En la actual política española se percibe una suerte de hipermetropía, porque se ve de lejos lo que no se ve de cerca. Por ejemplo, vemos lo que sucede en Venezuela o Argentina pero no vemos lo que pasa en nuestro propio país. Nos alarmamos por el fraude electoral de Maduro "urbi et orbi" a quien asesora su "lobby" Zapatero, el mismo que criticó las sanciones de la Unión Europea y abogó por una vía electoral que ahora deja morir en manos del fraude de Maduro: "Sabemos que ya no sirve la imposición ni las sanciones. Solo sirven el diálogo y los votos, el encuentro y la deliberación democrática. No hay otro camino". Ahora se refugia en el silencio cómplice de cuanto sucedió en Venezuela y se retira a Lanzarote donde Marlaska le prepara una guardia pretoriana a cuenta de los Presupuestos Generales del Estado de 20 GRS. Un operativo de seguridad en el que la guardia civil blindará la presencia del expresidente; isla donde pasa sus vacaciones estivales el exlíder socialista, como lo hace también Pedro Sánchez. Allí diseñarán a dúo la política española de los próximo meses al estilo Maduro.

Cuando una marea humana llena Caracas contra el narcodictador Maduro y desafía su maquinaria de terror, aquí en España ni el Gobierno social-comunista, ni sus aliados de Sumar, se han pronunciado sobre el "pucherazo" que numerosos países, incluido EE. UU, han invalidado. Y no se han pronunciado por aquí, en nuestro solar patrio, sucede lo mismo: La jefa de Seguridad de la Moncloa ordenó que le retiraran el teléfono móvil al juez Peinado cuando fue a tomarle declaración al presidente del Gobierno y esposo de la imputada Begoña Gómez, que contó con la negativa del magistrado ya que no suponía amenaza a la seguridad monclovita, y por intuir que la intención final que guardaban era tratar de hackear su teléfono y alterar sus comunicaciones corrientes. Decisión que disgustó a Sánchez que al cabo de una hora anunció su querella contra el juez por "prevaricación". Precisamente un individuo este Sánchez, que siempre ha dicho que estaba dispuesto a colaborar con la Justicia y que se acogió al silencio en el procedimiento judicial al igual que su mujer, quien también aparte de "enmudecer" ante el juez, ha seguido el mismo trámite contra el magistrado buscando su recusación o el archivo de la causa de la que ellos no declaran, pero siempre dicen - junto a sus ministros- que "no hay nada" y todo es fango.

Mientras la corrupción de la familia Sánchez-Gómez parece una realidad con el hermano de primero incluido en cuestiones procesales como imputado en la investigación, estos episodios dan la sensación de mostrar a dos testaferros del presidente del Gobierno metidos en negocios ilegales con dinero público.

Estamos ante una generación débil, donde todo debe ser suavizado, porque todo es ofensivo...incluida la verdad. Y también con unas cargas de profundidad en cuestión de manipulación evidentes, donde los medios afines al régimen, guardan silencio sobre las "no respuestas" de un presidente que antes criticaba que Rajoy se mostraba tras un plasma y le indicaba el camino de la dimisión por unos planteamientos que el propio Sánchez sobredimensiona en versión corregida y aumentada. Es obvio que estamos ante un descarado provocador, amigo de los conflictos y sin ningún pudor en reconocer ninguno de sus burdos errores.

Dijo con toda solemnidad en el Congreso el mismo día de la imputación de su esposa que, " a pesar de todo lo que está sucediendo, creo en la justicia", testimonio que no ha dejado de ser una mentira suya más o un cambio de opinión, con el descaro de quien vulnera cualquier principio de ética y dignidad.

En todo este contexto, la "derechita cobarde" no pasa del bla,bla, bla, y es únicamente Vox quien lleva a los Tribunales a Sánchez, Begoña Gómez, Bolaños, Conde-Pumpido y a los magistrados que votaron a favor de exonerar de los ERES andaluces a Chaves y Griñán.

Parece evidente que a toda esta ralea de presuntos delincuentes, hay que ponerlos ante la Justicia que cada vez quiere el Maduro español, Pedro Sánchez, convertir en su cortijo particular.

En Ceuta, Juan Vivas, siguiendo las estrategia y directrices de "mi querido presidente" Pedro Sánchez, contraviene las consignas de la dirección nacional de su partido para ir por libre y votar en Pleno de la Asamblea con el PSOE a favor de modificar la Ley de Extranjería, llevado en un ejercicio de amnesia, sobre el comportamiento de ese mismo PSOE de Ferraz y del Gobierno de Sánchez con Marlaska de por medio, sobre la situación de imputada a su exvicepresidenta del Gobierno, Mabel Deu, por la devolución de MENAS a Marruecos. Los mismos MENAS que delinquen en nuestras calles como la reciente violación de una joven de 19 años en la playa de La Malvarrosa valenciana por un agresor marroquí, o la muerte por un botellazo de otro marroquí, en un país infumable con más de la mitad de los 868 detenidos en España el 1 de agosto con identidad extranjera, según datos policiales y un CETI desbordado, con reyertas y dimisión de su director en Ceuta, que se convierte en un polvorín de conflictos.

Debemos resetear la política española. Ni nos merecemos los políticos que tenemos gobernándonos ni el deterioro de nuestra calidad de vida. No sé dónde está el estado de bienestar del que tanto blasonaban los socialistas.

Las condecoraciones de Sánchez a exministras de Podemos Irene Montero, Belarra, Verstringe y a la exsecretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez Pim, con la gran Cruz de la Orden del Mérito Civil a quienes beneficiaron a más de 1.233 violadores y pederastras, es estrambótico y absolutamente ridículo por no decir también provocador para las víctimas.

En una ciudad como Ceuta donde se registra una entrada de 134 inmigrantes en 15 días, cuando Sánchez premia con una Gran Cruz al letrado que desembarcó en el Congreso para forzar que se tramitase la ley de amnistía, cuando el hospital Nuestra Señora de los Reyes de El Hierro lleva más de 10 millones de euros invertidos sólo en atención para inmigrantes ilegales llegados en lo que va de año, cuando la repulsa de las CC.AA es unánime por los beneficios fiscales entregados a ERC por investir a Illa -en la línea entreguista de Sánchez por siete votos-, y el forajido Puigdemont se permite anunciar como una estrella de cine su vuelta esta semana a España aunque lo detengan, porque "las amnistías -dice-, no administían-, hemos convertido a España en una película de Berlanga.

Cabe recordar a Margaret Tatcher: "Un comunista cuando habla miente; cuando calla encubre; cuando tiene poder roba; cuando pierde el poder destruye. Así han construido su historia". No es Maduro el venezolano, son los muchos Maduros esparcidos por el mundo con políticas similares. El problema es nuestra hipermetropía política es que no nos deja ver lo que sucede en nuestro país, porque tampoco queremos reconocer lo que tenemos dentro de nuestras fronteras y a nuestros cercanos gobernantes. Pura dictadura camuflada de democracia vigilada. ¿Dónde se ha visto que un Gobierno ataque a un juez por hacer su trabajo y se le presione hasta límites inaceptables? Es la extensión de la dictadura a todos los niveles, muy semejante a la Cosa Nostra.