La expresión del momento es “me renta”. Anda en boca de toda la juventud como aquella del “vale”, “venga”, “eso no lo siguiente” … Esa ristra de latiguillos que nos ha ido dejando el tiempo y, por suerte, duran el tiempo que a algún famosillo o influencer le da por sacar otra, hecho que, por cierto, deja en muy mal lugar el sentido de la personalidad de tantos…

Pues bien, aprovechando la novedad cabría decir que si hay alguien a quien le renta seguir en su lugar es a Pedro Sánchez. Seguramente a él y sólo a él (bueno, y a su esposa, como víctima colateral más cercana).

Y lo comento al hilo de las campanas que, de fondo, traen tañidos de elecciones. Eso dicen, ante el embrollo en el que unos informes de la UCO, que ahora deberían servir como servían cuando no parecían decir nada de la cónyuge del susodicho, y que refieren autorizaciones y conocimiento de hechos que plantearían al propio Pedro la posibilidad de ofrecer a Su Majestad su dimisión, para que este disuelva Las Cortes y en el plazo de menos de 55 días los españoles elijamos papeleta para que el sillón de La Moncloa lo ocupe otro candidato elegido por el pueblo español. 

A Pedro le renta quedarse en La Moncloa porque es su último parapeto, para él y para cuantos dependen de su gestión. De la permanencia del primero en Palacio, precisan los segundos para mantener su privilegiado machito a costa del erario público. Y para él porque es la sala de tantos mandos como ha ido colonizando desde el ámbito jurídico al demoscópico, para que todos digan lo que él quiere que se le diga y todos respondan a las órdenes que su capricho ordene.

Y da igual cómo esté la economía, los datos de empleo, la educación, la vivienda, la fiscalidad territorial, lo que apriete la soga de la exigencia independentista, la imagen del España en el Mundo, los datos de violencia intrafamiliar, las continuas oleadas de inmigrantes ilegales promocionadas por ellos mismos, el transporte público, el olvido del sector primario, los autónomos, la sanidad… No hay por dónde coger a España. Eso sí, mira usted las campañas publicitarias del Gobierno, bien difundidas en todos esos medios con los bolsillos previamente bien recalentados, y España no va bien, sino lo siguiente… (aprovechando otro de aquellos latiguillos).

Y toda esa retahíla es la que va a heredar quien suceda a quien pretende continuar dirigiendo los destinos de su propio partido. en el que comienzan, ahora parece que sí, a oírse los primeros ruidos de sables en busca de la caída de quien ha llevado al PSOE a unos índices de credibilidad que ya no encuentra maquillaje que lo tape. Probemos a cambiar de presidente y veremos aflorar toda esa retahíla, en sentido contrario, hasta en los tebeos…

En cualquier caso, a este Gobierno sólo le queda una cosa por hacer: convocar elecciones. Y si esa cosa la quiere hacer bien, porque nos urge, que la haga a mayor brevedad. Porque, en todo este lío, es lo único que le renta… a España.