El nombramiento de un nuevo director de la radio televisión pública delata el control del aparato mediático de un gobierno que elige para un puesto directivo a un perfil periodístico que nada tiene que ver con la gestión y que además posee un estilo con un sesgo de marcada tendencia. Este nuevo nombramiento se suma a la cuenta de una larga cadena de favores y recompensas a quienes, dóciles por no morder la mano del amo que les da de comer, sí presentan encarnizada batalla a aquellos que son considerados contrarios al régimen. En el fondo con el nuevo cargo se hace un favor al editor del diario decano al liberarle del compromiso de pagar una buena nómina a un ciclista sobre el que aún resuenan los ecos de la incisiva campaña mediática que le dedicó en primera persona al doctor Guerrero. Desde la triada de pasquines digitales aún se regocijan más puesto que ven a un cachorro que procede de los suyos y se relamen porque prevén la posibilidad de beneficiarse. Y, desde el arco "Iris" parlamentario el acuerdo de nombramiento es un verdadero éxito para los colores morado, rojo y azul porque satisface sus diversas sensibilidades. Vaya desde aquí nuestra admiración por el acuerdo de designación del nuevo director, porque no dejo de asombrarme de la habilidad del "amado líder" para navegar en las siempre procelosas aguas del Estrecho de Gibraltar.

Dentro de poco sólo las empresas registradas en el libro de medios del régimen podrán publicar, escribir, opinar o informar a través del formato digital gracias al plan de "regeneración democrática" para "mejorar" la "transparencia informativa" de los medios de comunicación en aplicación del Reglamento Europeo de libertad de medios.

Y, mientras esto sucede en África, el PSOE evita dar detalles sobre lo pactado con ERC hasta que la militancia apoye a Illa para no comprometer la dictadura de Maduro, perdón por el lapso ¡no sé en qué podría estar yo pensando! quiero decir, Pedro Sánchez. El ínclito líder supremo resulta otro mañoso para salir de los sitios difíciles y utiliza su poder para abrirse paso comprometiendo como medio propio a la abogacía del Estado del ejecutivo para utilizarla como ariete con el que denunciar al magistrado que lleva la instrucción de los presuntos delitos cometidos por su compañera, y ejecutiva esposa, Begoña Gómez. Doña Zaida Isabel que así es como se llama la funcionaria que habrá tenido que tragar saliva para querellar al juez que ha osado interrogar al gran jefe supremo es una vieja conocida de nuestra ciudad pues es aquí donde inició su carrera administrativa y profesional y su fulgurante ascenso a la jefatura de lo Penal de la Abogacía General del Estado, con casos mediáticos como el del procesamiento de los guardias civiles del Tarajal, la defensa de Torrado en el puerto o la devolución de menores por la frontera tras la invasión del 18-M. Vaya también y desde aquí un mensaje para ella, esta vez de ánimo, porque a veces los tiros se escapan por la culata. Querellarse contra un juez de instrucción pidiéndole 4 años de cárcel por hacer su trabajo (que no es otro que investigar los delitos que se han denunciado aplicando el Derecho con independencia para asegurar la justicia) son palabras mayores.