La tragedia propiciada por la dana en el mediterráneo valenciano ha dejado demasiadas cosas claras y a demasiados políticos en evidencia. Del oportunismo del PSOE con Sánchez a la cabeza no hablaré, ya se definió perfectamente con su “jueguecito” de enviar cartas que solo él podría creerse.  Me voy a centrar en el PP valenciano que acaba de “regalar” dicha Comunidad a VOX en las próximas elecciones. En el cuento de “Los tres cerditos” dos de ellos manifiestan una indolencia total y uno ser previsor, y diligente, frente a la adversidad encarnada en la figura de un lobo. En Valencia, los tres cerditos (dicho con el mayor respeto y solo utilizado como recurso literario, metáfora) han sido insensibles, indolentes y mentirosos.

       El mentiroso ya ha destituido a la insensible, la consejera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo de la Comunidad Valenciana Nuria Montes (que con tanta falta de empatía y humanidad trató a los familiares de víctimas de la tragedia), ha hecho lo propio con la indolente que además se vistió de incompetente, la responsable de Justicia e Interior de la Generalitat Valenciana, Salomé Pradas (que con tanta ligereza y sinceridad reconoció desconocer la existencia del sistema de alertas a móviles hasta el mismo día de la dana).    El mentiroso es quien nombró a estas dos personas. Es el mismo que hizo dejación de funciones por una comida. El mismo que iba a reconfortar con sus explicaciones y cabreó e indignó. El mismo que está siendo apoyado por Feijóo, ¡tanto monta! El mismo que tocaba la guitarra y cantaba versiones de canciones de José Luis Perales, Julio Iglesias o Mocedades. Quizás deleito a su compañera de almuerzo en la sobremesa con uno de esos temas. Mientras tanto, el pueblo valenciano hacía lo que podía para enfrentarse a los elementos y ayudarse unos a otros intentando salvar tanto sus vidas como proteger sus bienes. Marengo tiene una acepción que indica: “Tela de lana tejida con hilos de distintos colores y que da el aspecto de mezclilla”. Mezclilla, y no precisamente aludiendo al tejido confeccionado para trabaja sino al diminutivo de mezcla, es lo que está intentando el señor Mazón, el mentiroso. Destituciones varias, externalización de responsabilidades, silencios clamorosos, y muy, pero que muy poca vergüenza e integridad. Al nivel de quien le permite continuar en su puesto. Personalmente considero que el Gobierno central utilizó cierto tacticismo político en este tema y que lo ha dejado marcado, una vez más, reitero lo ya dicho sobre la utilización del género epistolar por parte de Sánchez; pero no es menos cierto que Mazón a la cabeza y gran parte de sus Consejerías no han sabido gestionar ni evaluar riesgos. Esta inaceptable dejación de funciones y demostración de flagrante incapacidad ha costado vidas y causado infinito dolor. Mazón sobra no ya en Valencia, sino en la vida política. Junto a él, alguno más de mayor rango y jerarquía. La política española convierte a incompetentes en referentes y dirigentes y así no va desde hace varias legislaturas.  Pobre pueblo español al que le dan a elegir elección tras elección entre “truco o trato” y siempre termina de susto en disgusto.

       Se atribuye a Otto von Bismarck, aunque seguramente es apócrifa, la frase: “España es el país más fuerte del mundo, lleva siglos intentando destruirse a sí mismo y todavía no lo ha conseguido”. Que en la pluma de Soul Etspes queda: “El pueblo español es el más resistente del mundo, siempre son abandonados a sus dirigentes que en lo último que piensan es en su gente”