Creo que la singularidad da variedad y constituye la sorpresa, y sin embargo, esta sociedad actual ha inventado el aburrimiento para justificar la ineptitud de la búsqueda y la rutina de lo constante, para quitarse el terror que provoca la fragilidad : decía aquél que las decadencias inventan y luego se diluyen en la redención.

Desnudando nuestro tiempo de la coraza de hierro de esta falsa sociedad del bienestar, descubrimos los ropajes de la momia del mundo con sus peligrosas corrientes subterráneas. El mundo de ayer, el de finales del siglo XIX lo destruyó la I Guerra Mundial del siglo XX, que tuvo sus revoluciones, y este siglo XXI (el de la información), lo va a destruir la ignorancia y la incapacidad de entender al contrario, que se ha hecho grande con la maldita globalización y la perversa multiculturalidad.

Seremos una página en la historia, pese a estar tan cerca de ella, y luego, ya será demasiado tarde para todo, ese todo acabará en el muro de las lamentaciones.No obstante, con el tiempo del recuerdo y el aroma penetrante de la piel de quien amas hoy día, escuchas esa canción en boca de Miguel Bosé : «reivindico el espejismo de intentar ser uno mismo, ese viaje hacia la nada que consiste en la certeza de encontrar en tu mirada la belleza»..., y no se está tan mal, y yo no estoy mal porque encontré en la mirada de Eva la belleza.