Nunca antes había sucedido en los 24 años de existencia del ente público Radio Televisión Ceuta, que los casos de nepotismo, favoritismo y conductas arbitrarias de la gerencia, hubieran desembocado en tantas demandas judiciales. En los últimos dos años y cuatro meses de gestión de Manuel González Navarro "Lolo", se han sucedido una serie de episodios que han derivado en media docena de demandas judiciales por razones de índole laboral, en las que la discriminación ha imperado pareja al aumento paulatino del sueldo de su máximo responsable, hasta alcanzar cotas superiores a los emolumentos del presidente de la Ciudad y del Gobierno: 93.000 euros anuales.

Con un presidente de la Ciudad melífluo y cobarde, conocedor de la atípica situación, con una oposición sin cuajo para zanjar escandalosas situaciones, lo cierto es que Manuel González desde sus inicios ha campado a sus anchas, consolidando a cuatro trabajadores que accedieron a RTVCE en presunta prevaricación con carácter de lo que hoy se denomina fijos discontinuos, entre ellos su hermano y cuñada, para aupar después a ésta a un puesto de superior categoría por promoción interna, recurriendo para la cobertura de plazas de redactor al SEPE, obviando los derechos de quienes conformaban la bolsa de trabajo que acudieron a los Tribunales por considerar vulnerados sus derechos. Y aquí es donde saltó la bomba el pasado jueves, cuando una demandante presentó testimonios de la secretaria de Manuel González quien declaró recibir instrucciones precisas de marginar a la demandante de manera aleatoria e irregular, privándola de acumular puntuación por los trabajos prestados de cara a la convocatoria del concurso-oposión donde se valoraba el vínculo laboral con RTVCE. El audio que se presentó en la sala, fue el detonante que precipitó, sin solución de continuidad, el cese del gerente de RTVCE aunque se haya "disfrazado" de dimisión, por lo altamente grave que supone en una entidad pública, proceder como si se tratara de un cortijo particular, con las arbitrariedades propias de la irresponsabilidad y la falta de escrúpulos, en la creencia de que los políticos responsables del ente público esta vez también iban a eximir tamaña tropelía. No sucedió así y en la mañana del viernes, se le comunicó a Manuel González Navarro que no continuaría, buscando éste una salida airosa bajo la fórmula de dimisión, cuando en este pueblo nadie dimite para dejar de ganar 93.000 euros.

Es muy peculiar la función y los emolumentos de éste, porque durante su etapa en la gerencia, nadie ocupó su puesto de Director Técnico, como tampoco se hizo durante su periplo de la vuelta al mundo (tras solicitar tres pagas adelantadas y una excedencia) a la búsqueda de ceutíes, lo que cuestiona sus funciones si durante años, no se cubre su puesto. que por cierto está muy bien remunerado. Es obvio que es prescindible.

En esta vorágine de anomalía, dos sindicatos UGT y CSIF, han desprotegido a los trabajadores, el primero por razones desconocidas de inhibición y el segundo porque está representado por su hermano en la RTVCE. Curiosamente, quien ha puesto en entredicho la gestión irregular del gerente del ente público, ha sido la abogada de CSIF que era la defensora de la demandante ante el Juzgado de lo Social de Ceuta.

Quien se preocupó de cobrar un suculento sueldo, bajo el argumento de que hacia funciones gerenciales y de Director Técnico, escatimó pluses a trabajadores y en algunos casos, llevado de su favoritismo, excluyó a algún cámara que no era de su cuerda, como también privó a algún redactor de realizar trabajos de fin de semana, aparte que ha externalizado servicios (maquillaje y redes sociales), originando un sobrecoste al presupuesto de RTVCE cuando con anterioridad se realizaban por los trabajadores de la empresa.

Los responsables políticos han permitido durante dos años y cuatro meses, unas irregularidades que los mismos trabajadores ponían en su conocimiento y no ha sido, hasta el reciente juicio con audios de irregularidades y testimonios en el mismo sentido, cuando se han decidido a poner fin a una trayectoria cuestionada y escandalosa que les ponía claramente en el disparadero.

Por fin, en el Juzgado de lo Social se ha dado "Jake mate" a una situación dictatorial, arbitraria, de favoritismo y privilegios, sin que el ente público haya mejorado sus prestaciones y provocando a nivel interno, un ambiente de tensión, producto de una gestión altanera, con chanchullos, y que requiere de una Auditoría externa para conocer con fiabilidad la verdadera situación económica, esclareciendo cualquier sospecha de dispendio. De momento, el tablero de ajedrez, ha roto la connivencia y complicidad de quienes han venido amparando una escandalosa trayectoria de abusos en un ente público. Hubo "Jake mate" judicial.