El monstruo de las siete cabezas ya está aquí.Y no es el misterio del lago Ness; tampoco perturba el placentero veraneo de "mi querido presidente" (en términos de Juan Vivas con ocasión de la invasión marroquí de aquél mayo de infausto recuerdo), ajeno a la insostenible crisis migratoria de Canarias y Ceuta.

Lo verdaderamente sobrecogedor es que por muchas advertencias que se hacían al "efecto llamada", hubo voces que aludían a la solidaridad y a la humanidad de acogida, cuando realmente lo que se avecinaba era el colapso y la emergencia social. "O atajamos la inmigración irregular, o el problema estallará en la calle". Un vaticinio que se hace presente a la vista de las circunstancias: El último informe del Ministerio de Interior sobre esta cuestión acredita que la afluencia de los "sin papeles" se ha disparado: las llegadas de inmigrantes en situación irregular a Ceuta y Melilla aumentó este verano un 143% con 1.643 personas y 22.304 han arribado a Canarias hasta el 15 de agosto.O sea un 126,1% más que en el mismo periodo de 2023.

Es verdaderamente escandaloso que en lo que va de año hayan entrado en España 31.000 inmigrantes en situación irregular con un 173% más en Ceuta y 126% más en Canarias que en el año anterior. Cifras de emergencia  migratoria que ha hecho a Juan Vivas, una vez que se comprueba sin marchamo de duda que están a nuestras puertas invadiéndonos, reclamar un S.O.S de ayuda al Gobierno, sin reconocer explícitamente que ésta es una invasión híbrida con la anuencia y tolerancia de Marruecos que desbordan nuestros sistemas de asistencia. Luego vienen las ONG´s con  pingües beneficios de negocio en inmigración a criticar falta de atención, cuando en realidad se están vulnerando claramente los derechos humanos por parte de Marruecos y paises africanos, con la incapacidad de nuestro Gobierno por atajar de manera radical la mafia del tráfico de personas pensando más en los votos que pudieran acarrear a la izquierda insensible y manipuladora, que en articular fórmulas que impidan estas llamadas "ruta Canaria" o la más reciente "ruta del espigón" en Ceuta. No sería tan difícil, con voluntad política cercenar estos trayectos (el Gobierno destina 4,2 millones a vuelos para trasladar a 13.200 inmigrantes ilegales a la península), el capitán del Open Arms, Oscar Camps,  paga más de 4.000 euros al mes por dos hipotecas y el alquiler de un chalé de lujo y sin embargo, cuando llevaba la concesión de vigilancia de playas para Cataluña, pagaba a los vigilantes, tarde, mal y nunca.Y habría que revisar a este tipo y su barco, porque cuando una nave sale a la mar, hay que despacharlo desde Capitanía Maritima (transporte de graneles, petrolero, pesca de altura, recreo, etc.) por lo que habr´ña que preguntarse qué cometido tiene en su rol cuando se "despacha" ese Open Arms.Este es el "recogedor" de inmigrantes.¿Hace o no negocio con ellos? Investígiese, Pedro Sánchez Castejón.

Ni con paños calientes, ni con buensimo, ni mucho menos con cinismo e hipocresía, los políticos pueden obviar el creciente problema que más pronto que tarde afectará a nuestra convivencia como sociedad. De hecho, ya están irrumpiendo en nuestras calles reiterados focos de carácter antisocial y barbarie, por mucho que al "rojerío" patrio les moleste tanto el vínculo de inmigración ilegal con delincuencia. ¿Por qué ocultan la nacionaoidad u origen de los protagonistas de las aberraciones que se producen en cuestión de violencia de género o altercados de quienes provocan la barbarie "importada"?

La multiculturalidad trae costumbres y hábitos que en nada tienen que ver con nuestra sociedad occidental. Conductas diametralmente opuestas a las nuestras, donde en muchos casos la situación de la mujer no es la que desearían las feministas, por ejemplo. El uso frecuente de armas blancas cuando no de pistolas, nos situacian en un escenario de la Ley del Talión, del "ojo por ojo", muy alejada de una sociedad civilizada en un Estado de Derecho.

A la vista de que es el propio Gobierno quien vulnera y dinamita nuestros valores más esenciales con leyes "a la carta", modificando en algunos casos la Constitución por la puerta de atrás, confrontando con el Poder Judicial y obsesionado porque no haya independencia de los poderes del Estado, además de intentar controlar la información para su propio beneficio, estamos ante una vorágine de despropósitos que nos tratan de embaucar.

No olvidemos que la inmigración irregular es un vehículo idóneo para transportarnos la viruela del mono que tanto temor quieren provocarnos. No se entiende la apatía de un Gobierno que deshecha estas anomalías y se va de vacaciones, preocupado únicamente en que Salvador Illa fuera investido como presidente catalán y que ha hecho mutis por el foro con la tocata y fuga de Puigdemont al modo y manera de cualquier película de Torrente, aunque en el caso del fugitivo no tiene ninguna gracia el episodio que a nivel internacional han calificado como un descrédito institucional de nuestro país.

"Marruecos es una bomba de relojería y España una marioneta débil y sumisa" ha denunciado Vox esta semana. Para quienes ahora callan y antes propugnaban convivencia y buenismo, habrá que decirles que cada palo aguante su vela. Y si algún día se produce en el Ayuntamiento de Ceuta, por hastío, intolerancia o deterioro de la paciencia, algo parecido a la invasión del Capitolio en EE.UU., ni Juan Vivas ni sus adlátares, podrán sosprenderse que una turba decida ejercer por sus propios medios una acción de repulsa colectiva.

Juan Vivas, traduce la problemática de la inmigración no ya en votos sino en dinero. Dejar al albur de las circunstancias una situación que es todo un reguero de dinero público, es una entelequia tan desquiciada como inútil para no resolver un problema que es acuciante y problemático a nivel general.

El Juan Vivas que en la invasión de mayo costó en materia de devoluciones a Ory y Deu sentarse en el banquillo, el mismo que repitió en catorce ocasiones a Pedro Sánchez en su visita a Ceuta "mi querido presidente", el que también en contra de las directrices de su partido apoyó la reforma de la Ley de Extranjeria en el Pleno de la Asamblea de Ceuta, es quien esta semana ha dirigido una carta de auxilio al Ejecutivo de ese Gobierno cómplice de Marruecos. Es como pedir que cuiden los zorros de las gallinas o la sarcástica ecuación de un "totum revolutum" para confundir y engañar al personal. Un brindis al sol con el respetable incauto y conformista. O sea, lo que vienen haciendo unos y otros siempre, con la compicidad mutua de mantenerse en el sillón a cualquier precio.Y la sociedad, subsidiada, anestesiada, inmóvil, cada día más perdida. Es el cuento de nunca acabar. Y la sociedad española que salte por los aires, mientras el Ejecutivo del "sanchismo" continúe con su política de ayuditas a la inmigración ilegal. Mientras Vivas se hace el harakiri con la inmigración ilegal a la vez que propaga los subterfurgios de sus políticas engañosas. Otro ilusionista con métodos de farándula como encantador de incautos. Suma y sigue.