Juan Vivas se ha empeñado por "motu proprio" en pasar a la posterioridad llevando sus actuaciones políticas y familiares a la franja horaria de mayor audiencia, al "prime time", donde más espectadores siguen las tropelías de este filibustero político, de longevidad tipo Joe Biden, dispuesto a perpetuarse en el sillón, como si fuera el mismísimo sucesor de Tutankamón.

Hace unos días era el escandaloso dislate de la televisión pública, convertida en el cortijo de los Bolorinos, a cuya familia se vinculó sin estupor Juan Vivas como asistente y oficiante de una boda, ahora ha sido capaz de mantener como director del ente subvencionado con dinero público a un desastroso gerente, (el hijísimo del Bolo), atrapado en no menos de media docena de procesos judiciales de índole laboral,  (con previsibles consecuencias económicas negativas para el erario público); ahora reacciona la oposición (¡albricias, ya era hora!) para solicitar explicaciones y la sustitución inminente del susodicho Lolo González Navarro, sin aguardar a la "dimisión en diferido" pretendida por él postergándola al 28 de septiembre, después de su catálogo de nepotismo y decisiones arbitrarias de favoritismo despótico como se dirime ahora en sede judicial.

La penúltima del ínclito Vivas ha sido la bochornosa secuencia de la plaza de su hijísimo, como "lumbrera" de las oposiciones, obteniendo la mejor nota y el número uno de la prueba a administrativo en la Autoridad Portuaria, que ha merecido los "honores" para que un medio nacional como El Confidencial, titulara: "El hijo de Juan Jesús Vivas saca plaza en el puerto de Ceuta tras un proceso dirigido por un cargo del PP". Destaca el medio nacional que el presidente del tribunal elector es vicesecretario de Estudios y Programas del PP de Ceuta, ilustrando la información con imagen de Juan Vivas, Núñez Feijóo y Yolanda Bel, secretaria general del partido.

Rafael Martínez Peñalver, jefe del departamento de Infraestrcuturas y Planificación del puerto de Ceuta, es tambien vicesecretario de Estudios y Programas de los populares desde hace dos años, cuando Juan Vivas -el padre de la criatura-, revalidó su cargo de líder de la formación política de la que denominan "derechita cobarde".

El hecho de que el presidente del tribunal de unas oposicones tenga esos vínculos con un partido donde el mandamás es el padre de la criatura, y que haya otros cargos en la propia Autoridad Portuaria con vínculos en el PP, no deja de ser una operación de "calado" -ya que hablamos del puerto y de barcos-, en la que se han embarcado una serie de personajes que no hacen más que demostrar lo trufado de los vínculos de Vivas (lo de "trufado" es un término que Tellado utiliza mucho "a instancia de parte" con la mujer de Sánchez en sus críticas, aplicable también en este caso), lo que supone una inmoralidad, ya que es difícil de creer la imparcialidad del tribunal. Al igual que el PP de Feijóo y Vivas hablan de Begoña Gómez y sus logros con el Gobierno de su marido. Aquí no hay esposo pero sí "papito". Como diría también Tellado (PP) "no es ético, ni estético... es patético".

Juan Vivas, Feijóo y el PP han debido aplicarse el dicho popular "consejos doy que para mi no tengo", a la vista de las circunstancias y los comportamientos según a quien o quienes afecten, en vitud de las implicaciones familiares en uno u otro sentido del color político, aunque es para sonrojarse a poco que se tenga un atisbo de vergüenza.

El medio especializado "Puertos y Navieras y transporte marítimo", publicó una documentada información que reprodujo "Ceuta Ahora", donde se cuestionaban los procesos selectivos de la Autoridad Portuaria de Ceuta con un detallado relato.

Que el presidente del tribunal sea un diputado autonómico de la Asamblea de la Ciudad como Rafael Martínez- Peñalver, también vicesecretario de Estudios y Programas del Partido Popular de Ceuta, es una cuestión recusable por cualquier opositor, ya que en vez de abstenerse en evaluar al hijo de su jefe, vulnerando el apartado e) del artículo 23 de la Ley 40/2015, de 1 de octubre de Regimen Juridico del Sector Público, toma cartas en el asunto, convitiéndose en juez y parte.

A su vez, el presidente de la Autoridad Portuaria, Juan Manuel Doncel, nombrado por Juan Vivas para el cargo, es quien ha nombrado a los miembros del tribunal que ha concedido la plaza de administrativo al hijo de Juan Vivas. No ha tenido Doncel mucho interés en que se dé estética la legalidad. De hecho, uno de los opositores ha presentado un recurso de reposición que impugna la composición del tribunal, recurso que ni Doncel ni Vivas el presidente de la Ciudad, han contemplado. Los políticos integrantes del Consejo de Administración del Puerto (a 800 euros la asistencia), han hecho mutis por el foro, sin escrúpulos y "pringándose" en la supuesta complicidad silenciosa. Una cohabitación haciéndose partícipes de la complicidad con Juan Vivas en este tipo de hechos que, repito, como diría Tellado ni son éticos, ni estéticos... "son patéticos".

Es obvio que el estilo Begoña Gómez trasciende del PSOE al PP, sin solución de continuidad, con el descaro y la nula ética de quienes consideran la política y sus cargos como un cortijo particular, su reino de taifas, poniendo en duda la legislación con desdén y un descaro que resulta insultante o provocador.

Los 24 años de Vivas en la presidencia de Ceuta como bien dice la publicación, que ha detallado la trayectoria de ascensos de Peñalver en la Auridad Portuaria y otras tropelías cometidas, nos lleva a recordar a Bernard Shaw cuando dijo "los políticos son como los pañales, deben ser cambiados con frecuenciua y por la misma razón". Los miembros del tribunal no habrían sido, en el caso que nos ocupa, garantes de los derechos de los concurrentes a las oposiciones y habrían cometido una flagrante irregularidad que se verá tras el recurso interpuesto.

En Luces de Bohemia, Valle Inclán, decía: "España es una deformación grotesca de la civilización europea; en España el trabajo y la inteligencia siempre se han visto menospreciados. Aquí todo lo manda el dinero; en España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza". Pues eso. Año 1.924, suma y sigue. Debe ser un síntoma, que se expande como si fuera una pandemia,  de la ética contaminada o de la falta de conciencia social.