Lunes, 06 de Octubre de 2025

Actualizada Lunes, 06 de Octubre de 2025 a las 13:21:03 horas

Redacción
Lunes, 04 de Noviembre de 2024
#DANA Valencia

Feijóo: "Mis diferencias con el presidente son evidentes, pero es tiempo de ocuparnos en la reparación de lo que aún se puede reparar"

El líder popular, Alberto Núñez Feijóo, ha realizado una declaración institucional ante los hechos acaecidos en Valencia

El líder popular Alberto Núñez Feijóo ha realizado este lunes, día 4 de noviembre, la siguiente declaración institucional ante los hechos acaecidos en Valencia: 

 

Hemos reunido hoy al Comité de Dirección del Partido Popular y seguiremos reunidos en las próximas horas. Lo hemos hecho con el ánimo de aportar todo lo que está en nuestra mano, al máximo de nuestras posibilidades, como hemos venido haciendo desde el miércoles, cuando pedimos la suspensión del Pleno del Congreso, para hacer frente a los terribles acontecimientos que toda España sufre con los ciudadanos de la Comunitat Valenciana.

 

Vuelvo a ofrecer mi más sentido pésame y mi afecto a las víctimas, a los heridos, a sus familiares y, por supuesto, a los familiares también de los desaparecidos Desde el punto de vista de nuestras responsabilidades en los gobiernos autonómicos y locales, que han desplazado y siguen desplazando numerosos medios materiales y humanos, tan solo queremos reiterar que todos los medios que puedan ser útiles para el rescate o asistencia de los afectados por esta crisis están a disposición de las autoridades. No tienen que pedir nada.

 

Sólo están a su disposición y pueden disponer cuando quieran. Por otra parte, estamos a disposición de estas mismas autoridades para hacernos eco y difundir la información y advertencias que se estimen necesarias ante esta situación de emergencia nacional. Con toda humildad, en lo que podamos asistirles, el Partido Popular ha estado, está y estará a su servicio. Y, como primer grupo del Congreso de los Diputados, queremos trasladar, con todo el afán constructivo, una serie de consideraciones al Gobierno de la Nación que me gustaría que tuviese en cuenta en el próximo Consejo de Ministros que debería ser inminente.

 

Fundamentalmente, queremos transmitir que cuenta con el apoyo de nuestra formación para las acciones que garanticen la mejor atención a todas las víctimas de la Dana. Lo prioritario, en nuestra opinión, son dos cosas. En primer lugar, poner los recursos y los instrumentos de coordinación que sean necesarios para que la tragedia se afronte en las mejores condiciones posibles. Y, en segundo lugar, dar de manera inmediata ayudas a las ciudades, a los ayuntamientos y a los sectores productivos para los gastos más necesarios.

 

El Estado tiene información y mecanismos de sobra para una inyección directa y sin burocracia. Que las víctimas no tengan que pedir ayuda es lo mínimo en la situación en la que estamos. Hecha esta salvedad, el PP quiere transmitir con claridad que facilitará cualquier decisión que avance en estas prioridades. Es el momento de arrimar el hombro. Seguimos solicitando, como hicimos desde el primer día la declaración de emergencia nacional y, si se decide, tiene nuestro apoyo. Para aprobar un paquete de ayudas urgentes a las personas, a los autónomos, a todos los sectores productivos y a todas las administraciones afectadas, tiene nuestros votos. Para pedir toda la ayuda necesaria a las instituciones europeas, tiene nuestros votos. También en Bruselas.

 

Y propongo un Plan Valencia.

Un plan nacional para la reconstrucción y revitalización de las zonas afectadas, previo diseño y concreción con la Generalitat Valenciana. Y para otros lugares afectados puntualmente de otras comunidades autónomas, por supuesto. En definitiva, para dar respuesta a esta situación, tiene nuestros votos. Dicho esto, me gustaría hacer una reflexión sobre lo que ha sucedido y está sucediendo en España. Estamos ante una de las peores tragedias de nuestra historia. Los fallecidos suman ya más de doscientos. Y me temo que, como dije el miércoles en Letur y el jueves en Valencia, serán más. Hay todavía un número indeterminado de desaparecidos. Los daños materiales son incalculables. Y muchos de los daños emocionales, irreparables. En este contexto, es importante hacerse cargo del estado de ánimo de la población. Miles de españoles lo han perdido todo. Muchos llevan días esperando una respuesta y una ayuda que no llegan. Días de incertidumbre, desesperación y rabia. Han perdido a sus familiares y seres queridos. Todavía hay personas a la espera de ser rescatadas. Desgraciadamente habrá más fallecidos.

 

No puede haber una situación de mayor desasosiego. Gritar de rabia y dolor es perfectamente entendible. Son muchos los españoles que se enfrentan a la devastación de sus vidas, de sus pueblos y de sus casas. Y en una catástrofe así, todo es necesario y nada es suficiente. Y, con todo, pese a tanta impotencia y sufrimiento, durante estos días, hemos visto a lo mejor de España. A ciudadanos que se echaron a andar con palas, con mantas, con víveres o con sus cuerpos para ayudar a sus vecinos. Es emocionante ver a nuestros jóvenes trabajando codo con codo con Bomberos, Policía, Protección civil y Ejército. A empresas, asociaciones o particulares que se organizan para hacer llegar su ayuda a los afectados.

 

A Ayuntamientos, Diputaciones y Comunidades Autónomas de toda España dando lo que tienen para hacer frente a la emergencia, sin que se lo hubiera pedido nadie. Y a trabajadores de estas administraciones que se están volcando por los demás, incluso, en algunos casos, arriesgando sus propias vidas. Por ello también quiero reconocer a las administraciones que han sabido cooperar unidas en el CECOPI, lideradas por el president Mazón; Ayuntamientos; Generalitat, y departamentos del Gobierno que allí están trabajando. Hay una Nación unida en el dolor, pero también en la reparación del dolor. Hemos visto a un país solidario en el que unos se apoyan a otros. Y ese es el espíritu que nos debe seguir guiando para todas las semanas y los meses muy duros que nos quedan por delante.

 

Durante demasiado tiempo, la política en España se ha reducido a la división, a la confrontación y a la competencia partidista. Por todo ello, lo que yo quiero transmitir hoy en nombre del Partido Popular, es que pondremos todo de nuestra parte para que la política esté a la misma altura de las circunstancias y a la altura del pueblo porque soy consciente de que mucha gente siente que hasta ahora no lo ha estado. Y todos los que aún creemos en lo que hacemos debemos ser conscientes de ello. Cuando más se necesita que la política esté a disposición de la gente, se pierde tiempo y recursos en divisiones, discusiones, excusas, propaganda, burocracias y esperas absurdas que los ciudadanos lógicamente no entienden y rechazan..

 

Sobre todo, en una situación desesperada como ésta. Soy plenamente consciente de la maltrecha relación de confianza entre los españoles y sus políticos. Soy consciente de que debe haber un antes y un después de todo esto. Que deberemos cambiar todo lo que a tantos españoles les hace sentir tantísima frustración contra la política. Es necesaria una política útil, humilde, autocrítica, colaborativa y sincera que le devuelva su verdadero significado de servicio. Y es necesaria una política que pueda mirar a los ojos de la gente y compartir sus sentimientos, como lo hicieron ayer los Reyes de España.

 

Las imágenes que todos vimos ayer en la visita de los Reyes, los gritos y llantos de rabia y desesperación, la impotencia y el cansancio de pedir una ayuda que no llega, son la respuesta de un pueblo que sufre. Y es responsabilidad de los cargos públicos escucharlos, atenderles y asumir su indignación. Los Reyes sí han estado a la altura de las circunstancias. Un Jefe de Estado sin responsabilidad ejecutiva, que ha sabido estar donde hay dolor, poniendo todos sus medios a disposición desde el primer día, sin que nadie se los tuviese que pedir, haciendo lo que su conciencia le dictaba y con el único ánimo de servir a los españoles antes que a sí mismo.

 

Nos corresponde a todos los políticos estar a la altura también y para ello no hay excusa ni justificación de los errores del adversario. La indignación de los ciudadanos no es marginal, ni simulada. Es muy real y entendible. Es la indignación de una Nación que no soporta ver desatendidos a sus compatriotas y no comprende ni comparte lo que han hecho aquellos que tienen el deber único de servirles. Por supuesto que las expresiones de violencia no nos representan. Nunca lo han hecho, ni lo hacen ahora, y las rechazamos: se dirijan a Sus Majestades los Reyes, al presidente del Gobierno o al president de la Generalitat. Eso sí, no vamos a equivocarnos sobre quiénes son realmente las víctimas de toda esta tragedia y el sentimiento compartido por la gran mayoría de los españoles.

 

Por tanto, que nadie pretenda que participemos en ningún relato partidista que señale a ciudadanos por contar su verdad. Ya basta de tanto relato con la realidad que estamos sufriendo. Ni entremos en otra contienda partidista más en la que volvemos a desviar el foco de lo que verdaderamente importa en este momento. No es el PSOE, no es el PP, no son el resto de partidos políticos, no es el Gobierno de España o la Generalitat, no es el presidente del Gobierno ni de la Generalitat y, por supuesto, no soy yo. Es el pueblo español. Son nuestros compatriotas valencianos. Por eso yo hoy no voy a caer en nuevas críticas al Gobierno. No merece la pena. Lo que pienso es conocido y creo que compartido por muchos. Sigo creyendo que era necesario que nos diesen información desde el principio. Y por ello también agradezco al Gobierno que hoy sí nos haya convocado para esta tarde para dar información a los grupos parlamentarios. Sigo creyendo que estamos ante una emergencia nacional. Si esto no es una emergencia nacional, ¿qué lo es entonces? 

 

Y sigo creyendo que ante un desastre de esta naturaleza no se espera, se actúa con todo lo que uno puede aportar. Mis diferencias con el presidente del Gobierno son evidentes y no se están acortando en estos días, pero es tiempo de ocuparnos únicamente en la reparación de lo que aún se puede reparar. Y de la reconstrucción de todo lo destruido. Lo que corresponde ahora es intentar encontrar aquello en lo que sí podemos trabajar todos juntos para que la respuesta sea lo más eficaz posible. La gente que desgraciadamente pereció o que ha sido víctima porque ha perdido a un familiar, su casa o su negocio no está dividida en partidos u opiniones políticas. Los que ahora ayudan como voluntarios a despejar las calles no se preguntan a qué partido han votado. Tampoco los trabajadores de las diferentes administraciones. Todos debemos estar unidos en el dolor, como un único pueblo. Porque esta tragedia ha golpeado a todos los españoles, no a un partido u otro, que eso es lo de menos.

 

La tragedia no ha hecho distingos y la única respuesta posible, honrosa y a la altura del sacrificio de los que están afligidos, es la unidad en el dolor y en la ayuda. Hoy toca estar todos a una y no pensar en nadie más que los que lo han perdido todo. Toca también estar alerta, porque esto no ha acabado. Aprovecho para pedir toda la precaución a los ciudadanos de zonas todavía en riesgo, muy especialmente en Cataluña. Nada puede impedirnos avanzar en un momento en el que asistir a las víctimas y recuperar lo perdido para cientos de miles de españoles tiene que ser la prioridad. Esa es la política en la que vamos a estar nosotros. En una política que se parezca más a la generosidad y solidaridad de un pueblo español que no tiene que pedirnos nada, sino exigirnos todo. En una política que sirve a España. Gracias a todos y descansen en paz las víctimas. Muchas gracias.

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