VOX ha marcado, desde el principio las distancias con el presidente de Ceuta, Juan VIvas. Y lo ha hecho no acudiendo al acto de investidura, recordando en un comunicado su "clientelismo, difamaciones e incitación al odio contra la formación de Juan Sergio Redondo durante la campaña".

 

El comunicado de prensa, en su integridad y literalidad, es el siguiente:

 

1. No es un acto de obligada asistencia.

 

2. Su toma de posesion es el resultado de una investidura realizada por imperativo legal en base al artículo 15 del Reglamento, que no ha contado con el apoyo de una mayoría cualificada de los ciudadanos representados en la asamblea.

 

3. Que además desde Vox entendemos que su decisión por investirse en minoría, viene precedida de un pacto tácito entre el PSOE y PP destinado para aislar a VOX de cualquier toma de decisión, ratificada en el mismo acto de investidura del pasado sábado al apoyar a la candidata del Grupo Socialista para obtener la Vicepresencia 1 de la Asamblea.

 

4. Que desde Vox queremos marcar publica distancia de una Presidencia encarnada por la figura de Juan Vivas, caracterizada durante años por el clientelismo político y salpicada por numerosos escándalos de corrupción que durante años vienen lastrando el desarrollo político, social y económico de la ciudad y poniendo en riesgo la propia españolidad de Ceuta.

 

5. Y que bajo ningún concepto vamos a estar presentes en la toma de posesion de un Presidente que en ejercicio de su cargo ha señalado y difamado a nuestra formación política, y a nuestros representantes acusándonos infundadamente de atentar contra la convivencia en Ceuta y en connivencia con otras formaciones políticas, de criminalizar a toda la comunidad musulmana de la Ciudad, incitando de este modo abiertamente al odio contra nuestra formación y poniendo en riesgo la integridad física y personal de nuestros representantes electos y de nuestros militantes.