
9J. Sólo ganó la abstención
(Disculpen el retraso).
Al hilo de los resultados en la ultimas elecciones al Parlamento europeo, algunas conclusiones serían dignas de consideración, sobre todo por lo que de cara al futuro pudieran significar.
Como siempre hay quienes dicen que ganaron, quienes se agarran a cualquier asunto para justificar su caída y quienes culpan a lo que sea con tal de no reconocer que, en el panorama político, comienzan a estar de más… o de menos.
Se pongan como se pongan comienza a traslucir en medio de datos que la política europea resulta ser más una carga que una solución. Miren bien los resultados, no se queden solo en los puntos que uno a otro partido haya sacado aquí o allá, porque aquí y allá hay un dato que demuestra la absoluta desconfianza en la que empata una parte importantísima de la población española: la abstención, esto es, el absoluto pasotismo que inspira en los españoles (cada vez más, y el politiqueo europeo es sólo el inicio) tener que votar por representantes en cámaras cada vez más alejadas de sus casas, de sus calles, de sus barrios, de sus pueblos…
Porque esta campaña europea ha podido convertirse en el paradigma de todo lo contrario que se debe hacer si se pretende hacer llegar al pueblo que las Cámaras de Bruselas y Estrasburgo representan la posibilidad de salir adelante en tantas necesidades como cobija nuestro Viejo Continente. Todo ha sido pretender quitarse unos y otros los salpicones de fango que ninguno asumía como titular. Apenas alguna medida de interés abría los medios de comunicación, había que dar realce a la vergüenza que cada día suponía escuchar a algún candidato tras los micrófonos. Y mientras…
Mientras sólo quedaba esperar al veredicto (este también en entredicho) de unas urnas que terminaron escupiendo desinterés por quienes solo desinterés sembraron. Me remito a datos de la región en la que vivo, Andalucía: casi 3.6 mill de personas decidieron quedarse en casa (54,7%), cuando en 2019 “sólo” se abstuvieron 2,7 mill. de andaluces (41,5%). Permítanme, sin animo de ser exhaustivo, algún dato más que clama porque la clase política vuelva a ofrecerse como indispensable para solucionar problemas y no para plantearse como un problema más a resolver.
Almería en su conjunto, con respecto a 2019 la abstención subió un 11,6%. En Adra, el 16,47%; en Balanegra, el 13.51%; en El Ejido, el 11,88%; en Roquetas de Mar, el 11,38%.
Lo de Cádiz no fue mejor. Se pasó de un 46,68% a un 60,37% el pasado 9 de junio. Barbate del 44% al 67%; Tarifa del 40,6% al 63,5%; Algeciras del 51,3% al 62,4%; Los Barrios del 43.4% al 61.6%.
Podríamos seguir, pero entiendo que es hora de reclamar de nuestra clase política que luche por reivindicarse a base de demostrar que ofrece al pueblo soluciones a lo suyo, que no es sólo el escenario de su ring para sus cuitas partitocráticas, que si algo aportan a la ciudadanía es la desidia que se infiere de los datos del párrafo anterior.
Nadie ganó las pasadas elecciones. Si acaso todos salimos perdiendo cuando, en la misma noche electoral del 9J, los responsables de la debacle participativa de 2019, corrían a buscar apoyos de los otros para seguir igual gracias a la tragedia participativa de 2024.
¿Qué hacer, estimados (o no) políticos españoles? Salgan a ofrecer soluciones o quedaos vosotros en casa.
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