón es que socava los cimientos de la sociedad y pueden hacer tambalear el funcionamiento de los servicios públicos.