No dan abasto el sentido de la perplejidad ni la capacidad de sorpresa de los diputados de VOX en cualquiera de los parlamentos donde fueron elegidos cada semana que acuden a los escaños y despachos en las cámaras que nos representan. Porque es difícil explicar como un partido político, con mayoría absoluta y sin ella, es capaz de plegarse en tal medida a los postulados de otro partido, tradicionalmente antagónico desde el punto de vista ideológico, como viene ocurriendo con el Partido Popular.

Los de Feijóo o los de Moreno, según se estime, no han parado de acudir en busca de ítems de la izquierda que poder incorporar a su ideario. Ya en 2015 vieron el cielo abierto cuando su anterior presidente nacional, Mariano Rajoy, acudía raudo a la ONU a firmar el panfleto que a día de hoy supone el peor lastre para el sector primario en Andalucía: la Agenda 2030. Así, lo que no pudo la Agenda 21, casi nada, vino a sustanciarlo la nueva agenda de la que comenzamos a ver sus peores resultados: agricultores, pescadores y ganaderos pendientes de lo que desde Europa se decida, y Andalucía asuma, porque hay que dar cumplimiento a los postulados socialcomunistas que la Agenda recoge y Juanma Moreno promociona. Hasta una agencia ha creado para que Antonio Sanz, su segundo, se entretenga y maneje una cantidad presupuestaria que ya quisieran los representantes del sector primario para ellos. No olvidemos, la recepción de fondos europeos está vinculada al cumplimiento de los denominados Objetivos de Desarrollo Sostenible, que en Andalucía se ejecutan siguiendo la Estrategia de Desarrollo Sostenible. Esto es Andalucía ¡Qué no nos falte de ná!

Ya estamos viendo resultados, se premia lo que llega de Marruecos antes de promocionar lo propio, ya sean productos de la tierra o del mar, o seres humanos traídos desde sus tierras, a saber por quién, jugándosela en el mar que, en demasiadas ocasiones, ni ellos mismos saben por qué lo surcan.

Y como con la dichosa Agenda no tenían bastante, vieron en la bandera blanca y verde, que representa a los andaluces que así lo deseen, su nuevo objetivo a monopolizar. Aunque, por fas y por ne fas, quienes saben del tema advirtiesen al presidente andaluz que iba a entregarse a una causa con más condimento que sustancia, él continuó y prosigue empeñado en asumir como propios unos principios que izquierdizan su partido hasta el punto de hacer que el socialismo azulee como, al parecer, premisa ineludible para atraerse el voto de todo aquel socialismo rojo, valga la redundancia, que otra vez se ve en la tesitura de alquilar temporalmente su confianza, hasta que de nuevo emerja por la siniestra su opción política supuestamente desinfectada de la corrupción que la asola.

El socialismo azul, del que ejemplos de norte a sur disponemos a manojillos, ha surgido en el PP para tratar de asentarse hasta que los verdaderos representantes del mismo, desprovisto de semejante tonalidad, decidan recuperar su lugar y dejen a estos, que se erigen ahora como los nuevos bastiones del socialismo, en la estacada en la que moraron durante casi cuarenta años, la oposición. Es lo que tiene la renuncia a tus principios y elegir lo que desconoces. Al tiempo…