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Paula M. García
Domingo, 26 de Mayo de 2024

Del paisaje y el paisanaje

El jueves, Felipe González, el mayor referente del socialismo español de la democracia, se despachó a gusto en El Hormiguero, zurrando de lo lindo al autócrata, Pedro Sánchez. A sus 82 años, el expresidente del Gobierno se pronunció con un mensaje de derechas, a la vista del golpe de realidad que dirigió al secretario general del partido al que González dice no reconocer, él que fue artífice del cambio político el 28 de octubre de 1.982, cuando su vicepresidente, Alfonso Guerra dijo que a España "no la iba a conocer ni la madre que la parió" y que después, en 2.016 ha dado título a la obra de Víctor Sánchez, sobre una reflexión de la España de 1.982 y la de ahora.

 

Reflexión que, en voz alta, hizo el longevo político socialista que obtuvo tres mayorías absolutas y que alcanzó la confianza de 10 millones de españoles en su primer gran éxito electoral. Se trata, por tanto, de una voz autorizada para decirle a Sánchez "Las verdades del barquero" y tratarlo como alguien que cometió los más nefandos despropósitos: desde la Ley de Amnistía que supone ponerse de rodillas ante Puigdemont y perdir perdón a los "golpistas" del Procés, a la patética intervención de un Zapatero del que González dijo que dejó una herencia política catastrófica ( "terrorífica", fue la palabra utilizada).

 

Con 82 años y mucha experiencia de gestión, con el bagaje de la autoridad moral y política que le otorgan sus tres mayorías absolutas, -dijo que cuando gobernó Zapatero en la legislatura siguiente el PP sacó mayoría absoluta-, y calificó a Yolanda Díaz de ignorante por hablar de que Palestina se haga con la tierra desde el río al mar en la Franja de Gaza, borrando explícitamente del mapa a Israel, lo que le ha hecho rectificar a la fracasada política de los "besiños" y falsa sonrisa, para señalar cínicamente "a posteriori" que ella siempre ha dicho lo mismo: acuerdo entre palestinos e isralíes.

 

No estuvo acertado Felipe González cuando dijo que no es de recibo meterse con los familiares de los políticos y puso como ejemplo la persecución mediática a su hijo cuando iba a examinarse de Selectividad y hubo de ponerse un cartel con el artículo 19 de la Constitución, sobre el derecho a la libre circulación. No es equiparable, desde ningún genero de dudas, un agobio mediático, con los negocietes de Begoña Gómez presuntamente a la sombra de su marido, a la que el magistrado Peinado menciona en una providencia enviada a la Policía para que le proporcione una copia legible de su DNI, como "investigada". El mismo juez solicita al letrado de la Administración de Justicia un informe sobre la frecuencia de las visitas personales y la insistencia por parte del fiscal para conocer inmediatamente las resoluciones que se dictan o las que se van a dictar, lo que evidencia que hace de "cortafuegos" del Gobierno. Esta vergüenza no es defendible ni por Felipe González ni por nadie que no tenga intereses en difuminar una denuncia judicial a la que cada vez se unen más acusaciones particulares. Y culminando el tema, el PP ha solicitado que Pedro Sánchez y cuatro de sus ministras, declaren en la Comisión de Investigación en el Senado, aunque llama mucho la atención que el PP no se haya personado como acusación particular como ha hecho Vox en este procedimiento judicial.

 

A la España actual, sí que no la conocen ni Felipe González ni Alfonso Guerra, como tampoco este PSOE es el que ellos lideraron y todavía hay en este gobierno de progreso que para González no tienen nada de tal, y a quien algunos cercanos al Ejecutivo de Sánchez, califican con desprecio al expresidente de "jarrón chino", como alguien que es pura decoración, con el desdén propio de los ignorantes que desprecian lo que desconocen y son incapaces de reflexionar sobre sus propios errores.

 

Y en sus mensajes a navegantes también tuvo una frase elocuente el longevo político, sobre la permanencia en el cargo de los dirigentes políticos, a quienes dijo que una cosa es gobernar y otra bien distinta, estar en el poder. González rememoró una frase de Helmut Schmidt, canciller  de Alemania Occidental de 1.974 a 1.982: los diez años es la resistencia máxima de los materiales. Y hasta León Felipe también dijo que a los diez años ya te han contado todos los cuentos. Quiere decirse que, Juan Vivas debería tomar buena nota de estas recomendaciones, él que tiene el orgullo de haberse fotografiado con Felipe González en tiempos pasados, porque el desgaste del poder y la rutina cotidiana, dejan sin alicientes los proyectos políticos en estresante dinámica cotidiana.

 

Para el neófito ministro de Exteriores Albares, González ejerció un tono hiriente sin ninguna necesidad. Cuando las críticas razonadas se interpretan de este tenor, quiere decirse no sólo que no hay propósito de enmienda sobre los errores cometidos, sino que tampco hay autocrítica ni se piensa en ella. No olviden estos autócratas que el precio de la ignorancia se paga toda la vida. Hay que diferenciar entre el paisaje y el paisanaje.

 

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