Bienvenidos al espectáculo. El número circense está servido y en él, en la tocata y fuga de Puigdemont, no han intervenido ni Juan Tamarit, Jorge Blass, Luis Piedrahita, el Mago Pop, o el mago Yunke, todo un repoker de los magos españoles más famosos y reconocidos internacionalmente, como tampoco el reputado David Copperfield, capaz de lo más inverosímil en cuestión de desapariciones cara al público.

En este show de despropósitos, sí han intervenido los Mossos de Escuadra, la policía autonómica mejor pagada, servil al independentismo y, a lo que parece, corrupta para "facilitar" la huída de un individuo que ha chuleado a todo un país, aunque especialmente a la sociedad española y la Judicatura con  la complicidad de un Gobierno felón que, al decir de algunos dio órdenes al CNI de no intervenir (responsable Margarita Robles), como también a la policía y guardia civil (responsabilidad de Marlaska).

A la vista de todos, Puigdemont llegó, vió y venció, con la anuencia, pasividad y tolerancia de una policía autonómica en la que encontró colaboradores necesarios, para escribir la página más grotesca de la política española que, a cada paso, se supera; un show que relega el protagonismo de Begoña Gómez y el hermano de Pedro Sánchez, con su corrupción insalvable. Mutismo de Zapatero con el fraude electoral de Maduro en Venezuela y otro tanto de Sánchez con el esperpento de Puigdemont. No es creíble que si no hubiera habido pacto de por medio, el fugitivo expresidente catalán se habría atrevido a cruzar la frontera y protagonizar tal vacilada a la vista de todos y para mayor gloria de su provocación judicial insultante.

Estamos en un país de pandereta con una democracia fracturada. El deterioro no sólo alcanza a las instituciones del Estado sino también demuestra una fragilidad temeraria a la Seguridad nacional, porque si un individuo de esta calaña como Puigdemont se pasea como Pedro por su casa, qué no sucedería con cualquier terrorista con aviesas intenciones para poner a nuestro territorio patas arriba y saltando por los aires.

Si Felipe González pasó a la historia con el GAL y la cal viva a la que tanto han aludido algunos de los hoy apoyos del Gobierno social-comunista, Pedro Sánchez lo hará .entre otras infinitas cosas-, por este circo en el que un fugitivo de la Justicia entró, se paseó y salió del país sin impedimento alguno y un Ejecutivo socialista le facilitó el tránsito, desactivándole los mecanismos de control institucionales para su arresto.

A mi me recuerda la figura de un Puigdemont en forma según la versión del académico y periodista, Pérez Reverte, "Mortadelo y Puigdemont", a la utilización que en otros tiempos hizo el dictador Franco de El Lute, con aquélla icónica fotografia del brazo escayolado y situado enmedio de dos guardias civiles que le habían apresado en su huida. El final es distinto pero la imágen para el público, la de un malhechor roba-gallinas, como referente insurrecto a la dictadura franquista y la de Puigdemont desafiando al Estado con una desaparición más propia de ilusionistas o de perversos y corruptos "defensores del orden", son muy similares.

Con esta estigmación, ¿pretenden que creamos en la Justicia y aceptemos que es igual para todos? Este deterioro institucional busca el desprestigio del Estado y la afrenta pública de un sistema que no funciona en España, por los "recortes" que este Gobierno del felón Sánchez viene imponiendo a golpe de modificación legislativa, troceando la Constitución sin pudor y provocando a la ciudadanía hasta el hartazgo.

Sucede otro tanto en la multicultural Ceuta, donde Juan Vivas pregona la convivencia como fórmula de cohesión social y ningún partido ha tenido la iniciativa de replicar a esa afrenta nacional que ha supuesto la pitada al himno nacional en el partido entre España y Marruecos por parte de los vecinos de "buena vecindad". Ningún partido islamista de la Asamblea de la Ciudad de Ceuta, que tan sensible tienen su piel de islamofobia y racismo, aunque dicen considerarse españoles, no han abierto el pico para defender el honor patrio ante el vecino del sur, hacia el que pregonan la "buena vecindad" necesaria. Menos mal que el Karma les dio su merecido y cayeron ante nuestro jugadores de oro y les hicieron morder el polvo, hasta el punto que los jugadores marroquies "reventados" se negaron a hacer declaraciones tras el partido. Han de mejorar, ser más deportivos y jugar mejor para superar a nuestra selección que goleó a la anfitriona Francia dando una lección de fútbol.

Si los que se dicen patriotas, llegado el momento no lo demuestran, no me valen. Si los que se dicen multiculturales no respetan la multiculturalidad y sí protagonizan el odio al adversario deportivo, tampoco me vale. Si Juan Vivas dice en Pleno que daría la vida por los musulmanes, más vale que se deje de hipérboles y se muestre mucho más contundente con el patriotismo que tanto pregona y tenga los arrestos de salir al escenario poniendo las cosas en su sitio con hechos y no con palabras.

El panorama nacional y local nos deja unos retazos de cobardía, manipulación y corruptelas, que nos convierten en un "circo" marcado por siniestros personajes que permitimos convertirse en protagonistas en vez de espantapajaros.

Ahora resulta que el ilusionismo y la fantasía han irrumpido en el escenario político. Ya lo que faltaba para completar un escenario de esperpento nacional. No va más, como sucede en la ruleta y no me extraña que cualquier día, nos demos un tiro en la sien. Charles Darwin dijo: "Dejemos de buscar monstruos debajo de nuestra cama cuando nos dimos cuenta de que estaban dentro de nosotros". Nuestros mostruos están más cerca que lejos...y hasta desaparecen delante de nuestras narices.