El premio obtenido esta última semana por Juan Vivas, el denominado Talento promovido por el Club de Negocios Talento y la consultora Crowe, que reconoce la trayectoria de personalidades e instituciones del mundo de la empresa, la ciencia y la cultura vinculadas a Andalucía, es lo más patético que le faltaba en cuestión de "lavado de imagen" para poner en valor su "acrisolada" gestión impúdica.

El hombre especialista en modificaciones de crédito continúas, a los pocos meses de aprobarse el Presupuesto de la Ciudad, como síntoma de previsión y elevado grado de cumplimiento en la gestión, el mismo que en cada ejercicio señala que acabó con superavit -pese a estar entrampado con varias entidades bancarias-, como si la gestión pública se equiparara a la familiar donde es razonable el ahorro porque hay que tener un "colchón" para los imprervistos, juega con el remanente de tesorería como gran prestidigitador político, haciéndonos ver que saca de donde parece que no hay, en un artilugio engañoso más propio de un encantador de serpientes que de un político eficaz en la gestión institucional.

La deuda pública se situó en Ceuta en 2022 en 138.793,2 miles de euros, lo que supone -29.755,8 en relación al año anterior, según datos de la deuda viva de los municipios publicada por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas con datos actualizados al 26 de marzo de este año. No podemos olvidar que Ceuta es el séptimo municipio de España con más deuda por habitante, con un déficit de 2.042 euros por cada vecino. El golpe de realidad, aporta otros datos:

Procesa perdonará una deuda de casi 625.000 euros al hotel de la Ciudad, el Puerta de África, convertido en un pozo sin fondo donde las continuas "inyecciones" económicas, no logran reflotarlo. La condonación de deuda no sale gratis ya que es el erario público quien afronta esta "cobertura" que, desde luego, no es un signo de excelencia en la gestión y sí de pagar con el dinero de todos.

La población de Ceuta ha descendido en el primer trimestre de este año en un 0,2% según la Encuesta de Población Activa, con 250 habitantes menos, situándose la población en 83.034 habitantes, siendo a nivel nacional de las pocas poblaciones que pierde habitantes, lo que supone que el desarraigo es notable, consecuencia de la falta de futuro y perspectivas laborales donde la juventud ha de emigrar.

Los 430 millones de presupuesto, donde la gran mayoría de ellos van al capítulo 1 de Personal y a las múltiples subvenciones que se reparten en la red clientelar que sustenta el Gobierno de Juan Vivas, apenas queda dinero para inversiones -, que no se producen-, ni para otros menesteres, como el eterno sin cumplir Plan de Barriadas, lo que obliga como se hizo en 2019 a destinar las aportaciones de "papá Estado", como la dirigida a la desaladora, a aplicarlas en otros capítulos, que dió lugar a que no se satisfaciera en esa anualidad, pese a las continuas rogatorias de Kissy Chandiramani, consejera de Hacienda, a que el Estado había incumplido una obligación, que no era tal en realidad, sino un "castigo" por incumplimiento de la aportación finalista. Después se restableció pero en 2019 la Ciudad Autónoma de Ceuta fue "castigada" sin subvención a la desaladora.

El capítulo de construcción de viviendas en Ceuta ya ha caído en el olvido pese al brutal déficit existente y, como la antes preocupada Fátima Hamed, que tanto decía defender a los más vulnerables, ya se ha acoplado a la "casta" al ganar 80.000 euros anuales como vicepresidenta segunda de la Mesa de la Asamblea, poco les importa los sin techo, aquéllos que no tienen casa, como también se olvidó -poderoso caballero es don dinero-, de la tan reclamada por ella Clínica de Radioterapia cuya reivindicación ya parece haber pasado a mejor vida. Protagoniza con toda fidelidad el dicho, "si quieres conocer a fulanito, dale un carguito" (o dinerito en buena cantidad para tapar bocas y conciencias); es la forma que tiene Juan Vivas para desactivar cualquier oposición: invitar con el dinero de todos nosotros.

Este "talentoso" político, galardonado por su trayectoria en un conciliábulo de amiguetes, fue el artífice antaño de aquél fiasco de la Piscifactoría como también se mostró muy complaciente con aquél bodrio, otro bodrio de televisión, Tele-Ceuta, donde se perdió más dinero público que en la guerra de Cuba, cuando se dejó llevar, siendo gerente de Procesa, de ese otro gran gestor que es Juan Luis Aróstegui, el eternamente fracasado electoral, el Pepito Grillo en los Plenos, cuyos insultos a Vivas le molestaban menos que cuando las recriminaciones proceden de Vox.

En estos días, también hemos conocido que ya hay una nueva fecha para la apertura de la frontera inteligente: antes de que acabe este año, aunque de ese tránsito de mercancías, la frontera comercial parece que ha caído en el olvido como tantas engañifas electorales que, basadas en siniestros simulacros de engañabobos, hacen creer que las nuevas esperanzas de una Aduana Comercial será algún día factible, como si Marruecos, cediera a darse un tiro en el pie para invalidarse en la reividicación anexionista permanente de Ceuta.

El Premio Talento a Juan Vivas, donde a buen seguro no se han analizado los parámetros que hemos descrito, ha supuesto una muestra más de cómo se "fabrica" una distinción que sólo reconocerán aquéllos que están comiendo de la "sopa boba" o viven en el mundo de Yupi a base de nutridas subvenciones, mientras la Ceuta de siempre, los currantes, los sufridores de nuestras múltiples carencias, siguen con las mismas penurias que hace 20 años, cuando el erigido por los galardones "ad hoc", este salvador de causas perdidas que es Vivas, se reviste de los oropeles que no se merece y ni tan siquiera representa, porque vive en un mundo de fábula donde los aterradores datos reales demuestran qué forma más patética tienen él y su corte, de engañar al público.

Estos personajes, cuya desfachatez es insultante y hasta provocadora, merecen que se rememore una frase de Mario Benedetti: "El corazón perdona pero la mente nunca olvida". Y caigamos en la cuenta que el talento está en la mente y no en el corazón, querido Juan Vivas.